El Omega-3 del pescado y otros Omega-3, no estamos hablando de lo mismo
Durante su ponencia, Clemens von Schacky se refirió a una investigación sobre el Omega-3 de los catálogos en línea de dos cadenas de hipermercados portugueses, tomando como muestra 40 productos, desde yogures enriquecidos con estos ácidos grasos hasta la carne, sardinas en lata, huevos o leche. El investigador, coordinador de la Unidad de Cardiología Preventiva de la Universidad de Munich, advirtió de que hay que distinguir el marketing de los beneficios probados por la ciencia y la percepción que se obtiene a través del etiquetado: "La industria alimentaria se ha centrado mucho en los productos con ácidos grasos Omega-3 derivados de las plantas porque son más baratos. Pero los estudios muestran que no tienen el mismo efecto protector en el cerebro y en el corazón que los ácidos grasos Omega-3 que se obtienen del pescado y no necesitan ningún tipo de transformación".
Esta fue la conclusión que ha estado en la base a la respuesta internacional a las directrices de la Unión Europea sobre el etiquetado de los productos con Omega-3. Las nuevas normas, de 2012, establecen los niveles mínimos para poder promocionar como fuente de estos ácidos, pero no distingue entre los ácidos grasos DHA y EPA obtenidos por el pescado, y los ALA, derivados de plantas como la colza, el lino y la soja.
CAMPAÑA “PESCADO CONTROLADO”
Von Schacky defendió que los últimos avances en estudios sobre los beneficios de las formas marinas de ácidos grasos Omega-3 han tenido resultados prometedores. En el año 2004, en colaboración con William Harris, de la Universidad de Missouri, desarrolló un índice que mide los niveles de ácidos grasos Omega-3 en los tejidos y desde entonces han demostrado que no existe una relación directa con el consumo, pero sí con el metabolismo del individuo. "El problema es que los seres humanos convierten ALA en DHA (ácido graso de los animales), de manera poco eficiente”.
Un análisis de sangre que los dos científicos han desarrollado y que tienen disponible en los EE.UU. y Alemania, muestra que la concentración óptima debe ser de aproximadamente del 8% a 10% y menos del 4% es una señal de riesgo. Este análisis debería ser rutinario al igual que el colesterol, ya que, según el cardiólogo, tiene el mismo papel preventivo de los problemas del corazón o demencia.
El Índice HS- Omega-3 ® es un biomarcador pionero para predecir y prevenir accidentes cardiovasculares, mortales y no mortales, aceptado y validado por las comunidades médicas alemanas y estadounidenses, y las pruebas de rutina realizadas para evaluar el nivel de ácidos grasos Omega-3 en la población .
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