Es así... a veces pasa mucho, a veces no pasa nada... en tanto surja noticia para comentar o escriba lo prometido acerca de la Red de Fomento de la Acuicultura argentina, les socializo esta bonita página escrita por Diego Flores, que ha dado en pescar carpas con mosca aquí en los ríos Negro y Limay, que remite a cómo aprovechar la aparición de carpas en el río Negro, que rutea para que las autoridades de aplicación de la provincia puedan formular planes de manejo de este novedoso recurso, que a su vez vincula con el interés de alentar y colaborar en ese trabajo por parte de este bloguero (una suerte de colaborador espiritual de los compas de la Dirección de Pesca de Río Negro), que lleva a su vez a que el escaso tiempo disponible será ocupado con semejante tarea, que llevará a que seguiré aprovechándome de los trabajos de Diego para colgar en esta página cada vez que haya necesidad de mover el blog... todo cierra así...
Pero ya hablando en serio, cuelgo la nota porque puede resultar de interés para plantear que es necesario un estudio del río y la formulación, si no de un plan de manejo que puede resultar complicado de implementar, al menos de pautas concretas de ordenamiento del recurso. Se estudió el río Negro en 1995 y 2005. Particularmente en ese año, se caracterizó la ictiofauna, se estudió el estado sanitario de los peces, se analizó la factibilidad de cultivo de esturión en territorio bonaerense de la zona del valle inferior y se estudió la posibilidad de éxito del asentamiento de una población de trucha arco iris que diera lugar a un run de peces que vivieran en el mar y volvieran al río para que los pescadores tuvieran solaz y esparcimiento... Bueno, lo del esturión no va por el calor y lo de la steel head no va por el calor tampoco. Hace calor en la Patagonia norte en verano!!. Alguna de la gente mencionada en este artículo estuvo participando de este trabajo.
Casi diez años después, las inquietudes son parecidas: explotar racionalmente la pesca deportiva o recreacional en la cuenca. Ese es el punto a discutir en una provincia como Río Negro, en donde parecería que la pesca se debe gestionar con los recursos generados por la propia actividad (lo que se recauda con la venta de permisos de pesca), que gestiona la pesca deportiva y recreacional de la cuenca del Limay por medio de Mesas Directivas honorarias conformadas por usuarios, la Universidad, los clubes de pesca... original sin dudas pero con necesidad de una análisis profundo de los pros y contras de esta forma de gestión y, sobre todo, de un análisis de la necesidad de la asignación de mayor cantidad de recursos.
Carpas con Mosca en los Ríos Negro y Limay Inferior (Patagonia)
Textos Diego Flores. Fotos Gabriel Distilo, Diego Flores y Gustavo Monteseirin.
A fines de 2012, Gustavo Monteseirin me escribió para invitarme a pescar al río Negro, en General Roca –está repleto de carpas enormes, pero es imposible sacarlas. Les tiramos con la caja completa de moscas, nos saltan en la cara y nada. Vos que las has pescado por tus pagos,¿ te gustaría venir a enseñarnos como pescarlas?-. Fue así que esta loca idea comenzó a crecer, a sumar muchos involucrados, y terminó en un gran evento organizado por la Municipalidad de General Roca.
Que decir sobre la carpa, una especie de características súper deportivas para la mosca. Lentamente los muros culturales van cayendo, y este pez considerado como una plaga o un azote de Dios, va tomado el lugar deportivo que se merece. Un pez con la sutileza de una trucha selectiva, que se pesca a pez visto como un bonefish y desarrolla el tamaño y la potencia física de un pacú. ¡Imposible pedirle más!
Los ríos Negro y el Limay Inferior, poseen grandes poblaciones de carpas, de excelente tamaño, en aguas claras y que ofrecen una lucha tremenda por haber crecido en correntada. El potencial es enorme, transformando este recurso en disfrute de muchos pescadores y motor económico para numerosos servicios turísticos.
Nunca en una nota me preocupó tanto el reiterado comentario, “no las podemos sacar con nada”, más sabiendo que el Alto Valle posee mosqueros talentosos y muy experimentados, muchos versados en ninfas y secas. Conversando con Tito Fontana, el hecho que las carpas no picaran podía deberse a dos factores: eran realmente imposibles, o el abordaje era incorrecto. Y como era de esperarse, la razón fue la segunda. Para hacer la conexión hay que dejar el chip truchero, insertarnos el chip un carpero(completamente distinto). Dejar de pescar a ciegas o estructura, entender que son peces recolectores (no cazadores) y que se ubican en otros sitios del río. Olvidarse de echar raíces en una corredera, para caminar por brazos muertos y solo castear si vemos un pez, un wake, un burbujeo o una nube de barro que delate una alimentación sobre el fondo.
PRIMER CONTACTO
La primera tarde salimos a recorrer el Negro con Gustavo y Salvador Pilafis (Tili), partiendo desde el Náutico de Roca. El río explotaba de gente por un feriado, y navegamos aguas arriba escapándole a la multitud y el barullo de las embarcaciones. El río Negro posee accesos permanentes cada 500 o 1000 m, y con mucho calor se transforma en el balneario de la ciudad. Al respecto aconsejo las prácticas en días de semana, donde el río se encuentra más tranquilo.
Realmente el Negro Superior se trata de un curso hermoso, de aguas transparentes pero de tinte verdoso, y muy variado anatómicamente. Es un río “casi de llanura”, pero muy caudaloso y pechador que invita a un vadeo cuidadoso. Su módulo medio anual es de 1014 m³/seg., cuatro veces mayor que el Limay Superior. Posee pozos profundos, largos runs, extensas correderas de guijarros, muchas islas, sauces en las orillas, costas peladas y algunos raigones atorados en las partes bajas. Bastante divagante, posee innumerables brazos menores (que se cortan con el agua baja), lagunas anexas y desbordes, estos últimos los hot spots carperos por excelencia. Su caudal está regulado por las represas de los ríos Neuquen y Limay, pero como se compensan entre sí, el efecto es bastante atenuado
A poco de andar los muchachos me llevaron a aguas profundas, donde si bien se veían carpas, el abordaje con mosca resultaba imposible. Necesitábamos zonas bajas y quietas donde cazarlas con la vista y que permitan una presentación a centímetros del hocico. Las carpas aman los “corners” de agua calma, por lo que elegimos un brazo muerto perdido en medio del campo. A motor muy lento, dejamos el bote a 200 metros y le entramos caminando. Resultó un nidal de carpas, aunque pequeñas (entre 500 gr. y 2,5 kg). En el Negro los cardúmenes parecen dividirse por clases de edad o tamaños; mientras en algunos sitios las hay más pequeñas, en otros prácticamente iguales encontramos grandes ejemplares. Un detalle a tener muy en cuenta al buscar ejemplares trofeos…
Con aguas tan bajas y planchadas el rececho debe ser muy sigiloso. Uno piensa que cuantas más carpas hay en un sitio (por un tema de competencia) más fácil será tentarlas. Una verdad a medias, basta que una sola del cardumen nos detecte, para que todas huyan despavoridas. A veces es mejor abordar ejemplares aislados, ya que un par de oídos escuchan menos que 50 o 100!!!
Esta afirmación tiene correlación con el poderoso sistema sensorial de las carpas. Un motivo es el Aparato de Weber, que conecta el oído interno con la vejiga natatoria, a través de una serie de huesecillos derivados de las primeras vértebras. La vejiga natatoria hace de amplificador, ya que el aire es más compresible que el agua y mejora la estimulación del nervio auditivo. Y cuanto más grande es el pez, mayor es el efecto. El Sistema de Weber tiene la función de intensificar el sonido que pierde fuerza en la transición de un medio a otro (aire/agua), o mejorar la discriminación de sonidos simples en ambientes muy ruidosos. Mientras los peces generalistas como las truchas escuchan en frecuentas de 30 a 500 HZ, los especialistas como la carpa pueden abarcar frecuencias de 40 a 2500 Hz. Otro carácter es que poseen una reacción de miedo producida por una feromona de alarma. Esta última explica muy claramente el comportamiento cuando nos descubren, cambiando inmediatamente su actitud o huyendo en perfecto bloque.
En ese brazo Gustavo tuvo el primer pique sobre un ejemplar crucereando, el cual marró. Luego tuvo otro errado en un rool cast al sacar la mosca del agua. Por fin me tocó a mí, y después de varias seguidas, clavé un ejemplar pequeño y rompimos el maleficio: ¡las carpas del Río Negro no eran imposibles! Desde allí exploramos otros brazos cortados, hasta llegar a una gran laguna cercana al Zoológico, donde encontramos ejemplares enormes, roleando en superficie. Pescando a vista, Gustavo clavó una carpa de espejos de 7 kilos que dio 20 minutos de una guerra impresionante.
Indudablemente se trataba de un ejemplar muy activo porque tirando a un rise, sorbió la mosca sin clavarse y dos estripadas después le entró con todo. Se utilizó un equipo Nº 6, línea de flote, tippet 1X y como mosca una Coyote Carp Fly gris oscuro (con pelo de guarda y dubbing “del perro” de Tito Fontana) que horas antes atara en el ómnibus camino a Roca. Gustavo quedó tan conmovido con la experiencia, que por minutos se perdió mirando el río, buscando tranquilidad “hablando consigo sismo”…
Indudablemente se trataba de un ejemplar muy activo porque tirando a un rise, sorbió la mosca sin clavarse y dos estripadas después le entró con todo. Se utilizó un equipo Nº 6, línea de flote, tippet 1X y como mosca una Coyote Carp Fly gris oscuro (con pelo de guarda y dubbing “del perro” de Tito Fontana) que horas antes atara en el ómnibus camino a Roca. Gustavo quedó tan conmovido con la experiencia, que por minutos se perdió mirando el río, buscando tranquilidad “hablando consigo sismo”…
Poner ese bruto en seco y fotografiarla nos consumió casi todo el atardecer. El lugar era una postal idílica con enormes ejemplares saltando ruidosos o formando delicados rises en superficie. Con la noche encima y tirado a nubes de barro tuve el pique de un ejemplar de 4 kilos, que corcoveo en superficie y zafo de la mosca. Y fue así que cerramos cerrando un día inaugural espectacular….
CHARLA Y EXPERIENCIAS EN ARROYITO
El día del evento, las condiciones eran verdaderamente horribles: nublado, frío y con vientos de 50 km/h. El primer lugar elegido, fue un lagunón donde las carpas wekean y saltan como locas. Lo que Barry Reynold en su libro describe como “Hell Raisers”, un evento normalmente asociado a un comportamiento reproductivo que otorga nulas posibilidades de pique. Ciento por cien relacionable con la gran cantidad de algas que allí existen y que sirven de sustrato del desove. A pesar de ello el Tili pinchó un buen ejemplar que se desprendió en la primera corrida. Luego navegamos aguas arriba hasta las lagunas del día anterior, a las que encontramos muertas y con el agua turbia (atribuible al viento que remueve el limo o a un cañadón que las haya ensuciado con algún chaparrón lejano). Era tiempo de pegar la vuelta y tomar una siesta reparadora…
La charla, abierta a todo público, tuvo una concurrencia de 70 personas, incluidos pescadores de varias ciudades vecinas. La introducción biológica fue dada por el Biólogo de la AIC, Guillermo Blasetti de la AIC. La charla técnica de pesca con mosca fue dictada por quién escribe. mi percepción es que el evento fue muy valorado, todo un éxito.
En pleno brindis, arreglamos usar el tercer día en Arroyito, invitados por Daniel Valls, Gabriel Distilo y su barra de amigos que se habían acercado hasta Roca. Así pude conocer las lagunas ubicadas abajo del Embalse Arroyito, un verdadero “carp paradise” descubierto por Alejandro Beckmann. El día amaneció soleado, sin viento, y empezamos a buscarlas a vista en un canal de aguas bajas.
La cancha de pesca es una combinación de aguas lentas, que combina el viejo canal por el que se desvió el río durante la construcción, más varias lagunas que se forman por filtraciones de la pared. El sitio es sumamente variado, con espejos de agua que presentan diferentes densidades de peces y transparencias del agua. Ideal para caminar y experimentar hasta el hartazgo…
De entrada Daniel nos llevó a una esquina donde normalmente se juntan varios ejemplares. Allí, desde la barranca y en agua completamente clara encontramos varios carpones oscuros de entre 4 y 7 kg, en diferentes actitudes: crucereando, alimentándose, tomado sol, formando muds… Con un vadeo sumamente cuidadoso me dedique a uno, que comiendo sobre el fondo, dejaba en superficie una nube de burbujas finamente gasificada. El equipo utilizado fue un Nº 5 potente, con línea de flote Echo Sphere – Streamer / Nymph y leader de 9 pies terminado en un tippet 0,26 mm Súper Raiglon. Tomó una imitación de ninfa de dragon Nº 8 invertida (con patas de goma) y dio una pelea de perros de más de 25 minutos con corridas de más de 50 metros. Dicen que las carpas generan poco acido láctico al pelear, y con tanta concentración de oxígeno, no había forma de someterla. Otro punto es la belleza de los ejemplares: muculosos, con las aletas intactas y vestidas de una brillante coloración ocre/dorado. Los verdaderosgolden ghost de Dave Whitlock!!!
Tras las fotos nos entregamos a un exquisito asado a la sombra de un sauce añejo, donde la delicatessen culinaria del día fueron unas peras al escabeche verdaderamente exquisitas. A la tarde salí a explorar una laguna de aguas más turbias, donde se veían enormes ejemplares tomando su siesta de sol. El tiro desde arriba de una barranca repleta de arbustos y alpatacos, no era para nada fácil. La mayoría se espantaron ante la presentación, y las que seguían lo hacían de curiosas, sin ninguna intención de atacar.
Hasta que tuve la suerte de encontrar otra muy buena rascando el fondo en menos de 50 cm de agua. Con un rool cast presente una imitación invertida de Damsel Nº 8, y tomó agresivamente sin dudar. La pelea nuevamente fue terrible, con largas corridas y no menos de 20 minutos para introducirla en la red. Completamente hechos, nos dedicamos a pescar arco iris y pejerreyes con secas al atardecer, aunque el excesivo calor hizo que solo capturemos algunos ejemplares pequeños.
VUELTA DE TABA
Cuando parecía que teníamos las carpas en el bolsillo, nos denigraron durante los próximos dos días, mostrándonos cuan difíciles pueden ser. Un día fue en compañía de Favio Stork, las encontramos en buen número, pero ninguna se estaba alimentando y el pique fue imposible. El último día, invitados por Luis Maldonado (Jefe de Guardapescas de Río Negro) fuimos a visitar un brazo cerca de Allen que usan para realizar sus monitoreos. El lugar era un paraíso de aguas cristalinas donde carpas de 2 a 7 kilos se paseaban como en una pecera. Tanto desde una balsa como a pie, les tiramos a cientos, unas veinte o treinta siguieron la mosca a centímetros, pero ninguna se digno a tomar.
Estaban asoleándose o crucereando, dejándonos completamente claro que si las carpas no se alimentan sacarlas con mosca es casi un imposible. A la vuelta Gustavo decía –“son unas hdp, estas carpas me dejaron temblando de adrenalina, nunca me divertí tanto sin sacar un pez”.
Al momento del cierre mis amigos de Roca, enviaron fotos de nuevas carpas capturadas. Están completamente enloquecidos con el descubrimiento, y ahora la posta es de ellos. Nos vemos el año que viene, esta vez para que ellos me enseñen cuanto descubrieron en ese río olvidado, que tienen a minutos de su casa.
Agradecemos al Club Náutico de General Roca por brindar las instalaciones. A Vinos Distribuidora Roca, por donar las botellas de Humberto Canale para la charla. También a la municipalidad de General Roca, muy especialmente a Guillermo Navone (Director de Medio Ambiente) y Cintia Monsalves (Directora de Turismo).
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