Así es, no todo llegó con los marinos de la Marigalante (luego rebautizada Santa María como estrategia de marketing. Marigalante es nombre de chica medio disipada, el otro nombre es más serio y remite a la necesidad evangelizadora para quienes tenían otras cosmovisiones y creencias...)
Un investigador norteamericano descubrió señales de grandes modificaciones del medio ambiente
Había granjas de peces antes de Colón
Estaban ubicadas en la actual Bolivia y abastecían de proteínas a los primitivos pobladores.
NUEVA YORK (The New York Times).- Mientras ciertos arqueólogos construyen sus carreras yendo a la búsqueda de ciudades perdidas, el doctor Clark Erickson, del Museo de la Universidad de Pennsilvania, cultiva un ojo aguzado para encontrar paisajes perdidos.
Sus exploraciones de la cuenca del Amazonas en Bolivia permitieron descubrir huellas distintivas de grandes modificaciones en el paisaje realizadas por las culturas preeuropeas.
Estos antiguos ingenieros transformaron las sabanas y pantanos, que proporcionaban escasas posibilidades para la vida, en tierra de cultivo de primer nivel. Y lo hicieron drenando en ciertos lugares y apilando tierra en otros, y creando terrenos elevados para los cultivos, largas calzadas y canales.
El descubrimiento de este trabajo de artesanos explica cómo esta región, con sus pobres suelos y sus temporadas de climas extremos, demasiado lluviosos o demasiados secos, alguna vez fue capaz de dar sustento a una población mucho más numerosa que la que vive allí actualmente.
EVIDENCIAS SUGESTIVAS
La evidencia de tal ingeniería de paisajes en el pasado también está forzando a los estudiosos a descartar la noción largamente defendida de que las tierras bajas del trópico no podrían brindar suficiente sustento a civilizaciones populosas.
Ahora, el doctor Erickson encontró nuevas evidencias de un paisaje perdido de lagos y canales zigzagueantes, que cubren más de 480 kilómetros cuadrados de la sabana. Es una zona con inundaciones estacionales que se baña en las aguas de torrentes tributarios del Amazonas y se encuentra en la región de Baures, sobre la frontera boliviano-brasileña.
En cada cambio de dirección, los canales tienen pequeñas aberturas con forma de embudo. Erickson cree que fueron utilizados como esclusas, o trampas, para cultivar peces.
En el número de esta semana de la revista Nature, Erickson informa haber encontrado evidencia de que, durante cientos de años, mucho antes de la llegada de los colonizadores españoles, los indígenas de la región practicaban una icticultura intensiva.
Habían convertido una planicie inundable en una vasta granja de peces.
Un estudio minucioso de las huellas de esos antiguos trabajos terrestres, escribió Erickson, reveló que eran "un ejemplo de creación y manejo activo antropogénico de un paisaje por pueblos nativos".
Las pruebas sugieren que las esclusas datan por lo menos del siglo XVI -los españoles no controlaron la zona de Baures hasta 1708-, pero pueden incluso ser muy anteriores.
Esta compleja red de lagos y canales parece haber sido diseñada para obtener ventaja de la inundación anual de la estación lluviosa, desde noviembre a abril o mayo, cuando los amplios pastizales quedaban cubiertos de más de treinta centímetros de agua. Entonces, los peces llegaban junto con la crecida y allí prosperaban.
Cuando las aguas retrocedían, la mayor parte de ellos probablemente permanecía en los numerosos lagos artificiales, cada uno de alrededor de 30 metros de diámetro.
PROTEÍNA EN ABUNDANCIA
Los canales zigzagueantes, de entre uno y dos metros de ancho, y 30 de largo, se utilizaban para controlar los movimientos y la cosecha de los peces, particularmente en la estación seca.
"Las esclusas y los lagos producían un abundante rendimiento de proteína animal, que además era muy convenientemente almacenada y sostenible -concluye el doctor Erickson en el trabajo-. Así, esos pueblos eran capaces de mantener poblaciones muy densas en lo que podría considerarse un medio ambiente marginal."
En un comentario que acompaña la publicación del artículo, el doctor Warwick Bray, arqueólogo del University College, de Londres, afirma que estas evidencias de campos agrícolas elevados y granjas donde se practicaba la piscicultura ponían en evidencia que "los arqueólogos están comenzando a probar la enorme variedad de prácticas agrícolas que florecían en la América precolombina".
El doctor William M. Deneven, profesor emérito de geografía de la Universidad de Winsconsin en Madison y especialista en tecnología agrícola de los indígenas americanos, expresó una opinión más cautelosa con respecto a los hallazgos.
El subrayó que, por ahora, la interpretación del doctor Erickson se mantiene dentro del campo de la especulación, a pesar de que "ninguna otra explicación parece tener mucho sentido". .
John Noble Wilford
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