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domingo, 4 de noviembre de 2018

Desovillando el ovillo 2: porqué no despega la acuicultura argenta

Resultado de imagen para ren enojadoComparto una nota aparecida en el diario Río Negro, firmada por Daniel Marzal, que describe una situación problemática de la piscicultura de salmónidos en la región norpatagónica. En realidad, la nota describe lo que pasa cuando pasa lo que describimos ya en otras entradas de este blog y que tiene que ver con la escasa fortaleza del sector acuícola argentino. 
Resultado de imagen para ren enojadoEn resumen, navegantes, falta trucha para abastecer el mercado local de Bariloche, porque una mala partida de alimento produjo altas mortalidades en los criaderos y porque un operador fuerte (400 toneladas por año, ponele) deja de producir. Los colegas LLorens y Baez explican la situación sectorial. 
Hemos de tomarnos un par de minutos para reflexionar en ello: el principal proveedor de alimento trae un alimento con problemas, que produce una alta mortalidad en los criaderos que proveen al mercado interno, en el que parece que principalmente Bariloche se ve afectado. No hay quien pueda reemplazar esas mortalidades, al menos en el corto plazo...
Luego un productor importante decide irse a su casa y pone en crisis al sector porque los demás productores no pueden reemplazar esa producción...
Resultado de imagen para ren enojadoLa nota habla de necesidad de resolver problemas ya viejos: la provisión de alimento por fuera de un monopolio, el tema del la faena y distribución, los costos operativos altos, etc.etc. etc.
Cómo resolver esto? Ya se probó o se prueba con mesas interinstitucionales, asistencia de  estamentos técnicos nacionales y provinciales, un dizque plan estratégico que nunca se puso en cancha, conformación de asociación de productores, hasta un Cluster arco iris hubo...  

Pero vamos al artículo, os dejo a vosotros el pensar qué, cómo, cuándo hacer...



La escasez de trucha en la cordillera jaquea a restoranes y pescaderías
La crisis de un productor de Alicura y los problemas con una partida de alimento balanceado golpearon un mercado que es sumamente complejo y delicado. En Bariloche muchos optaron por retirar el plato de sus cartas ante la inestabilidad de la oferta.
El criadero de truchas Colonia Suiza usa las aguas del lago Moreno para la cría de sus peces. (Foto: Alfredo Leiva)

Desde hace décadas la trucha de plato o fileteada se convirtió en un insumo clave de la cocina regional y su provisión estaba garantizada por los salmonicultores que aprovechan los ambientes particularmente aptos de Bariloche y alrededores, especialmente el lago Alicura.
Pero este año el mercado entró en crisis por una inesperada cadena de imprevistos, al punto de que el precio al consumidor final se disparó a más del doble y varios restoranes de Bariloche, Dina Huapi y Villa La Angostura decidieron sacar la trucha de sus cartas por la imposibilidad de asegurarse una provisión regular.
Los problemas surgieron en el último verano con una mala partida de alimento balanceado aportada por un proveedor (al que le compra la mayoría de los criaderos), que provocó una gran mortandad de peces.
La fragilidad de la cadena productiva hizo el resto y durante varios meses hubo un marcado faltante de truchas, que disparó los precios.
A ese factor se sumó la caída de una de las empresas más grandes del sector, Truchas Neuquén, que trabajaba básicamente para el mercado interno pero dejó de producir y quedó al borde de la quiebra.
Otra de las grandes firmas es Truchas Alicura, que tiene planta de procesamiento propia pero no se dedica al mercado interno y sólo produce para exportación.
El titular del criadero de truchas Colonia Suiza, Juan Llorens, dijo que se trata de un mercado muy complejo, que en el último año sintió el impacto de emprendimientos demasiado ambiciosos, nacidos con impulso del Estado y con pretensiones de acceder al mercado externo, pero que toparon con dificultades difíciles de anticipar. “Hay decisiones equivocadas, no se consigue el tamaño, los volúmenes comprometidos, y el negocio no funciona”, describió.
El productor de Colonia Suiza, que también es técnico acuicultor, dijo que “la no disponibilidad de alimento” impidió trabajar con la escala requerida. Y debido a la partida fallida las truchas sufrieron una concentración anormal de toxinas en el hígado y muchas se murieron.
“Algo que no todo el mundo entiende es que la trucha es un producto delicado. Es un salmónido, esencialmente carnívoro y no están dadas las condiciones para su producción masiva -explicó-. No es lo mismo que el ganado vacuno o el ovino, que comen vegetal. En algún momento hubo abundancia de trucha en el mercado, por una cierta sobreproducción. Pero lo normal sería esto”.
El alimento balanceado para los salmónidos debe contener proteína animal, dijo Llorens, y los intentos por reemplazarla con proteína vegetal -más barata- dan como resultado una trucha de inferior calidad, con otro sabor y textura. Aseguró que el consumidor de Buenos Aires y de otros grandes centros urbanos en general la acepta igual, “pero acá en Bariloche la gente sabe de truchas y no quiere ese producto”.
Menús en revisión
Muchos de los restoranes clásicos de la ciudad tienen la trucha como emblema y los turistas la piden mucho. “No me puede ir de Bariloche sin comer trucha” es la regla que muchos se autoimponen, casi tanto como llevar chocolate o también (en el último tiempo) degustar alguna buena cerveza artesanal.
Julián Domínguez, del restorán Jauja, reconoció que en el último tiempo el apreciado salmónido local “es difícil de conseguir” y el precio aumentó mucho. “En sólo un mes el kilo se fue de 290 a 390 pesos”, señaló.
En la carta, los platos de trucha que antes eran más accesibles también subieron hasta superar los de lomo vacuno y casi empatar con el salmón importado de Chile.
Las opciones más demandadas son por ejemplo la trucha al roquefort, la trucha al ajillo, a las brasas, a la manteca negra o con crema de almendras.
La encargada del restorán La Marmite también admitió que existe problemas desde hace meses para lograr un suministro fluido y por eso eligieron trabajar con tres proveedores, para tener reaseguro.
Señaló que en ese clásico establecimiento de la calle Mitre la preferencia es muy marcada: alrededor del 40% de los clientes pide platos con trucha. Los precios varían entre 500 y 620 pesos.
A pesar de ese interés, en otros restoranes han optado por retirar la trucha de las cartas para evitar la pregunta del comensal y la inevitable negativa. “El problema es la cantidad y la regularidad de lo que te traen -explicó un propietario-. Pedís la trucha hoy y recién la tenés en una semana, encargás ocho kilos y te traen tres”.
Producción acotada
La producción de trucha arcoíris de criadero en la Argentina no supera las 1.300 toneladas anuales. Si bien es muy marginal a nivel internacional (Chile por ejemplo produce 84 mil toneladas), tiene importante reconocimiento por la calidad sanitaria de sus ambientes.
Los funcionarios de ministerios y secretarías de Producción consideran a la salmonicultura como un nicho subexplotado y de amplia proyección.
Algunos actores consultados señalaron que faltan inversiones importantes y crédito para prefinanciar exportaciones.
Aseguraron además que la trucha tiene una logística compleja, que incluye fletes, frío y la necesidad de plantas de procesamiento cercanas a los puntos de producción.
Otro limitante es la accesibilidad al alimento, que depende de sólo dos proveedores, es de origen importado y cotiza a precio dólar.
Particularidades
La mayor distribuidora de pescados en Bariloche es La Bahía. Uno de sus titulares, Jorge Ramus, reconoció que la actual escasez se inició cuando el alimento defectuoso “mato una tanda completa de alevinos” y la reposición inevitablemente “lleva varios meses”.
Señaló que existe una demanda local bastante estable de truchas pero coincidió en que “el consumidor barilochense conoce y no se deja engañar”. Dijo que el precio “como en cualquier otro producto depende de la oferta y demanda; cuando hay poca el precio sube”.
Otro de los condicionantes es que ante la dificultad para conseguir la calidad requerida, la mayoría de los productores -dijo Ramus-, prefieren enviar a Buenos Aires, porque allí venden mejor “y no les interesa el cliente local”.
Con todo, consideró que la producción debería normalizarse de a poco y que en el verano volverá a los estándares habituales.
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Los colores característicos de la trucha arcoíris en una de las jaulas de producción. (Alfredo Leiva)
La demanda de trucha en los restoranes es un clásico. (Alfredo Leiva)
La faena es uno de los pasos más críticos del proceso productivo. Y no en todos lados hay establecimientos adecuados para la tarea.
La trucha es un salmónido, esencialmente carnívoro. Su producción masiva no es asimilable a la de los vacunos.

Magnitud
500 a 620
pesos puede costar en un restorán de Bariloche un plato de trucha, dependiendo de la versión.
1.300
toneladas anuales se estima que se producen en nuestro país. En Chile procesan 84.000 toneladas por año.

Trucha de Chubut pescada con red
Ante la dificultad para obtener truchas de criadero, algunos restoranes compran a distribuidores que las obtienen en Chubut, pescadas con red en ambientes naturales. Julián Domínguez, de restorán Jauja, aseguró que provienen del lago Musters.
El acuicultor Víctor Báez dijo que no le extrañaría que fueran de otro lugar, por ejemplo de Santa Cruz, donde existen lagunas con abundancia de truchas y la provincia otorga permisos de pesca comercial.
“Es una trucha del sur de Chubut, que siempre estuvo. Es más barata, pero no es pareja”, dijo el productor Juan Llorens. En la pescadería La Bahía aclararon que en realidad se trata de “una trucha perca”, no la tradicional arcoíris. Y que no tiene ni el color ni la textura ni el tamaño estándar que buscan los restoranes. Algunos la usan para filetear y ahumar o para subproductos.

“La mayor ventaja son las aguas muy buenas que hay. Las mayores producciones por ahora están en Neuquén”.
Víctor Báez, docente de la carrera de Acuicultura y exdecano del CRUB.

“Había varios productores de juveniles, pero desaparecieron”
La Universidad del Comahue participa en la producción de salmónidos a través de la carrera de Acuicultura que se dicta en esta ciudad. Sus docentes y alumnos aportan investigación, estrategias productivas y tiene también su propio criadero.
“Van a pasar unos meses hasta que se recomponga el mercado”, aseguró Víctor Báez, docente de la carrera y exdecano del CRUB.
Dijo que uno de los desencadenantes de la abrupta caída de la oferta fue la salida deTruchas Neuquén, que dejó de producir “no por razones comerciales sino por un problema personal de su dueño”. Un dato que ilustra sobre la fragilidad del sistema.
Según Báez, en todo el país se producen “de 1.200 a 1.300 toneladas anuales, y el 65% se hace en Alicura”. Refirió que Truchas Neuquén aportaba a ese total unas 500 toneladas, que se volcaban al mercado interno.
Los problemas de abastecimiento, dijo, no se resuelven de un día para el otro. “La demanda está, pero todavía no hay productores que reemplacen -explicó Báez-. No es tan directo, que sale uno y entra otro. Armar un sistema de comercialización, clientes, logística, lleva tiempo. Además el alimento cambió de precio, es todo en dólares y la devaluación impactó mucho”.
La Universidad en su centro de salmonicultura, camino a Catedral, produce juveniles de hasta un gramo y también huevos de trucha para la venta. El año pasado tuvo poca demanda, pero este año comercializó todo.
“Hasta la temporada anterior había varios productores de juveniles, pero este año desaparecieron. Tiene que ver con los costos. No es un negocio sencillo”, dijo el investigador. También admitió que el aumento de precio al público redujo la demanda. Además de Alicurá, otro sitio con mucho potencial es el embalse Piedra del Águila, donde se construye una nueva planta de procesamiento. Desde la universidad realizaron un estudio para la selección de sitios. Báez dijo que en Piedra del Águila ubicaron nueve a lo largo de 70 km, y habría una empresa chileno peruana con interés de asentarse allí en breve, “con un volumen de producción importante”. Señaló que para exportar “hace falta calidad y continuidad”. Báez dijo que una de las limitantes es la única planta de faena que quedó en la región, en el barrio El Pilar. Uno de los productores dijo que no envían a procesar ahí porque les cobran muy caro y les conviene más mandar a Bahía Blanca o Buenos Aires una trucha que luego vuelve a Bariloche para su comercialización. El costo es menor, y la calidad también.



miércoles, 7 de diciembre de 2016

Hablando de pesca recreacional en Argentina: mueve aguja económica y requiere gestión cuidadosa.

Pique, pasión patagónica es una nota firmada por Pablo Donadio en el suplemento Turismo del OPágina 12 del 4 de diciembre de 2016 (https://www.pagina12.com.ar/6762-pique-pasion-patagonica) en la que fui entrevistado. Más allá de los "chivos" de más abajo (direcciones de hosterías para pescadores), lo que quiero reflejar es que la pesca recreacional es una actividad con un importante movimiento económico asociado, junto con la necesidad de conservar calidad de ambientes, poblaciones de peces y otros seres vivos nativos y explotar las poblaciones ícticas de manera racional y sustentable. En torno a esto siempre surge la polémica de porqué están esas especies exóticas allí, si es posible exterminarlas y para qué y demás qué otra actividad turística o económica puede reemplazar a la pesca. En una situación compleja, en la que las cuencas hídricas son disputadas por diferentes intereses y usuarios, esas definiciones son importantes.  

Estadísticas de distintas entidades aseguran que la pesca mueve en la Argentina a más de dos millones de personas anualmente. Para algunos referentes es considerado el segundo deporte recreativo más extendido en el país tras el fútbol, y su variante en agua dulce constituye un universo cultural fascinante, generador de un gran impacto en las economías regionales. De noviembre a abril, la temporada se extiende en las distintas regiones con sus atractivos paisajísticos, riqueza natural, complejidad técnica, mayor y menor desarrollo de infraestructura, y reglas no siempre claras. “Hacer una buena mezcla de peces, recursos naturales y factores humanos no es simple, pero sí necesario para conocer nuestro ecosistema y pautar reglas”, dice Marcelo Alonso, docente de la Universidad del Comahue. “Algunos estudios los requiere la provincia, otros la propia universidad y Parques Nacionales”, completa el investigador de Dinámicas de Poblaciones de Peces en la Patagonia. “Soy amante de la pesca, pero más allá de la disciplina en sí, rescato su doble faceta: como recurso renovable y como nivelador social. Recurso porque agua y peces tenemos en cada región, de punta a punta y con ríos de nivel mundial. Y nivelador social por cómo se reparte la plata, cómo la atomiza, desde alquileres y compra de equipos a permisos de pesca, hospedajes, guías, nafta y prestadores que van desde el que te vende el último motor fuera de borda al puestero que prepara la carnada. Todos se interconectan gracias a la pesca”, explica el instructor Diego Flores. Así en lagos, lagunas, ríos y arroyos; desde la orilla, puente o muelle; en canoa, kayak o velero, la pesca atrae a apasionados que sueñan con jornadas donde la trucha y el róbalo, la carpa y el pejerrey, el dorado, pacú y surubí, devuelvan en tamaño y desafío parte de lo invertido. 
Neuquentur
Truchas y otros salmónidos son la gran riqueza de los cursos de agua de la Patagonia.
AGUAS ARGENTINAS Las regiones de las que habla Flores son bien conocidas en el ambiente de la pesca. Una de ellas ocupa a Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos, donde los ríos Paraná y Uruguay son únicos por su calidad. En ellos brillan el dorado, el surubí, el pacú, el pirá pitá y la boga, el gran recurso pesquero que es puntal para muchos de sus pueblos. Otra comprende la provincia de Buenos Aires, con el pejerrey como emblema e ingreso de dinero para las localidades que hacen el invierno gracias a sus lagunas, como el clásico corredor de Ruta 2. Otra región abarca el Centro y el Noroeste, donde la pesca es increíble y el ámbito muy natural, pero aún está fuera de los circuitos clásicos, sin infraestructura ni accesos a topografías de ríos chicos y sierras complicadas. Finalmente, la Patagonia es vista como cuna de la pesca con mosca, y acaso el sitio donde mejor funciona la pesca deportiva, por la calidad de sus servicios, los controles, la cantidad de guías y entidades que trabajan en conjunto, apoyados en el poder adquisitivo y una mayor instrucción que le permiten a cada pescador alcanzar el tope de la disciplina. En todas esas áreas, el mundo pesquero se manifiesta en plenitud, desde ríos y arroyos de acceso libre (un tema espinoso en la actualidad) a complejos que reciben a los visitantes con comidas gourmet, actividades complementarias y desde luego, los mejores cotos de pesca. “Puede estar todo listo para que los pescadores solo nos ocupemos de pescar. Pero el equipamiento, el guía y la técnica no son más del 50 por ciento: siempre hay otra mitad que depende del hombre, de la dinámica del ambiente en ese momento particular”, destaca Flores, que recorrió los principales ríos de Sudamérica donde se pesca el luchador y acrobático dorado, el “tigre de los ríos”.
Turismo Esquel
Aparejos de pesca a orillas del lago Los Niños, cerca de Río Pico, en territorio chubutense.
TESORO, AL NORTE El capital pesquero de la Patagonia no era un secreto para pueblos originarios ni localidades cercanas a cursos de agua. Pero su potencial internacional comenzó a vislumbrarse allá por 1950 cuando la disciplina del fly cast era furor en Estados Unidos y muchos pescadores avezados se deslumbraron con sus ríos y lagos. Así, poco a poco se instaló a la pesca con mosca local, donde las “truchas enormes”, como destacan varios relatos, quitaban el sueño a los viajeros que empezaron a instalarse temporadas enteras hasta hacer de muchos ríos un “point” a nivel mundial. Hoy como ayer, varios cauces y embalsados naturales convierten a la región un imán permanente. Siguiendo la analogía futbolera, hay dos ríos en particular que son el Maracaná o el Camp Nou de la pesca: el Grande, en Tierra del Fuego, con la trucha marrón marina más destacada del planeta; y el Limay Superior, que en su paso por Bariloche y cercanías de Junín de los Andes puede competir en caudal y movimiento económico con el mismísimo cerro Catedral. 
Desde Neuquén, por historia y calidad, los ríos Malleo y Chimehuin, en Junín de los Andes, reciben amantes de la pesca sin cesar. Entre las especies exóticas de valor deportivo en la región se destacan el salmón encerrado y las distintas truchas, mientras las especies nativas más valoradas son la perca y el pejerrey patagónico. En cercanías del Chimehuin, que nace del lago Huechulafquen, la Hostería Paimún (www.hosteriapaimun.com.ar / 02972-491758) ofrece acceso a tres muelles y diversos guías de pesca para salidas el río y el espejo de agua. En todo el curso del río Negro hay muy buenas carpas para pescar con mosca, y un pejerrey patagónico de lomo negro verdoso que alcanza buen tamaño. Por su parte el río Correntoso (Villa La Angostura) y el lago Nahuel Huapi son otros destacados de la Patagonia norte. Varios hospedajes como la Hostería Patagón (www.hosteriapatagon.com.ar / 0294-4825678) ofrecen guías de pesca particulares, como Leo Benzeni (0294154507256), de medio día y día completo con almuerzo para dos ($ 4000 y $ 6000) o Sergio de Mac Fishing (0294-15-4311184), cuyo semirrígido para seis pasajeros ofrece salidas de pesca y playa en Bahía Lynch, por $ 850 la hora. 
Neuquentur
Al acecho de la mejor pesca de la temporada en el dique neuquino de Piedra del Águila.
En Río Negro, en tanto, el paso del Limay por cercanías a Bariloche encuentra una buena propuesta en La Maroma (0294-15-4702399 / Facebook: La Maroma Lodge Villa Llanquin). Estratégicamente en la parte superior del cauce, la hostería ofrece día de pesca para dos personas en $ 4500, con todos los servicios incluidos (hospedaje, traslados, gastronomía regional) salvo los permisos de pesca. 
TESORO, AL SUREn Chubut otros cuatro ríos se destacan por su impronta agreste y rural. Son el Rivadavia, Futaleufú, Corcovado y Pico, los dos últimos una suerte de “máquina del tiempo que te lleva a los años 50”, según algunos pescadores. En su quinta temporada como prestadores de pesca y especialistas en el Pico, Sendero Lodge (www.senderolodge.com / 0297-15-448514), tiene varios programas de pesca que combinan hospedajes, navegaciones, playa y gastronomía. Cerca, en el centro del área de pesca del Parque Nacional Los Alerces y a instancias del río Futaleufú, (www.elaurapatagonia.com / 011-4813-4340) El Aura Lodge ofrece uno de los mejores complejos de Esquel. El paquete de pesca todo incluido para dos (traslados, hospedaje, almuerzo y cena en el bosque o en Huet-Huet gourmet restaurante y guías) ronda los $ 6640 por día. 
Ya en Santa Cruz, al noroeste, grandes lagos esperan repletos de fauna ictícola de consideración. Los Buenos Aires y Pueyrredón son ejemplo de ello, y el lago Strobel el mejor pesquero de trucha arco iris en todo el mundo por su curiosidad biológica: hay muchas y de buen tamaño, gracias a su alimentación a base de un camaroncito anfípodo. Estancia Laguna Verde (www.estancialagunaverde.com / 02954-454216 interno 36), ubicada a 18 kilómetros del lago y con acceso exclusivo a más de 14 kilómetros de costa, armó múltiples paquetes que permiten postear innumerables bahías protegidas del viento y distintos tipos de aguas y fondos. Más al sur, la provincia cuenta con el río que le da nombre, el Santa Cruz, un vergel de truchas arco iris anádromas o steelheads (cabeza de acero), que en vez de comer insectos de agua dulce se alimentan de krill, calamares y anchoas en el océano, lo que les otorga un tamaño y poder físico que es todo un reto para los pecadores “de tribu” a los que no les importa el frío, el viento y las grandes distancias mientras encuentren estas truchas que marcan un estándar pesquero. Allí, la empresa Tres Amigos (www.tresamigosoutfitters.com / 02966-15554999) ofrece varias alternativas que combinan su base de operaciones en el lodge Los Plateados, ubicado junto al tramo más productivo de este río.
El río Gallegos es otro paraíso de estas truchas anádromas, pero marrones. Fly Fishing Dreams (www.flyfishingdreams.com) ofrece paquetes en Bella Vista Lodge para dos personas, con seis días de pesca desde 5250 dólares, y en Las Buitreras Lodge desde 4950. 
También son pasión las truchas marrones en el río Grande de Tierra del Fuego. Aurelia Lodge (www.aurelialodge.com / 02964-15-485133) ofrece el paquete de semana de pesca con todo incluido desde la llegada al aeropuerto al regreso, entre 2500 y 3390 dólares, dependiendo los días de temporada.
Neuquentur
El lanzamiento, un primer paso fundamental para engañar al pez en la técnica de fly cast.
PÚBLICO Y PRIVADO El crecimiento que provocó la aparición o readaptación de hospedajes casi en exclusividad para la disciplina en la Patagonia sur ha despertado en algunas asociaciones nacionales duras críticas por considerar una indebida apropiación de tramos de ríos. “Hay muchos propietarios de estancias y campos ribereños bien organizados como en Junín de los Andes, a instancias del Chimehuin. Ellos dicen que al cercar los ingresos están cuidando los ríos porque es poca y cuidadosa la gente que pasa, que en general son extranjeros y pagan la friolera de cinco a siete mil dólares la semana, algo imposible para el 99 por ciento de los pescadores. Desde la asociación tenemos un visión muy diferente de lo que debiera ser el uso de un recurso que es de todos, pero ellos no son nuestros enemigos ni vamos a discutir la propiedad privada, simplemente creemos que es una falacia decir que solo la gente con dinero es la que puede garantizar el cuidado del ecosistema”, afirma Daniel Bebebino, vicepresidente Asociación Argentina de Pesca con Mosca. “El problema central está en la laxitud de los estados provinciales y municipales, que en vez de respetar los ingresos públicos, mantener la cartelería, tener limpio los accesos, etcétera, miran para otro lado”, agrega uno de los encargados de confeccionar el Reglamento de Pesca Deportiva Continental Patagónica, que puede descargarse desde su web (www.aapm.org.ar) junto a otros artículos de educación y difusión. Otro gran conflicto surge en torno a las represas, las construidas y las por venir. “Se entiende que hay que buscar un equilibrio porque la energía es necesaria para el desarrollo de las poblaciones, pero como la venta es directa, en el momento, se manipulan los cauces subiendo y bajando su caudal, lo que ha generado verdaderos desastres ecológicos”, completa Bebebino. Además de sus buenas truchas, el río Santa Cruz es un ejemplo del río público. Si bien hay hospedajes, allí se puede frenar y pescar sin problemas. Un caso intermedio es el río Gallegos, que a lo largo de su cauce tiene estancias privadas pero también muchas bajadas públicas. El otro extremo lo marca el río Grande de Tierra del Fuego, cuyo cauce está prácticamente privatizado. La complejidad de acceso se pone de manifiesto allí, al igual que el cuidado de los recursos. 
Turismo Esquel
Inmersión total con la técnica del floating en las cercanías de Cholila, Chubut.
Tanto Bebebino como Flores y Alonso, coinciden en que se debe cuidar el recurso, pero no especialmente de pescadores aficionados. Un caso emblemático en otra región, pero que marca tendencia, es el río Dulce de Santiago del Estero, cuyo potencial biológico podría llevarlo al número uno del planeta para la pesca de dorados. “Pero es el sumidero de los ingenios tucumanos, le sacan agua para la soja que además se llevó bosques nativos, y por si fuese poco en 2002 las autoridades provinciales lo cortaron con 40 grados de calor, matando toneladas de peces por kilómetros”, cuenta Flores. La Universidad del Comahue, que trabaja en común con profesionales del Centro de Ecología Aplicada Neuquén (CEAN) en la pesca de la Patagonia, está tratando de avanzar con pescadores sobre varios aspectos para no padecer después. Uno de esos temas es la siembra furtiva de nuevas especies, como es el caso de la carpa o las mojarras que ponen en peligrosas para las dinámicas de esos cauces.


MODALIDADES AUTORIZADAS

En los ríos y arroyos, incluyendo sus nacientes y/o desembocaduras en lagunas y/o lagos y hasta 200 metros en ambas costas de estos, deben liberarse todos los peces que se pesquen. Solo es posible el retiro en condiciones excepcionales, por las que debe consultarse el Reglamento Patagónico. El mismo explicita los ambientes provinciales donde se hacen excepciones, pero señala solo tres modalidades de pesca: 
  1. Spinning, bait casting y tarrito, que advierte la utilización de un señuelo artificial de cualquier tipo, en el que el peso para el lanzamiento está dado por el señuelo u otro adminículo (plomo, boya) y no por la línea. 
  2. Mosca o fly cast, donde el señuelo está unido a una línea especial para mosca o cola de ratón lanzada por una caña apropiada y cuyo peso para el lanzamiento está dado por la línea y no por el señuelo. 
  3. Arrastre o Trolling, en que el señuelo artificial es arrastrado desde una embarcación (con o sin motor).


DATOS ÚTILES

lunes, 1 de diciembre de 2014

Futuros acuicultores argentinos de visita por Chile: qué mononos, todos de blanco...

Y pasa de todo en el Criadero del Señor...

Mostrando IMG_4141.jpegNuestro cronista cuervo, el ingeniero y profesor Lucas Maglio, nos hace llegar este pequeño informe de las andanzas de nuestro curso de Salmonicultura por tierras trasandinas. Una saludable costumbre la de mostrar a nuestros estudiantes las distintas facetas de una actividad que en nuestro país hermano de Chile tiene tamaño desarrollo. Y no es para que luego estos muchachos copien tecnologías o formas de trabajo apropiadas para esa situación y no para nuestras condiciones de despegue (ojalá) de la salmonicultura argentina, no señor, aunque alguno piense eso... Es para ampliar sus perspectivas y visiones, para curiosear, contactarse con otros profesionales y, porqué no, espiar los problemas...

Y dice:

Por segunda vez en su historia, la cátedra de Salmonicultura de la carrera de Técnico Universitario en Acuicultura*, visitó el centro ECO PICHICHANLELFU de la empresa Marine Harvest, la más grande del mundo en este rubro. 

Los estudiantes pudieron conocer el sistema de recirculación, y sistemas de incubación, además se visitó el modulo del nuevo proyecto de innovacion TRA para la producción de smolts de salmón en contenedores situados en tierra. 
Se está avanzando en gestiones para obtener cupos de pasantías pagas  en esta empresa y se espera poder hacer un convenio entre la empresa y la Universidad Nacional del Comahue (Harvard, temblad, que allá vamos...!!)



* carrera técnica de tres años de duración que se ofrece en el Centro Regional Universitario Bariloche, Universidad Nacional del Comahue.