El impacto ambiental de la acuicultura
La industria acuícola se ve atacada habitualmente con el argumento de que su actividad es negativa para el medio ambiente. Pero, ¿cuales son exactamente esos efectos negativos? ¿Se puede hablar en general, sin diferenciar los sistemas de producción o las características de las empresas? ¿Son comparables esos efectos a los que producen industrias alimentarias a las que habitualmente no se cuestiona? El informe “Blue Frontiers. Managing the environmental costs of aquaculture”, promovido por la organización The WorldFish Center, busca dar respuestas a estas preguntas, aportando también soluciones para solventar los problemas detectados. Una de las conclusiones destacadas de este informe es que, en comparación con otros sistemas de producción de alimentos de origen animal, la acuicultura sale bien parada en lo que a impacto ambiental se refiere.
Teniendo en cuenta que existe una creciente demanda de proteínas por parte de una población que no deja de aumentar, resulta obvio que es necesario contar con industrias que cubran esa demanda. Uno de los aspectos más interesantes de este documento es el dedicado a la comparación del impacto ambiental de la producción acuícola con la de otros alimentos de origen animal. “Esto es importante”, se firma en el informe “porque sin una imagen equilibrada de los impactos medioambientales de la producción de alimentos de origen animal a través de diferentes sistemas, no es posible para los gobiernos o para los consumidores entender los verdaderos costes de esta producción”. En este caso, los autores han centrado la comparación en cuatro aspectos diferentes: la eficiencia en la conversión, las emisiones (nitrógeno, fósforo y dióxido de carbono), el uso de la tierra y el uso de agua.
En este informe se establecen una serie de conclusiones básicas sobre el sector acuícola:
-Alto crecimiento global de la producción.
-Rápida emergencia de especies que se adecúan a las demandas del mercado.
-Creciente importancia en el suministro de pescado
-Dominio de China.
-Alto crecimiento global de la producción.
-Rápida emergencia de especies que se adecúan a las demandas del mercado.
-Creciente importancia en el suministro de pescado
-Dominio de China.
Ante las preguntas que se plantean sobre el impacto medioambiental que el rápido crecimiento tiene o ha podido tener a nivel mundial, el informe “Blue Frontiers: Managing the environmental costs of aquaculture ”, impulsado por la organización The WorldFish Center, realiza un análisis de los efectos que tiene esta actividad en el medio, comparándolos con los de otras actividades dedicadas a la producción de alimentos. El estudio se centra en los efectos a gran escala, comparando y contrastando las demandas generadas de una serie de recursos biofísicos. En concreto, los autores del informe han realizado un estudio partiendo de datos de 2008, comparando la demanda regional y global de diferentes recursos biofísicos para un grupo de especies y sistemas de producción que se utilizan actualmente. En total, los investigadores utilizaron una matriz en la que se incluyeron 13 grupos de especies, 18 países, tres intensidades productivas, cuatro sistemas de producción, dos hábitats y cinco tipos de alimentación. De esta forma, afirman haber cubierto un 82% de la producción mundial de acuicultura en el año considerado.
Los datos se agruparon en 16 unidades diferentes, para las se realizó un análisis del ciclo de vida. En concreto, para realizar este análisis se tuvieron en cuenta:
-el área requerida para producir el pescado.
-la cantidad de pescado salvaje necesario como alimento.
-la cantidad de fertilizante orgánico e inorgánico requerido para hacer crecer el pescado.
-la energía requerida para los diferentes procesos de producción.
-la cantidad del dióxido de carbono que debe asimilar el medio derivada del proceso de producción.
-la cantidad de deshechos como nitrógeno y fósforo que debe asimilar el medio derivados del proceso de producción.
A partir de los datos obtenidos en el análisis del ciclo de vida, los investigadores han estimado el impacto de estos grupos de especies/sistema de producción en seis categorías diferentes: eutrofización, acidificación, cambio climático, demanda de energía, ocupación del espacio y depleción biótica (uso de pescado para harinas y aceites).
Como era de esperar, los autores han constatado una relación directa entre el volumen de producción y el nivel de impacto; entre los resultados concretos, la producción de anguilas destaca por su elevado consumo energético, y la acuicultura de salmónidos presenta una elevada demanda de pescado salvaje. En el extremo contrario, la producción de bivalvos y de algas muestra una baja demanda mediambiental y reduce la eutrofización.
ACUICULTURA VS OTRAS FUENTES DE PROTEÍNAS
Teniendo en cuenta que existe una creciente demanda de proteínas por parte de una población que no deja de aumentar, resulta obvio que es necesario contar con industrias que cubran esa demanda. Uno de los aspectos más interesantes de este documento es el dedicado a la comparación del impacto ambiental de la producción acuícola con la de otros alimentos de origen animal. “Esto es importante”, se firma en el informe “porque sin una imagen equilibrada de los impactos medioambientales de la producción de alimentos de origen animal a través de diferentes sistemas, no es posible para los gobiernos o para los consumidores entender los verdaderos costes de esta producción”. En este caso, los autores han centrado la comparación en cuatro aspectos diferentes: la eficiencia en la conversión, las emisiones (nitrógeno, fósforo y dióxido de carbono), el uso de la tierra y el uso de agua.
En el informe se recoge una comparación de la tasa de conversión entre animal-fuente de alimentación. En este caso “el pescado muestra un buen comportamiento, ya que, en general, convierte la comida en masa corporal mejor que el ganado”. Las aves, por ejemplo convierte un 18% de los alimentos que consumen, los cerdos un 13% y el pescado, aproximadamente, un 30%. En el caso de los organismos filtradores, la comparación de esta variable carece de sentido, pues no necesitan alimentación al margen de la que encuentran de forma natural en el medio. El problema que presenta la producción de especies carnívoras de acuicultura es la necesidad de incluir harina y aceite elaborados con pescado salvaje en su alimentación.
Por lo que respecta a los otros parámetros comparados, “la producción extensiva de ganado presenta elevadas demandas en el uso de tierra a través de la deforestación”. A pesar de ello, “el uso de tierra por unidad de proteína producida es similar en el caso de otros sistemas de producción”. En el caso de la producción intensiva de ganado, “destacan los elevados niveles de nitrógeno, fósforo, dióxido de carbono y metano” y, “comparativamente, los sistemas de acuicultura muestran un buen comportamiento respecto a las emisiones de la producción de cerdo y vacuno”. Por último, la ganadería, especialmente la intensiva, presenta una elevada demanda de agua dulce.
CONCLUSIONES
-El impacto medioambiental está fuertemente ligado a los niveles totales de producción.
-Los sistemas de producción tienen impactos medioambientales que varían de manera muy significativa, ofreciendo un elevado potencial para la mejora.
-El uso de harina y aceite de pescado está muy extendido y la reducción de la dependencia de estos recursos requiere un enfoque concertado sobre la innovación en el sector de la alimentación.
-La reducción de muchos de los impactos requiere respuestas que son genéricas.
-La acuicultura es una opción ecológicamente competitiva para la producción de alimentos de origen animal.
-Con toda probabilidad la acuicultura contribuirá de manera cada vez más importante en la seguridad alimentaria de los países en desarrollo en los que existe tradición de consumo de pescado.
-El cambio climático no puede ser ignorado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pensad: no hagáis lo que no os gusta que os hagan, sobre todo en cuanto a la forma de pensar...