viernes, 23 de noviembre de 2012

Cómo cuantificar el impacto de la actividad acuícola: la huella de carbono, un comienzo posible


Un interesante trabajo tomado de la revista IPac de noviembre, que muestra que la huella de carbono (una forma de medir el impacto de la actividad) de la producción intensiva de trucha arco iris en aguas dulces está entre las más bajas de producción de animales. Los resaltados en negrita son de este bloguero, para llamar la atención sobre algunas ideas y datos...



Huella de carbono en la cadena de valor de la trucha de piscifactoría

Marta López Villellas, técnico del Centro Tecnológico de Miranda de Ebro –CTME-; Yolanda Núñez Pérez, responsable del Área de gestión sostenible del CTME; y Raúl de Saja González, responsable de OTRI

Truchas
Existen claras evidencias de que las actividades humanas están contribuyendo al incremento de gases de efecto invernadero con su consecuente repercusión en el cambio climático. Este hecho, no sólo constituye un problema ambiental sino también y principalmente un problema económico y social, que está provocando profundos impactos potenciales en la sociedad, en la industria y en las autoridades políticas, motivo por el que ha pasado a ser un tema clave en el desarrollo sostenible.
En su lugar, la industria alimentaria, consumidora de grandes recursos materiales y energéticos, es uno de los principales responsables. Este hecho, junto con los nuevos modelos de consumo, está despertando en la industria cierto interés por cuantificar, reducir y comunicar el impacto ambiental de los productos alimenticios. Pero, ¿es realmente fiable y transparente el mensaje que llega el consumidor? ¿Existe una sólida metodología detrás?
Un estudio llevado a cabo por el Centro Tecnológico de Miranda de Ebro (CTME) ha cuantificado las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al sector de la acuicultura continental tomando como caso práctico la trucha Arco iris (Oncorhynchus mykiss) criada en piscifactoría que representa una producción importante en Castilla y León. La realización de este estudio ha permitido conocer las limitaciones metodológicas emergentes en la cuantificación de estas emisiones, pero además ha permitido conocer la huella de carbono de estos productos y en consecuencia y no menos importante, identificar las medidas potenciales que deben seguir piscicultores y productores de piensos para poder reducirlas y poder comunicar sus resultados.
Al ritmo que crece la población mundial, para poder mantener al menos el nivel actual de consumo de alimentos acuáticos per cápita, en 2020 el mundo necesitará 23 millones de toneladas adicionales de dichos alimentos. Este suministro complementario deberá provenir de la acuicultura (FAO, 2012). La satisfacción de la futura demanda de alimentos de la acuicultura dependerá en gran parte de la disponibilidad de piensos de calidad en las cantidades necesarias.
Para conseguir este objetivo, surge la necesidad por evolucionar hacia sistemas de producción más sostenibles a través de herramientas que podrían ser usadas por la industria con el fin de alcanzar mejoras de sus procesos, así como por las autoridades competentes con el fin de crear y fomentar un desarrollo sostenible.
El Análisis de Ciclo de Vida (ACV) supone una herramienta para la cuantificación de los impactos ambientales de productos y servicios estandarizada a través de la serie de normas ISO 14.040 e ISO 14.044. Basada en una aproximación de la “cuna a la tumba”, el ACV ha sido utilizado en este ambicioso proyecto para cuantificar el uso de recursos (“entradas” como energía, materias primas) y las salidas de residuos y emisiones asociadas con cada etapa del ciclo de vida de la trucha Arco iris, desde la producción de huevos y cría de alevines, engorde de la trucha hasta el sacrificio, procesado y disposición final de producto.
Numerosos estudios (Pelletier, 2006; Pelletier y Tyedmers, 2007), han posicionado a los fabricantes de piensos como factor clave en la reducción de gases efecto invernadero (GEI) de la cadena de valor de especies como la trucha o el salmón. Por ello, se ha involucrado en este estudio a un fabricante de piensos con el fin de analizar la huella de carbono de los diversos piensos que entrarán a formar parte en la cadena de valor de la trucha.
La cuantificación de las emisiones de gases de efecto invernadero (medidos en kg CO2 equivalentes) a lo largo del ciclo de vida de un producto es lo que actualmente se conoce como Huella de Carbono. A falta de una normativa reconocida internacionalmente se ha tomado como referencia la norma PAS 2050 (BSI 2008), promulgada por la British Standards Institution (BSI). Basada en la metodología de ACV, esta normativa establece criterios y requerimientos específicos para la evaluación de las emisiones de GEI del ciclo de vida para cualquier producto o servicio.
Para llevar a cabo la determinación de la huella de carbono se han seguido las cuatro fases del ACV: i) definición del objetivo y alcance del estudio, ii) recopilación de datos de inventario del ciclo de vida, iii) evaluación del impacto de ciclo de vida o traducción de datos en CO2 equivalentes y finalmente, iv) interpretación y análisis de los resultados.
Todas las entradas y salidas recogidas en el inventario deberán ir referidas a una unidad funcional, que en este caso, ha sido un kilogramo de trucha viva con diferentes aplicaciones: trucha sacrificada y procesada y trucha viva destinada a la repoblación. La unidad funcional del sistema productivo de los piensos ha sido 1 kilogramo de pienso incluido el envase.
Figura 1
La [Figura 1] muestra los límites del sistema que determinan qué procesos unitarios se incluyen en el ACV. El sistema productivo de la trucha incluye todas las fases desde la producción de los huevos hasta el transporte del producto final a primera plataforma de distribución. Para incluir la alimentación se ha analizado el ciclo de vida de los diversos piensos que ingiere el animal, desde la obtención y producción de las materias primas, el procesado de las mismas y su distribución a piscifactoría, incluyendo todos los posibles transportes intermedios.
Las premezclas vitamínicas y minerales, pigmentos y antioxidantes (aditivos) empleados en la elaboración de los piensos no han sido analizadas, a falta de información suficiente, y teniendo en cuenta que la obtención de la misma sobrepasa el alcance del estudio. Del mismo modo, los agentes farmacéuticos (vacunas, antibióticos, etc.) quedan también excluidos al no considerarse en este estudio los efectos toxicológicos. Sin embargo, en futuros proyectos y en la medida en la que exista disponibilidad de datos deberían ser incluidos con el fin de poder evaluar su repercusión ambiental.
Para la recopilación de los datos se contó con la participación de dos empresas importantes del sector: IPEASA, productora de trucha Arco iris y Skretting productora de piensos para peces. Su colaboración en este proyecto ha sido crucial y ha permitido la recopilación de datos de primera mano, aportando gran fiabilidad en el resultado final. El inventario de ciclo de vida está compuesto por datos de todas las entradas de materiales y energía y salidas de residuos y emisiones de cada fase del proceso productivo tanto en el sistema de producción de trucha como en la fábrica de piensos. Posteriormente todos estos datos y mediante el empleo de factores de emisión recopilados en diversas fuentes (Ecoinvent, IPPC, GHG) fueron traducidos a kg de CO2 equivalente y referidos a la unidad funcional
.
La realización de este estudio supuso inicialmente enfrentarse a ciertas cuestiones que podrían afectar a los resultados finales. En primer lugar, las materias primas que componen los piensos son variadas en cantidad y origen. La composición de los piensos varía a lo largo del ciclo productivo de la trucha con el fin de adaptarse a las necesidades nutricionales requeridas en cada fase de crecimiento. Al mismo tiempo, la composición de un pienso formulado para cubrir unas necesidades específicas puede variar a lo largo de un año en función de la disponibilidad de materias primas en el mercado en cada momento así como al precio de las mismas, sometido a fuertes especulaciones que determinarán su abastecimiento por parte de la industria de piensos. Esto podría suponer variaciones en la huella de carbono de un pienso determinado, en el transcurso de un año de producción.
Por otro lado, la expansión agrícola para la producción de cultivos como la soja en Brasil o Argentina está provocando la destrucción de ecosistemas forestales considerados como importantes sumideros de carbono. La destrucción de la biomasa al convertir un ecosistema natural en un suelo de cultivo supone la liberación de grandes emisiones de gases de efecto invernadero que repercute de manera considerable en la huella de carbono de los alimentos.
Finalmente, no hay que pasar por alto definir en una etapa inicial, bajo qué criterios se realizarán las asignaciones de cargas ambientales en aquellos sistemas de producción en los que se obtenga más de un producto de interés para la industria alimentaria. Así por ejemplo en la fabricación de quesos se obtiene también suero lácteo que es requerido por la industria de piensos como materia prima por su gran contenido proteico. Las cargas ambientales aguas arriba deberán ser repartidas entre los dos productos mediante criterios previamente establecidos (masa, valor económico, energía…). En estudios de cuantificación de huella de carbono de productos alimenticios es frecuente la asignación económica en base a precios de mercado. Sin embargo, surge una cuestión: ¿es realmente recomendable en productos sometidos a una constante especulación en los precios?
kg CO2 e/kg trucha
El ACV de la trucha, teniendo en cuenta el cambio en el uso del suelo, dio como resultado una huella de carbono de 4,81 kg de CO2e/kg para la trucha viva y de 5,07 de CO2e/kg para la trucha procesada. Estos resultados posicionan a la trucha de piscifactoría en mejor lugar respecto a otros productos de origen animal como puede ser la carne de ternera (18 kg de CO2e/kg de producto), de cerdo (14 kg de CO2e/kg de producto) o el caso de la carne de pollo (en torno a 8 kg de CO2e/kg de producto) (datos de Hans Block, 2009).
Los piensos que han sido utilizados para la alimentación de la trucha a lo largo de su ciclo de vida son responsables de más del 80 % de la huella de carbono de la trucha, hecho que sitúa, por tanto, a los piensos como factor clave en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero asociados al producto final.
En la evaluación de impacto de los piensos, entre el 95 - 99 % de la huella de carbono debe su origen a las materias primas con las que se han sido formulados. Dentro de las materias primas el mayor impacto es debido a las emisiones asociadas a cambios en el uso de la tierra relacionados con los productos derivados de la soja y con las habas que componían estos piensos.
En consecuencia, se concluye que las emisiones asociadas a cambios en el uso de los suelos generan una repercusión considerable en la huella de carbono de la trucha. La problemática surge en la dificultad de conocer si realmente para la obtención de una materia prima con la que se ha realizado el pienso ha habido una deforestación durante los últimos 20 años a la realización del estudio (según marca las directrices del IPPC, 2006). Por otro lado, y en este caso concreto, el hecho de que las materias primas que emplea el fabricante tengan la peculiaridad de ser libre de transgénicos aumenta las probabilidades de proceder de un área de cultivo recientemente explotada y por lo tanto mayor probabilidad de haber sufrido una deforestación durante los últimos 20 años.
A la luz de los resultados obtenidos surge la necesidad de homogeneizar “cálculos” y establecer criterios comunes para todo el sector, relacionados con las cuestiones aquí planteadas: emisiones asociadas al uso del suelo, criterios de asignación, estudio del impacto asociado a los aditivos, etc. De está manera los resultados podrán ser comparables consiguiendo una comunicación transparente y fiable.
Debido en parte a la complejidad de las materias primas para piensos, hay que tener en cuenta que los resultados aquí obtenidos están sometidos a cierta incertidumbre. Es necesario contar con datos de calidad en relación cercana con los participantes en la cadena de valor.
Finalmente, destacar, que los estudios que se lleven a cabo en esta materia deberán ser transparentes, científicos y fiables (ISO 14040), “viables” en tiempo y coste para los productores/fabricantes y fáciles de entender por el cliente/consumidor. Los estudios deben tener una visión holística: cadena de valor – ciclo de vida.
El proyecto aquí descrito ha sido posible gracias a la financiación recibida de la Agencia de Inversiones y Servicios de Castilla y León, dentro de la convocatoria destinada a financiar actuaciones primarias en materia de I+D+i de carácter no económico, a los centros tecnológicos de Castilla y León para los ejercicios 2010 y 2011, para la realización de este estudio.
Asimismo, el equipo de trabajo de CTME quiere expresar su más sincero agradecimiento a los distintos departamentos de las empresas Skretting e IPEASA por su estrecha colaboración en la consecución de los objetivos perseguidos en el mismo.
Referencias bibliográficas
-PELLETIER, N. (2006) Life cycle measures of biophysical sustainability in feed production for conventional and organic salmon aquaculture in the northeast pacific. Dalhousie University, Halifax, Nueva Escocia.
-PELLETIER, N. TYEDMERS, P. (2007) Feeding Farmed Salmon: Is organic better? Aquaculture, 272: 399-416.
-BSI 2008. PAS 2050. Specification for the assessment of the life cycle greenhouse gas emissions of goods and services. British Standards Institution (BSI).BLONK, (2009) Towards a tool for assessing carbon footprint of animal feed. Blonk Milieu Advies, Gouda.
-FAO, (2012) El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2012. Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO (ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN), Roma.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Repoblamiento de mejillones en Río Negro

Y si a alguno se le fue la mano, después hay que arreglarlo...


La acuicultura contribuye al repoblamiento de bancos de mejillón en Río Negro


Argentina.- El establecimiento de Cultivo de Especies Marinas – CRIAR, situado en el Municipio de San Antonio Oeste y perteneciente al Ministerio de la Producción de la provincia de Río Negro, se encuentra en producción de su segunda temporada de “semilla” de mejillón,  Mytilus edulis, para su siembra en bancos que fueron sobre-explotados por la pesca; aumentando de esta forma las poblaciones de la especie y generando nuevas población con origen en cultivo.

Durante la temporada correspondiente al 2011, CRIAR produjo 4,5 millones de semilla y en la actual alcanzó la cifra de 12 millones. La fijación larvaria ocurre entre los días 17 y 22 del cultivo en tanques adecuados de hasta 800 a 5.000 L.

  El sustrato utilizado para la fijación, ha sido red anchovetera. Actualmente, el MAGyP está aportando fondos desde la  Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, dentro de los proyectos a beneficiar en acuicultura de moluscos bivalvos, para mejorar el sistema de sostén de semilla crecida y su transporte, de manera de garantizar el menor desprendimiento de semilla y su disminución en pérdida, desarrollando sistemas más exitosos.  Otro problema en este tipo de cultivo es el consumo de alimento (microalgas) que es muy alto durante el cultivo de la semilla hasta su adecuado tamaño de siembra, que supera la capacidad actual de la sala de cultivo de microalgas de CRIAR.

Pejerreyes en La Florida, San Luis

Después de unos días de ausencia bloguera, volvemos con noticias de una provincia argentina que le está entrando a la piscicultura por estos días...



A través de la piscicultura, reproducen pejerreyes en San Luis

Agrositio 09/11/2012 | 11:11 (actualizado hace 3 días)

En la “Estación de Piscicultura La Florida”, ubicada en Dique La Florida a pocos kilómetros de la capital provincial, se desarrolla por primera vez la reproducción artificial de pejerreyes 

Para obtener e incubar huevos de pejerrey, personal de la Estación de Piscicultura -perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente- tirará este fin de semana redes en el Dique La Florida para obtener las hembras y los machos fértiles. La actividad ya se había realizado por primera vez los días 2, 3 y 4 de noviembre.
Los pejerreyes obtenidos se utilizan para realizar un desove artificial, los huevos fertilizados se incubarán en las instalaciones de la Estación hasta tener alevines, que serán posteriormente sembrados en diques, ríos y cursos de agua de la Provincia.
“Estos ejemplares servirán para la repoblación de diques, impulsando el cuidado y el mantenimiento del ecosistema en el que se pesca y la conservación de los recursos autóctonos con los que cuenta la provincia. Se mantendrá y mejorará un recurso que es una atracción para quienes realizan la pesca deportiva”, puntualizó la responsable de la Estación de Piscicultura, María Julia Veinticinco.
Es importante recordar que la veda de pejerrey rige hasta el 30 de noviembre inclusive. Sin embargo, ya terminó la prohibición de la pesca de truchas, actividad que estará permitida hasta el mes de mayo, siempre con devolución obligatoria.
Para conocer más sobre la “Estación de Piscicultura La Florida”, ingrese en el siguiente link:http://www.medioambiente.sanluis.gov.ar/MAmbienteASP/paginas/pagina.asp?PaginaID=17
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domingo, 4 de noviembre de 2012

El recurso pesquero del Paraná: dónde estamos??


Y vamos con la pesca en los grandes ríos. Acá posteo una nota aparecida en un diario regional. Hay algunas observaciones que circularon entre los ictiologos, biólogos pesqueros, acuicultores y curiosos en general. En breve estaremos socializando también esas observaciones. Las famosas mitades de la biblioteca también entran al agua...

El recurso pesquero del Paraná, saludable en cantidad y diversidad

Miércoles, 24 de Octubre de 2012 - 04:00

Por José Goretta
Con más de 220 especies, la fauna del río Paraná en la región se encuentra saludable, ya que las medidas de cuidado del recurso en forma articulada entre instituciones científicos, gobiernos y pescadores despiertan expectativas. Especialistas del Instituto de Ictiología del Nordeste de la UNNE se refirieron a las medidas pendientes, las vedas y controles, los efectos de Yacyretá, la situación de los pescadores, el potencial de la piscicultura y las contribuciones de la ciencia al manejo del recurso pesquero regional.


El Instituto de Ictiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias - UNNE (Inicne), lleva más de dos décadas dedicadas al estudio del recurso pesquero en la región, y es institución de referencia en el estudio de la fauna íctica de agua dulce. Fue creado en 1990 con la premisa de ahondar en el conocimiento de la fauna ictícola de la región y en el año 1991 se crea el Servicio Asistencial del Inicne en el que se brindan servicios de asesoramiento, asistencia técnica y extensión en las áreas de Piscicultura, Pesquerías, Patología, Toxicología y Sanidad.

El Instituto es coordinado por el doctor Hugo Domitrovic, director, y el médico veterinario Juan Pablo Roux como subdirector. Trabajan en la institución más de 25 investigadores y personal técnico de apoyo, en una amplia infraestructura con equipamiento de avanzada, ubicada en el predio de la Facultad de Ciencias Veterinarias. Sus directivos e integrantes, consideran cumplidos sus objetivos originales de realizar trabajos de investigación básica y aplicada para contribuir al desarrollo de una explotación ictícola regional racionalizada; de promover la formación de recursos humanos especializados en ictiología; y establecer y consolidar la transferencia de tecnología en ictiología y piscicultura.

Para los integrantes del Inicne el estado actual del recurso íctico natural del río Paraná y otros ríos es saludable, en cantidad y calidad, según surge de los relevamientos realizados y reconocen en la situación actual un marcado aporte del conocimiento científico logrado sobre el río Paraná y otros cursos de agua de la región. Por ejemplo, la traza del río Paraná desde Yacyretá y hasta Santa Fe, registra 220 especies de peces y año a año se encuentran más especies. La diversidad se ve acompañada además por una buena biomasa, es decir la cantidad de ejemplares existentes, así como el buen estado sanitario y de tamaño de los peces.

Grandes dorados

“Tanto a nivel de pesca deportiva como comercial se observan actualmente grandes dorados arriba de 14 kilos, así como surubíes de gran porte, siendo frecuente la ocurrencia de grandes cardúmenes donde predominan los ejemplares por encima de los 30 kilogramos”. Así, y quizás en sentido contrario a lo que muchos piensan, los especialistas resaltan que el recurso es bueno en cantidad y calidad y que el sistema Paraná-Paraguay y sus especies ícticas tienen una extraordinaria capacidad para recuperarse como respuesta a la extraordinaria presión pesquera ejercida en la región.

Sin embargo, los estudiosos destacan que el sistema es un ambiente finito, y como los demás cursos de agua, tienen un máximo potencial de producción. Hace cuarenta años, la población que hacía uso del río era varias veces menor a la actual, por lo que en la actualidad al tener que “repartir” en recurso ictícola entre una mayor cantidad de personas, se genera una sensación aparente de disminución del mismo.

Una forma de demostrar la incidencia de la cantidad de pescadores sobre la población de peces, es la predicción de Captura por Unidad de Esfuerzo, es decir la cantidad de recurso pesquero en peso capturado por especie y pescador. Actualmente se captura en promedio 10 kilogramos de pescado por persona por día, cuando hace cuarenta años ese indicador era de 25 kilos. Esto es ejemplo aplicado para la pesca comercial.

“La diferencia radica en que la disponibilidad por pescador que había en el río décadas atrás era mayor porque había menos pescadores, no porque ahora existan menos peces. Es como una torta que debe repartirse entre más invitados y por ello las porciones son más pequeñas, pero la torta es la misma”.

Pero el hecho de que el recurso no haya mermado no significa que no pueda mermar. “En estos años estamos atravesando un excelente escenario pesquero como consecuencia de la gran creciente del río durante el periodo 2009-2010, donde el reclutamiento de la mayoría de las especies de interés deportivo y comercial fue muy exitoso, lo que permitirá continuar con estos elevados niveles de capturas por un tiempo más”.

Sin embargo, es frecuente recibir información de acciones inescrupulosas de pescadores deportivos, comerciales y guías de pesca, quienes llevan a cabo prácticas de pesca indebidas y abusivas que atentan contra la población ictícola (capturas de mayor numero de peces que los permitidos, ejemplares fuera de medidas, animales juveniles, peces no per
mitidos para la pesca comercial, etc.) lo que podría atentar en el mantenimiento del recurso a mediano y largo plazo.
Justamente el manejo integrado y controlado del recurso pesquero es lo que debe llevar a evitar consecuencias no deseadas, ya que de mantenerse los actuales niveles de extracción en condiciones ambientales desfavorables, los resultados podrían ser muy graves, sostienen los investigadores.

Medidas de manejo

En ese sentido, desde el Instituto de Ictiología destacan que, en especial en los últimos años, se haya avanzado en medidas de manejo del recurso basadas en el conocimiento generado científicamente y de forma articulada entre los distintos actores involucrados en la explotación de la cuenca hídrica regional.

El Inicne en el área de las pesquerías trabaja en dos líneas: en el río Paraná y en el Macrosistema del Iberá. En el manejo del río Paraná desde 1994 en convenio con la Entidad Binacional Yacyretá se realizan relevamientos desde el pie de la represa hasta Puerto Abra, también conocido como el pesquero Rzepeski. “Evaluamos mensualmente el estado de las poblaciones existentes a través de muestreos sistemáticos, donde se valoran aspectos, reproductivos, sanitarios, alimenticios y taxonómicos”.

También a partir de Septiembre y hasta abril se muestreos con redes especiales para capturar larvas y huevos para saber que especies y en qué lugar del río se están reproduciendo.
Los peces son atraídos por una corriente artificial hasta el ascensor que los eleva para liberarlos en el embalse.
Asimismo, mensualmente se realizan monitoreos en los sistemas de transferencias de peces de Yacyretá para determinar que especies están utilizando este sistema y es una manera indirecta de ver que especies están migrando y de esa manera también nos aseguramos de mantener el mismo acervo genético.

Además se trabaja en vinculación permanente con las direcciones de Recursos Naturales de Corrientes y Dirección de Fauna y Áreas Protegidas del Chaco desde hace casi una década.

Hace algunos años se hizo un relevamiento integral desde Formosa hasta Reconquista por el margen derecho del río Paraná y desde Corrientes Capital hasta Empedrado por el margen izquierdo del río. Los objetivos eran presentar, describir y analizar los resultados preliminares de las pesquerías estudiadas a partir de los datos tomados en el periodo de junio 2006 a agosto de 2007 en siete puertos o regiones de pesca. También caracterizar la estructura y evaluar la magnitud de las pesquerías comerciales y recreativas desde Reconquista a Formosa, y determinar la estructura de tallas de las especies más importantes.

Más recientemente, en 2010, se hizo un estudio de mallas o redes de pesca alternativas que usaban pescadores de Corrientes y Chaco, donde se detectó que había mallas no habilitadas por lo cual se hicieron recomendaciones técnicas para mejorar las redes utilizadas y hacerlas menos agresivas al recurso pesquero.

Actualmente, se lleva a cabo una investigación que tiene por objetivo implementar protocolos de monitoreo biológico para evaluar el estado sanitario de peces del río Paraná, mediante la caracterización macro y microscópicamente de lesiones halladas en peces de interés comercial, recreacional y ecológico del río Paraná.

“Existe un trabajo articulado entre los sectores involucrados en el manejo del río, y eso es alentador porque una cuenca pesquera requiere de un manejo sustentable e integrado” explicó Roux.

En especial destacó la modalidad de veda extendida, una herramienta del manejo del recurso pesquero que se está implementando en tramos compartidos del río Paraná por las provincias de Chaco y Corrientes. Se trata de una recomendación que surgió de un trabajo de especialistas del Inicne y otros investigadores nacionales.

Es que el conocimiento que servía de fundamento técnico para las vedas tradicionales de finales de año en el río Paraná databa de la década de 1980, cuando había a nivel mundial una tendencia de proteger a peces solo en los momentos de reproducción.

Con los escasos datos de la zona nordeste argentino, se sabía que los peces más importantes se reproducían en el periodo noviembre-diciembre, por lo que entre esos meses se establecía una prohibición pesquera de aproximadamente 50 días.

“En la actualidad con todos los antecedentes de nuestros trabajos científicos y de otros autores, existe un consenso en el cual se sostiene que no es necesario proteger la reproducción en especies de grandes peces migradores, ya que estos se reproducen en aguas corrientes y en coincidencia con las crecientes, entre agosto y marzo dentro de cada ciclo anual” explico Roux.

“A diferencia de la perspectiva tradicional, la veda es una herramienta para el manejo precautorio para regular la presión pesquera sobre la fauna íctica. Es decir que es adecuado implementar restricciones periódicas o a lo largo del año cuando los peces están vulnerables, como cuando hay gran sequía, condiciones ambientales adversas como fríos prolongados o veranos calurosos, grandes congregaciones de peces en sectores del río muy acotadas, etc.” explicó Roux.

Así, la vulnerabilidad de peces se manifiesta en forma periódica a lo largo de todo el año. Pero como no se puede predecir con exactitud el día o las fechas de esos fenómenos adversos, los especialistas concluyeron que lo más adecuado es redistribuir la cantidad de días de veda a lo largo de todo el año, para lograr en algún momento del año ser eficientes.
Surgió de esa forma la veda extendida consistente en prohibir los días sábados y domingos la pesca comercial, ayudando a la vez a la dignidad de la actividad de tener días de descanso, mientras que para los pescadores deportivos se prohíbe pescar los martes y miércoles.

“Se pasó de 50 días de veda en noviembre y diciembre a un total de 96 días de veda extendida distribuida a lo largo del año” expresó Roux.

Pero reiteró que la veda es sólo una de tantas herramientas para cuidar el recurso. Si la gente respeta además las medidas mínimas permitidas para extraer, la cantidad de peces permitidos, no mata animales virginales, usa artes de pesca habilitadas, y no arroja residuos tóxicos al agua, sólo así puede ser efectivo el manejo sustentable del recurso íctico. “No podemos hoy utilizar sólo a la veda dejando de lado otras herramientas necesarias, la veda es más eficiente al interactuar en conjunto con otras medidas”.

Medidas pendientes

Los integrantes del Inicne resaltan la articulación lograda con los organismos de Recursos Naturales de Corrientes y Fauna y Áreas Protegidas del Chaco, así como con organismos nacionales, internacionales y de otras provincias.
Pero también advierten la necesidad de mantener dicho vínculo atendiendo a que el manejo del recurso depende del monitoreo periódico de diversas variables tanto ambientales como origen antrópico.

En ese sentido, uno de los aspectos pendiente por armonizar está vinculado al manejo del valle aluvial, es decir la conexión del río con lagos, lagunas, arroyos, canales y otros cursos de aguas menores.

Roux explicó que desde el Instituto se trabaja para sugerir y proponer a las provincias la definición de áreas de reserva ligadas al valle aluvial.

“Los peces en esta zona del río necesitan que el valle aluvial mantenga su nivel de conectividad con el río, para garantizar que los mismo puedan alimentarse y protegerse durante el 1º y 2º año de vida y luego en etapa pre púber vuelven al río a finalizar su crecimiento” explicó el profesional de la UNNE.

Pero si se altera esta conexión río-valle aluvial se pierden áreas de cría y recría. Por la ganadería, forestación, cultivos y otras actividades en particular en la costa chaqueña y santafecina se están haciendo diques y terraplenes para evitar que el rio ingrese, y se corta así conexión con las lagunas.

Esas lagunas son muy importantes para sobrevivencias de peces que habitan el rio, y por eso desde el Inicne se alerta sobre la necesidad de proteger esas áreas y garantizar el valle aluvial.

También en la zona del Macrosistema Iberá está trabajando el Inicne, dentro del Programa Iberá+12 de la UNNE que concreta un estudio integral de ese ecosistema

Se pretende conocer la cantidad y diversidad de peces en el Iberá y la dinámica de actividad de estos peces. También los tipos de hábitat y las cadenas tróficas de los peces.

“Es un área estratégica y sensible en su protección, por eso se aspira a profundizar el conocimiento científico sobre la fauna íctica del Iberá” expresó Roux

sábado, 3 de noviembre de 2012

A ver ese criadero... un estudio de la UNCo y CEPYME sobre calidad de localizaciones de criaderos en Alicura

Una historia que remite a comenzar a ordenar la cosa...
El Centro Pyme Neuquén y el Departamento de Explotación de Recursos Acuáticos (DERA) del Centro Regional Universitario Bariloche (CRUB, Universidad Nacional del Comahue, UNCo) están trabajando desde hace unos años en el apoyo a la actividad acuícola regional. A la participación y asistencia a diversas instancias técnicas junto con otras instituciones y organismos oficiales, se suma la colaboración en el diseño del laboratorio de Referencia para la actividad de cultivo de truchas en los embalses del Limay y esta iniciativa que comento abajo, en realidad el texto es del colega Lucas "Cuervo" Maglio... 


En el marco del Convenio de Cooperación entre el Centro Pyme Neuquén y el CRUB se está  llevando a cabo el proyecto “Caracterización Técnico Ambiental de Sitios en Uso y Potenciales para la producción Acuícola en el Embalse Alicura” , estudio financiado por el CFI que tiene fecha de finalización para medidos del 2013.

El estudio tiene un carácter totalmente innovador en nuestro país, y está en línea con la tendencia mundial para el desarrollo sustentable de la acuicultura. En su reciente visita el reconocido consultor ambiental  Ph.D Neil Bass, director de Irish Oak Fine Foods Ltd. dijoLa tendencia mundial apunta a estudiar los sitios en que se ubican los centros de cultivo, abordando aspectos hidrográficos, climáticos, biológicos, de nutrientes y sedimentos, en el lecho marino y la columna de agua. Asimismo, el impacto que pueden generar en la fauna y flora local, la generación de empleos, el turismo y las pesquerías. Todo tipo de influencia que pudiera tener el uso de este recurso”.

El estudio dio inicio en Junio de este año, El Departamento de Explotación de Recursos  Acuáticos del CRUB es quien lidera este proyecto y cuenta con la participación de Navtec Chile Ltda. Navtec es una empresa pionera y con tecnología de punta en relación con el estudio de corrientes en cuerpos de agua y el posterior análisis especifico enfocado en la producción acuícola. Se seleccionaron diez sitios en el embalse, la mitad de ellos con criaderos en actividad y los demás correspondieron a locaciones concesionadas pero que nunca comenzaron su producción.

Se instalaron correntómetros acústicos en el fondo de cada uno de los diez sitios seleccionados y hasta el momento se logró caracterizar cada uno en función de su nivel de exposición ambiental, puntualmente a la fuerza generada por olas, viento y corrientes. La selección de los diez sitios responde a la necesidad de poder abarcar en ellos todas las realidades que se presentan en la actividad, en relación con el tiempo de producción, sitios que tuvieron producción y luego ésta se interrumpió, sitios que nunca han dejado de producir, sitios expuestos, sitios protegidos, etc.

El objetivo es poder determinar cómo afectan las variables ambientales a las unidades de cultivo, cómo se relacionan  y si la interacción de estas tiene algún efecto significativo.

Además se busca determinar además cuál sería en cada caso la mejor ubicación especifica de las unidades de cultivo y cómo deberían estar diseñadas.  Se busca en definitiva estudiar cuan lejos están las estructuras relevadas de un ideal, ya que este aspecto ayudará a hacer más rentable y segura la cría de peces en el embalse.
Por último, se analizará cómo influye la dinámica del embalse en relación con el impacto ambiental.

Tanto el DERA como el CEPyME buscan orientar la actividad acuícola regional a un estándar con mayor  profesionalismo. En este sentido se espera que el estudio se pueda repetir en los siguientes embalses de la cuenca del Limay aguas abajo.

Algo más de informacion en este vínculo: http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2012/8/5/aprender-sobre-los-peces_157485


viernes, 2 de noviembre de 2012

Las madrecitas cordobesas...


Hola navegantes, una noticia acerca de uso de peces para control biológico de plagas en la provincia de Córdoba...


Comenzó la colocación de peces anti dengue en Córdoba


Publicado por Redacción Prensa de Gobierno el 15 septiembre, 2012 para Medio Ambiente y Energía



Este método de control biológico forma parte de un plan integral y es utilizado por la Provincia para atacar la enfermedad en el estado larvario del mosquito que la provoca. El procedimiento continuará durante la semana próxima hasta cubrir todos los sitios relevados, incluidos lagunas de retención y canales.


colocación de peces larvívoros






Tras finalizar el relevamiento en la ciudad de Córdoba de los cuerpos de agua 
que son potenciales reservorios de larvas del mosquito Aedes aegypti, personal 
del Ministerio de Agua, Ambiente y Energía de la provincia comenzó a colocar
 lotes de peces larvívoros en las zonas más críticas. El procedimiento continuará 
durante la semana próxima hasta cubrir todos los sitios relevados, incluidos
 lagunas de retención y canales.


Este método de control biológico forma parte de un plan integral y es utilizado
 por la Provincia para prevenir el dengue mediante la eliminación de las larvas de 
mosquito.


Este mecanismo funciona en las fases acuáticas y en el seno de los 
núcleos poblacionales, y es una herramienta complementaria para la lucha 
contra los  vectores de enfermedades médico epidemiológica como el
 dengue y la  encefalitis. La Provincia lo emplea desde el año 2009
en sitios con aguas permanentes.


El control integrado de la problemática contempla instancias de 
relevamiento para identificar la presencia de larvas del mosquito, y el
 tratamiento de las zonas  mediante la aplicación del larvicida
 biológico Bacillus thuringiensis israelensis,  y la siembra de estos
 peces que son criados por la Provincia.


La fase de relevamiento se realizó en los canales de Avenida Capdevila, del
 Hospital Neonatal, de los barrios Villa Angelleli, Los Cuartetos, Parque Las Rosas, 
Sol Naciente, Ampliación Ferreyra, San Carlos, ex Siete Alcantarillas y las 
lagunas de retención de Villa Retiro y Villa Esquiú. También, los barrios San Lucas y
 Policial anexo.

Cría supervisada


Los ejemplares de Jenynsia multidentata, Cnesterodon decemmaculatus
 y Gambusia están siendo criados en los piletones de la Estación de
 Piscicultura, ubicada en el Club Yacoana sobre las márgenes del Dique 
San Roque.

Allí, un equipo de profesionales monitorea las evolución de los pié de
 cría de estas especies y su empleo en los sitios de control. Esto se hace
 bajo las pautas de un protocolo que prevé las particularidades 
epidemiológicas del foco a tratar, las características del ambiente
 acuático, la densidad larval y la capacidad predadora del pez.