Esta nota , del periodista Daniel Marzal, fue publicada en el diario Río Negro en enero de 2019. Se basa en un estudio realizado por dos grupos de investigación de la Universidad Nacional del Comahue, uno de la Facultad de Turismo y otro del Centro Regional Universitario Bariloche. Son datos interesantes que dan una dimensión del movimiento económico que genera la pesca recreacional en la región, en una temporada cualquiera, y caracteriza esa actividad. Se entrevistó a pescadores locales y turistas, prestadores de servicios y actores sectoriales para definir los distintos parámetros, valores, inquietudes y sugerencias. El estudio fue solicitado y financiado por la Mesa Directiva Honoraria de Pesca Deportiva de Río Negro, zona Andina y el objetivo fue generar datos e información para orientar políticas públicas e inversiones privadas en función de un diagnóstico sectorial. Hasta ahí todo bien, lean la nota, y saquen ustedes vuestras propias conclusiones.
Pero al compartirla en las redes sociales (ver la nota en FB propio y en Peces Argentinos), se armó un más que interesante debate acerca de... cómo describirlo, el tema de las introducciones de especies que resultan en cambios graves en los ecosistemas, la preocupación por esos cambios y los efectos sobre la fauna y flora nativas, pero también surgieron los posicionamientos " a cara e`perro...": "eliminen a los salmónidos", "no hay que valorizar una actividad que se basa en peces dañinos", "como ya están los salmónidos, denles murra para destruir sus poblaciones, nada de manejo, retornemos a los tiempos anteriores a 1904", año en que se inició la siembra, indiscriminada y loca por cierto, de salmónidos en Patagonia. Surge al parecer una "la grieta" entre posicionados conservacionistas y posicionados pragmáticos, quienes se oponen a todo tipo de manejo porque se trata de una especie exótica y quienes solo piensan en pescar y lo demás poco importa... eh?
Y en medio, hay que seguir batallando para que lo que se haga en el ambiente, tenga un análisis previo, una evaluación de consecuencias o posibles efectos y un seguimiento de las medidas implementadas (liberación obligatoria por ejemplo: efectivamente hay un aumento en las tallas y u mantenimeinto de los números de lo que se pesca o no tenemos ni idea?)
Bien vale dar este debate, luego de conocer todos los aspectos involucrados en el tema del manejo y la gestión de ictiofauna, cuando corresponde proteger o conservar especies nativas por un lado, y sostener una pesquería que produce ese movimiento económico.
No se puede volver a los antiguos tiempos anteriores a la introducción de truchas, no se pueden eliminar sus poblaciones, no se puede ignorar que hay mucha gente viviendo de ese recurso, no se puede simplemente liberar su extracción a ver qué pasa...
El trabajo es un aporte más al conocimiento de una actividad compleja, como todas las que involucran a los humanos en tanto usuarios que hacen o no lo que se debe, respetan o no una normativa, toman en fin iniciativas a veces peligrosas sin medir consecuencias.
Se ha generado un volumen muy importante de información y conocimientos en los últimos años aquí en la Norpatagonia andina. Conocemos los ecosistemas, las relaciones tróficas entre sus componentes, algunos de los efectos de las introducciones y con todo eso pretendemos generar herramientas que sirvan para la gestión y la conservación.
Ahora, luego de este comentario de los comentarios, les dejo para leer...
Y en medio, hay que seguir batallando para que lo que se haga en el ambiente, tenga un análisis previo, una evaluación de consecuencias o posibles efectos y un seguimiento de las medidas implementadas (liberación obligatoria por ejemplo: efectivamente hay un aumento en las tallas y u mantenimeinto de los números de lo que se pesca o no tenemos ni idea?)
Bien vale dar este debate, luego de conocer todos los aspectos involucrados en el tema del manejo y la gestión de ictiofauna, cuando corresponde proteger o conservar especies nativas por un lado, y sostener una pesquería que produce ese movimiento económico.
No se puede volver a los antiguos tiempos anteriores a la introducción de truchas, no se pueden eliminar sus poblaciones, no se puede ignorar que hay mucha gente viviendo de ese recurso, no se puede simplemente liberar su extracción a ver qué pasa...
El trabajo es un aporte más al conocimiento de una actividad compleja, como todas las que involucran a los humanos en tanto usuarios que hacen o no lo que se debe, respetan o no una normativa, toman en fin iniciativas a veces peligrosas sin medir consecuencias.
Se ha generado un volumen muy importante de información y conocimientos en los últimos años aquí en la Norpatagonia andina. Conocemos los ecosistemas, las relaciones tróficas entre sus componentes, algunos de los efectos de las introducciones y con todo eso pretendemos generar herramientas que sirvan para la gestión y la conservación.
Ahora, luego de este comentario de los comentarios, les dejo para leer...
La pesca genera 130 millones de pesos al año en Bariloche
El nivel de gasto de los turistas que
llegan para esa actividad deportiva y recreativa es de 3.000 pesos por día.
También se alojan 8 jornadas promedio, el doble que el visitante convencional.
Un pescador se cruza con otros turistas
en el hotel, en la calle o en un restorán cualquiera de la ciudad, y en
principio no hay nada que los diferencie. Error. Los visitantes que recibe la
ciudad en plan de disfrutar de la pesca deportiva o recreativa se quedan
en promedio unos 8 días en la ciudad cuando el turismo en
general no supera los 4 días.
Y la economía local también se
beneficia mucho más con los pescadores, que tienen un gasto diario
superior a los 3.000 pesos en promedio, cuando el conjunto de los viajeros
que recibió Bariloche el último invierno dejaron 2.300 pesos por día, según
cifras difundidas por el Ministerio de Turismo de Río Negro.
La radiografía sobre el comportamiento
y las características socioeconómicas de la pesca deportiva y recreativa en la
cuenca del Limay y la zona de los lagos andino patagónicos fue realizado por un
grupo de estudio de la Universidad Nacional del Comahue y comprobó que durante
la última temporada ese segmento inyectó a la rueda económica local un
total de $ 130 millones.
El trabajo señala también que esa
cifra podría ser mucho mayor si se resuelven algunas de las demandas de los
pescadores -que fueron puntillosamente relevadas- y si se encaran estrategias
de promoción que permitan llegar a nuevos mercados emisores.
La pesca deportiva y recreacional en el
área Bariloche (que incluye el lago Nahuel Huapi y otros de la zona, la cuenca del
Limay y la del río Manso) “es de muy buena calidad, ya que a las
condiciones de conservación de los ambientes, la belleza natural del entorno y
la provisión de servicios adecuados se suman las excelentes características de
la ictiofauna”, refiere el estudio.
La conclusión surge de las encuestas
realizadas durante la temporada 2017/2018 con pescadores residentes,
turistas nacionales y turistas internacionales.
Una de las conclusiones principales es
que el pescador típico no decide su destino sólo por el tamaño o número de las
piezas que se le prometan capturar, sino “por la disponibilidad de distintos
tipos de ambientes y la variedad en las modalidades de pesca” que puede
realizar.
El trabajo pone el foco en la cuestión
económica y destaca que el gasto turístico diario de quienes practican la pesca
deportiva/recreativa en Bariloche es de 3.020 pesos en promedio.
Los residentes gastan apenas 284 pesos
por día y los turistas nacionales 1.847,35 pesos. Pero los extranjeros
contribuyen a subir la media con un desembolso de 6.382 pesos por jornada.
La lectura inevitable es que el
turismo de pesca resulta un segmento particularmente atractivo para la ciudad,
ya que gasta casi uno 30% más en promedio que el turismo en general.
Ese potencial es mucho mayor al tener
en cuenta los días que el pescador permanece en la ciudad. Mientras el conjunto
de turistas (sin discriminar) permanece una media de 3 a 4 días, según la
estadística que lleva el municipio, el estudio determinó que los pescadores
registran 8 días.
Marcelo Alonso, magister en Acuicultura
y miembro del equipo de investigación, señaló que esos datos deberían servir
para orientar mejor las políticas de promoción.
Dijo también que la pesca debe ser
entendida como una “experiencia integral”, que pasa no sólo por la captura de un
salmónido de buen porte sino por el disfrute de la naturaleza y el paisaje. “No
es que a la gente venga sólo a clavar un cachalote”, graficó Alonso. Subrayó
que se debe fomentar la pesca en “ambientes abiertos” porque de ese modo la
actividad “distribuye más” desde lo económico. En forma tácita, esa
recomendación desalienta el desarrollo de “lodges” privados.
Algunos de los datos del estudio
tienden a contradecir creencias arraigadas. Por ejemplo, el importante
desarrollo que tiene la pesca entre los propios residentes de Bariloche y
localidades vecinas, que son el 60,4% del total. Sólo el resto son turistas.
De estos últimos, el 26,6 % son
extranjeros, el 22,8 % del Alto Valle, el 19% de capital federal y el 7% de
provincia de Buenos Aires. De los extranjeros el 52% son de EE.UU. El río Limay
es el ambiente preferido por los extranjeros.
La pesca es una actividad casi
exclusivamente masculina (son el 95,5% en este tipo de turismo), el
22,4% de este público se aloja en hotelería cinco estrellas y el 45,8% llegan
por vía aérea. Ambos datos son marcadamente superiores a la media general.
También los pescadores registran una alta tasa de regresos. El 98% de los
encuestados manifestó interés en volver a Bariloche. El 77% vino ya más de una
vez y el 71,6% es exclusivamente pescador.
“La pesca deportivo-recreativa en esta
ciudad destino agrega valor a la diversidad de experiencias y servicios que son
posibles -señalan los investigadores-. Un destino que es accesible, está
conectado, tiene infraestructura y ofrece mucho muy cerca, cuenta con una
fortaleza competitiva en cualquier contexto mundial, si se consideran algunas
tendencias de consumo turístico”.
Marcelo Alonso destacó que en materia
de promoción “no todo es poner millones de mangos” y a su juicio haría falta
una campaña más enfocada en captar nuevos públicos de pesca, entre las que
recomendó “más notas en revistas especializadas”, por ejemplo, antes que
difundir el producto en ferias generales.
Consideró importante invertir en más controles
del furtivismo y en campañas de educación ambiental del tipo “llevate la
basura” .
El trabajo concluye que la calidad de
Bariloche como destino turístico accesible y equipado “es la base para una
mejor y necesaria coordinación entre el sector público y los sectores privados,
dado que la pesca deportiva/recreativa es una práctica en crecimiento a escala
mundial”.
El paisaje es el principal atractivo para armar la caña
Tal vez sorprenda comprobar que para el pescador la calidad de los peces
que pueda capturar no son el factor más valorado para elegir un destino, sino
que la motivación pasa por el entorno natural.
Según se desprende de las encuestas realizadas por la UNC, el 91,1% de
los pescadores señaló la “belleza del paisaje y la naturaleza” como el factor
más valorado y en segundo lugar con el 36,7% aparece “la diversidad y cantidad
de especies de pesca”. El 20,3% señaló como tercer valor “la calidad del agua
de los ambientes”.
El cuestionario también buscó indagar sobre los obstáculos o
“conflictos” que encuentran los pescadores.
Señalaron en primer término “la presencia de basura y suciedad en el
ambiente (21,1%), seguido por los accesos restringidos por privados a los
ambientes de pesca (13,2%), el costo alto de las excursiones y guiadas (10,5%)
y el poco control para la protección del recurso (7,9%).
Un estudio de técnicos de la Universidad Nacional del Comahue analizó la
visión y el comportamiento de los pescadores que llegan a la zona.
El 91,1% de los pescadores señaló la “belleza del paisaje y la
naturaleza” como el factor más valorado y en segundo lugar con el 36,7% aparece
“la diversidad y cantidad de especies de pesca”.
Datos
$ 6.382 es el gasto promedio de un
pescador extranjero que llega a la región. Los nacionales superan los $ 1.800.
60,4% es el porcentaje de pescadores
locales que disfrutan de la actividad en Bariloche.
91% elige Bariloche y alrededores por
la belleza del entorno y la naturaleza. Detrás está la calidad de los salmónidos
que pueden pescar.
El río Limay es el ambiente preferido por los extranjeros, pero los
entendidos se quejan de la falta de limpieza y seguridad para los visitantes.
Falta fomento y cuidado de Provincia y Parques
Aunque cuenta con un recurso
invalorable, la provincia de Río Negro hace poco por preservar sus ambientes
pesqueros, y algo parecido ocurre con el parque nacional Nahuel Huapi, según
observó Herbert Bartz, amplio conocedor del rubro.
“Neuquén fomenta más y cuida mejor
-aseguró-. Son más estrictos con los permisos y luchan más contra el
furtivismo. El parque Los Alerces también trabaja bien. Pero acá tenés que ver
lo que es el Limay, un desastre”.
A su juicio, Bariloche es una ciudad
“que no invita a venir, sobre todo a los extranjeros”. Mientras que para los
turistas nacionales la principal contra es que “se puso todo muy caro”, porque
los insumos de pesca están dolarizados “y se fueron a las nubes”.
Según Bartz, el río Limay es un recurso
formidable, pero faltan peces de buen tamaño porque “está muy furtiveado y no
se recupera”. Dijo que los guardapescas controlan “pero sólo de día”, y basta
con ir a la madrugada para ver “cómo los furtivos hacen lo que quieren”.
Otra observación que hizo tiene que ver
con los robos con artículos que se dejan en los vehículos en la zona del Limay.
“Un destino que es accesible, está conectado y tiene infraestructura
cuenta con una fortaleza competitiva”.
Valoración
36,7% de los encuestados por la
Universidad del Comahue dijeron que optan por la pesca en esta zona por la
diversidad y cantidad de especies para capturar.