Una interesante iniciativa de la provincia de Chubut, que suma necesidades de productores, formación de estudiantes de nivel Medio de la provincia, abastecimiento del mercado y creación de puestos de trabajo.
Trabajan en un proyecto productivo inédito en Argentina
Noticias del día03 de octubre de 2013
El equipo de la Secretaría de Ciencia de la Provincia, encabezado por su secretario, Rubén Zárate, tuvo una jornada de trabajo con alumnos, docentes y directivos de la Escuela 721 de Camarones, analizando los detalles del proyecto que pondrá a funcionar la semana próxima una Planta Procesadora de Productos del Mar.
Argentina: A partir de una serie de programas provinciales con apoyos financieros y técnicos realizados durante estos dos años, la semana próxima se pondrá en marcha un proyecto productivo inédito para Chubut y la región que permite no solo capacitar a los estudiantes secundarios de Camarones, sino que también se va a convertir en una unidad de innovación productiva al servicio de los emprendedores locales que decidan realizar actividades vinculadas a la maricultura.
“Este es uno de los proyectos que venimos trabajando en el Gabinete Productivo junto al sector educativo, buscando que el enorme esfuerzo que realiza esta comunidad educativa tenga todo el apoyo provincial para que se convierta también en una oferta productiva concreta para el pueblo”, señaló Rubén Zárate, y agregó que “el gobernador Martín Buzzi nos instruyó para que perfeccionemos los aspectos técnicos del proyecto para que se lo incluya en lo inmediato dentro del financiamiento del Programa Productivo ‘De qué va a vivir mi pueblo’”, que trabajamos también codo a codo con la intendenta”.
La Escuela 721 “Caleta Horno” de Camarones cumple por estos días uno de sus sueños más preciados: el próximo 10 de octubre, con motivo de un nuevo aniversario de Camarones, se inaugurará formalmente la planta procesadora de productos del mar, lo que la convierte en una de las escuelas secundarias del interior de la provincia en ejemplo de voluntad, proyección y compromiso no sólo con los estudiantes sino también con la comunidad.
El director de la escuela, Darío Funes, trabaja desde el inicio en este proyecto y cuenta que hacia fines de 1999 “había una matrícula muy baja y con uno de los docentes buscamos alguna alternativa que atrajera a los estudiantes, a los chicos, a los adolescentes para que continuaran sus estudios” y continúa: “En ese momento no era obligatoria aun la escuela secundaria, así que como el campo y la tierra ya tienen dueño y lo único que no tiene dueño es el mar, nos pusimos a buscar alguna alternativa aquí y vimos que existía la posibilidad de engordar, de criar molusco, bivalvos: en este caso mejillones”.
El director agrega que “el cultivo de moluscos empezó a ser sostenible desde el punto de vista económico por nosotros mismos. Los chicos comenzaron a tener su propio cultivo y así es como llegamos al día de hoy en que se inaugurara una planta procesadora que permitirá que este proyecto no solo acompañe al estudio de los chicos que van a ser técnicos el día de mañana, sino también brindarle esta posibilidad a la comunidad de producir los productos marinos que puedan recolectar o que pueda haber en la zona. En esto consideramos central el apoyo que nos viene dando la Secretaría de Ciencia y Tecnología junto a otros organismos”.
En este momento, de los 230 estudiantes que tiene la escuela, incluida la escuela para adultos, 200 de ellos reciben sus talleres y sus clases en el laboratorio contiguo a la planta que se inaugurará la semana próxima.
El cultivo de mejillones hasta la cosecha de los mismos, y también de otras especies son manejadas por chicos de 17 años y sus docentes y una decena de egresados que vio en el proyecto una salida laboral y una especialización que tiene que ver con su entorno y forma de vida.
Ezequiel Coronado cursa quinto año y es uno de los 20 que, vestidos de blanco y con cofias, cumple con su turno de práctica en la planta; sonriente cuenta que “este año comenzamos con la materia que se llama Método de Conservación y Manipulación de los Alimentos y con las prácticas; además tenemos materias que se integran, como Proyectos o Ecología Acuática y pesquería. En total tenemos cerca de 15 materias que nos ayudan a aprender a manejar este trabajo. Lo bueno es que una vez que terminemos el colegio tendremos una orientación”.
Ezequiel declara que lo ve como una salida laboral, ya que “esto te da la posibilidad de aprender, tener más conocimientos y para los que viven acá, incluso aprendemos a tener nuestro propio cultivo. Es otra manera de aprender a tener una salida laboral” y agrega: “Me llama la atención y no es difícil. Al tener la costa cerca, con la ayuda que te da el laboratorio, con las materias y demás nos puede servir el día de mañana como para tener un microemprendimiento”.
Por su parte, Micaela Siares, de 16 años, cuenta que están haciendo las prácticas y cómo se dividen en secciones: “A mí me tocó una sección, y son las distintas etapas para el producto final. Tenemos limpieza, cocción, extracción de pulpa y rotula y refrigerado. Yo estoy en cocción, y después vamos rotando para que todos aprendamos las diferentes partes del proceso”.
Jorge Álvarez es biólogo, docente y uno de los que junto al director comenzaron y continúan trabajando en el proyecto. Explica que “todo el personal del criadero son egresados de la escuela y, junto a los chicos que están en curso, hacemos todo el proceso desde el cultivo hasta la cosecha, lo que implica colocar las semillas de mejillón, obtener las larvas, engordarlas; luego se da el proceso de fijación, luego van al mar por tres meses, se sacan, se los vuelve a engordar y después de unos meses más obtenemos los mejillones que van a pasar a la planta para su procesamiento”.
“Llegar a la instancia de contar con una planta de procesamiento es un punto crucial para nosotros: hemos trabajado tanto..., pero también sabemos que a partir de ahora el desafío es otro y tenemos que hacer las cosas muy bien, como las venimos haciendo”, manifestó Álvarez.
Por su parte, el director explica que “a raíz de que veíamos que la comercialización iba a ser verdaderamente un problema y que ya lo estaba siendo, se pensó en armar una Asociación Civil sin fines de lucro vinculada a todos los procesos de formación, de educación y de producción, de manera tal de que pudiera englobar las responsabilidades de una organización para que el productor solo se dedique a producir”. Es así que se formó “Camarones por Camarones” que próximamente firmará un convenio con la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Provincia para impulsar allí el “Programa de Incubadora de Empresas Innovadoras” para que sea una herramienta central para el para el desarrollo de unidades de negocio en maricultura en Camarones y otras localidades que trabajen en red con la escuela.
“El pueblo valora o se siente muy orgulloso de lo que hay en Camarones, porque ciertamente no hay en muchos lugares lo que tiene esta escuela. Creo que una vez que la planta esté procesando y esté generando producción, y pequeños productores empiecen a encontrar un modo de vida aquí, va a ir impactando paulatinamente en la población”, dice Funes.
Este convenio que será firmado también el 10 de octubre establece que la Asociación fomentará y promocionará el desarrollo de la infraestructura humana y técnica en el campo de la maricultura, invirtiendo en el sector pesquero y acuícola como una nueva fuente de producción e innovación, para el desarrollo de nuevos productos y aplicaciones en productos ya existentes; mientras que la Secretaría será la encargada de generar espacios de investigación y de impulsar las capacidades tecnológicas en maricultura como herramientas idóneas para el desarrollo local y provincial, promoviendo la ciencia y la innovación productiva como ejes centrales de valor agregado en el sector industrial.
Para Rubén Zárate, “este proyecto es la clara evidencia de que cuando se quiere se puede y, sobre todo cuando los esfuerzos de la comunidad escolar se concatenan con el municipio y este con la Provincia, es posible lograr resultados rápidos y en favor de los jóvenes de Camarones que buscarán su primer trabajo con las capacidades necesarias para lograrlo”.
La Escuela 721 “Caleta Horno” de Camarones cumple por estos días uno de sus sueños más preciados: el próximo 10 de octubre, con motivo de un nuevo aniversario de Camarones, se inaugurará formalmente la planta procesadora de productos del mar, lo que la convierte en una de las escuelas secundarias del interior de la provincia en ejemplo de voluntad, proyección y compromiso no sólo con los estudiantes sino también con la comunidad.
El director de la escuela, Darío Funes, trabaja desde el inicio en este proyecto y cuenta que hacia fines de 1999 “había una matrícula muy baja y con uno de los docentes buscamos alguna alternativa que atrajera a los estudiantes, a los chicos, a los adolescentes para que continuaran sus estudios” y continúa: “En ese momento no era obligatoria aun la escuela secundaria, así que como el campo y la tierra ya tienen dueño y lo único que no tiene dueño es el mar, nos pusimos a buscar alguna alternativa aquí y vimos que existía la posibilidad de engordar, de criar molusco, bivalvos: en este caso mejillones”.
El director agrega que “el cultivo de moluscos empezó a ser sostenible desde el punto de vista económico por nosotros mismos. Los chicos comenzaron a tener su propio cultivo y así es como llegamos al día de hoy en que se inaugurara una planta procesadora que permitirá que este proyecto no solo acompañe al estudio de los chicos que van a ser técnicos el día de mañana, sino también brindarle esta posibilidad a la comunidad de producir los productos marinos que puedan recolectar o que pueda haber en la zona. En esto consideramos central el apoyo que nos viene dando la Secretaría de Ciencia y Tecnología junto a otros organismos”.
En este momento, de los 230 estudiantes que tiene la escuela, incluida la escuela para adultos, 200 de ellos reciben sus talleres y sus clases en el laboratorio contiguo a la planta que se inaugurará la semana próxima.
El cultivo de mejillones hasta la cosecha de los mismos, y también de otras especies son manejadas por chicos de 17 años y sus docentes y una decena de egresados que vio en el proyecto una salida laboral y una especialización que tiene que ver con su entorno y forma de vida.
Ezequiel Coronado cursa quinto año y es uno de los 20 que, vestidos de blanco y con cofias, cumple con su turno de práctica en la planta; sonriente cuenta que “este año comenzamos con la materia que se llama Método de Conservación y Manipulación de los Alimentos y con las prácticas; además tenemos materias que se integran, como Proyectos o Ecología Acuática y pesquería. En total tenemos cerca de 15 materias que nos ayudan a aprender a manejar este trabajo. Lo bueno es que una vez que terminemos el colegio tendremos una orientación”.
Ezequiel declara que lo ve como una salida laboral, ya que “esto te da la posibilidad de aprender, tener más conocimientos y para los que viven acá, incluso aprendemos a tener nuestro propio cultivo. Es otra manera de aprender a tener una salida laboral” y agrega: “Me llama la atención y no es difícil. Al tener la costa cerca, con la ayuda que te da el laboratorio, con las materias y demás nos puede servir el día de mañana como para tener un microemprendimiento”.
Por su parte, Micaela Siares, de 16 años, cuenta que están haciendo las prácticas y cómo se dividen en secciones: “A mí me tocó una sección, y son las distintas etapas para el producto final. Tenemos limpieza, cocción, extracción de pulpa y rotula y refrigerado. Yo estoy en cocción, y después vamos rotando para que todos aprendamos las diferentes partes del proceso”.
Jorge Álvarez es biólogo, docente y uno de los que junto al director comenzaron y continúan trabajando en el proyecto. Explica que “todo el personal del criadero son egresados de la escuela y, junto a los chicos que están en curso, hacemos todo el proceso desde el cultivo hasta la cosecha, lo que implica colocar las semillas de mejillón, obtener las larvas, engordarlas; luego se da el proceso de fijación, luego van al mar por tres meses, se sacan, se los vuelve a engordar y después de unos meses más obtenemos los mejillones que van a pasar a la planta para su procesamiento”.
“Llegar a la instancia de contar con una planta de procesamiento es un punto crucial para nosotros: hemos trabajado tanto..., pero también sabemos que a partir de ahora el desafío es otro y tenemos que hacer las cosas muy bien, como las venimos haciendo”, manifestó Álvarez.
Por su parte, el director explica que “a raíz de que veíamos que la comercialización iba a ser verdaderamente un problema y que ya lo estaba siendo, se pensó en armar una Asociación Civil sin fines de lucro vinculada a todos los procesos de formación, de educación y de producción, de manera tal de que pudiera englobar las responsabilidades de una organización para que el productor solo se dedique a producir”. Es así que se formó “Camarones por Camarones” que próximamente firmará un convenio con la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Provincia para impulsar allí el “Programa de Incubadora de Empresas Innovadoras” para que sea una herramienta central para el para el desarrollo de unidades de negocio en maricultura en Camarones y otras localidades que trabajen en red con la escuela.
“El pueblo valora o se siente muy orgulloso de lo que hay en Camarones, porque ciertamente no hay en muchos lugares lo que tiene esta escuela. Creo que una vez que la planta esté procesando y esté generando producción, y pequeños productores empiecen a encontrar un modo de vida aquí, va a ir impactando paulatinamente en la población”, dice Funes.
Este convenio que será firmado también el 10 de octubre establece que la Asociación fomentará y promocionará el desarrollo de la infraestructura humana y técnica en el campo de la maricultura, invirtiendo en el sector pesquero y acuícola como una nueva fuente de producción e innovación, para el desarrollo de nuevos productos y aplicaciones en productos ya existentes; mientras que la Secretaría será la encargada de generar espacios de investigación y de impulsar las capacidades tecnológicas en maricultura como herramientas idóneas para el desarrollo local y provincial, promoviendo la ciencia y la innovación productiva como ejes centrales de valor agregado en el sector industrial.
Para Rubén Zárate, “este proyecto es la clara evidencia de que cuando se quiere se puede y, sobre todo cuando los esfuerzos de la comunidad escolar se concatenan con el municipio y este con la Provincia, es posible lograr resultados rápidos y en favor de los jóvenes de Camarones que buscarán su primer trabajo con las capacidades necesarias para lograrlo”.
Fuente: http://www.diariocronica.com.ar/98166-camarones-trabajan-en-un-proyecto-productivo-inedito.html
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