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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Hablando de pesca recreacional en Argentina: mueve aguja económica y requiere gestión cuidadosa.

Pique, pasión patagónica es una nota firmada por Pablo Donadio en el suplemento Turismo del OPágina 12 del 4 de diciembre de 2016 (https://www.pagina12.com.ar/6762-pique-pasion-patagonica) en la que fui entrevistado. Más allá de los "chivos" de más abajo (direcciones de hosterías para pescadores), lo que quiero reflejar es que la pesca recreacional es una actividad con un importante movimiento económico asociado, junto con la necesidad de conservar calidad de ambientes, poblaciones de peces y otros seres vivos nativos y explotar las poblaciones ícticas de manera racional y sustentable. En torno a esto siempre surge la polémica de porqué están esas especies exóticas allí, si es posible exterminarlas y para qué y demás qué otra actividad turística o económica puede reemplazar a la pesca. En una situación compleja, en la que las cuencas hídricas son disputadas por diferentes intereses y usuarios, esas definiciones son importantes.  

Estadísticas de distintas entidades aseguran que la pesca mueve en la Argentina a más de dos millones de personas anualmente. Para algunos referentes es considerado el segundo deporte recreativo más extendido en el país tras el fútbol, y su variante en agua dulce constituye un universo cultural fascinante, generador de un gran impacto en las economías regionales. De noviembre a abril, la temporada se extiende en las distintas regiones con sus atractivos paisajísticos, riqueza natural, complejidad técnica, mayor y menor desarrollo de infraestructura, y reglas no siempre claras. “Hacer una buena mezcla de peces, recursos naturales y factores humanos no es simple, pero sí necesario para conocer nuestro ecosistema y pautar reglas”, dice Marcelo Alonso, docente de la Universidad del Comahue. “Algunos estudios los requiere la provincia, otros la propia universidad y Parques Nacionales”, completa el investigador de Dinámicas de Poblaciones de Peces en la Patagonia. “Soy amante de la pesca, pero más allá de la disciplina en sí, rescato su doble faceta: como recurso renovable y como nivelador social. Recurso porque agua y peces tenemos en cada región, de punta a punta y con ríos de nivel mundial. Y nivelador social por cómo se reparte la plata, cómo la atomiza, desde alquileres y compra de equipos a permisos de pesca, hospedajes, guías, nafta y prestadores que van desde el que te vende el último motor fuera de borda al puestero que prepara la carnada. Todos se interconectan gracias a la pesca”, explica el instructor Diego Flores. Así en lagos, lagunas, ríos y arroyos; desde la orilla, puente o muelle; en canoa, kayak o velero, la pesca atrae a apasionados que sueñan con jornadas donde la trucha y el róbalo, la carpa y el pejerrey, el dorado, pacú y surubí, devuelvan en tamaño y desafío parte de lo invertido. 
Neuquentur
Truchas y otros salmónidos son la gran riqueza de los cursos de agua de la Patagonia.
AGUAS ARGENTINAS Las regiones de las que habla Flores son bien conocidas en el ambiente de la pesca. Una de ellas ocupa a Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos, donde los ríos Paraná y Uruguay son únicos por su calidad. En ellos brillan el dorado, el surubí, el pacú, el pirá pitá y la boga, el gran recurso pesquero que es puntal para muchos de sus pueblos. Otra comprende la provincia de Buenos Aires, con el pejerrey como emblema e ingreso de dinero para las localidades que hacen el invierno gracias a sus lagunas, como el clásico corredor de Ruta 2. Otra región abarca el Centro y el Noroeste, donde la pesca es increíble y el ámbito muy natural, pero aún está fuera de los circuitos clásicos, sin infraestructura ni accesos a topografías de ríos chicos y sierras complicadas. Finalmente, la Patagonia es vista como cuna de la pesca con mosca, y acaso el sitio donde mejor funciona la pesca deportiva, por la calidad de sus servicios, los controles, la cantidad de guías y entidades que trabajan en conjunto, apoyados en el poder adquisitivo y una mayor instrucción que le permiten a cada pescador alcanzar el tope de la disciplina. En todas esas áreas, el mundo pesquero se manifiesta en plenitud, desde ríos y arroyos de acceso libre (un tema espinoso en la actualidad) a complejos que reciben a los visitantes con comidas gourmet, actividades complementarias y desde luego, los mejores cotos de pesca. “Puede estar todo listo para que los pescadores solo nos ocupemos de pescar. Pero el equipamiento, el guía y la técnica no son más del 50 por ciento: siempre hay otra mitad que depende del hombre, de la dinámica del ambiente en ese momento particular”, destaca Flores, que recorrió los principales ríos de Sudamérica donde se pesca el luchador y acrobático dorado, el “tigre de los ríos”.
Turismo Esquel
Aparejos de pesca a orillas del lago Los Niños, cerca de Río Pico, en territorio chubutense.
TESORO, AL NORTE El capital pesquero de la Patagonia no era un secreto para pueblos originarios ni localidades cercanas a cursos de agua. Pero su potencial internacional comenzó a vislumbrarse allá por 1950 cuando la disciplina del fly cast era furor en Estados Unidos y muchos pescadores avezados se deslumbraron con sus ríos y lagos. Así, poco a poco se instaló a la pesca con mosca local, donde las “truchas enormes”, como destacan varios relatos, quitaban el sueño a los viajeros que empezaron a instalarse temporadas enteras hasta hacer de muchos ríos un “point” a nivel mundial. Hoy como ayer, varios cauces y embalsados naturales convierten a la región un imán permanente. Siguiendo la analogía futbolera, hay dos ríos en particular que son el Maracaná o el Camp Nou de la pesca: el Grande, en Tierra del Fuego, con la trucha marrón marina más destacada del planeta; y el Limay Superior, que en su paso por Bariloche y cercanías de Junín de los Andes puede competir en caudal y movimiento económico con el mismísimo cerro Catedral. 
Desde Neuquén, por historia y calidad, los ríos Malleo y Chimehuin, en Junín de los Andes, reciben amantes de la pesca sin cesar. Entre las especies exóticas de valor deportivo en la región se destacan el salmón encerrado y las distintas truchas, mientras las especies nativas más valoradas son la perca y el pejerrey patagónico. En cercanías del Chimehuin, que nace del lago Huechulafquen, la Hostería Paimún (www.hosteriapaimun.com.ar / 02972-491758) ofrece acceso a tres muelles y diversos guías de pesca para salidas el río y el espejo de agua. En todo el curso del río Negro hay muy buenas carpas para pescar con mosca, y un pejerrey patagónico de lomo negro verdoso que alcanza buen tamaño. Por su parte el río Correntoso (Villa La Angostura) y el lago Nahuel Huapi son otros destacados de la Patagonia norte. Varios hospedajes como la Hostería Patagón (www.hosteriapatagon.com.ar / 0294-4825678) ofrecen guías de pesca particulares, como Leo Benzeni (0294154507256), de medio día y día completo con almuerzo para dos ($ 4000 y $ 6000) o Sergio de Mac Fishing (0294-15-4311184), cuyo semirrígido para seis pasajeros ofrece salidas de pesca y playa en Bahía Lynch, por $ 850 la hora. 
Neuquentur
Al acecho de la mejor pesca de la temporada en el dique neuquino de Piedra del Águila.
En Río Negro, en tanto, el paso del Limay por cercanías a Bariloche encuentra una buena propuesta en La Maroma (0294-15-4702399 / Facebook: La Maroma Lodge Villa Llanquin). Estratégicamente en la parte superior del cauce, la hostería ofrece día de pesca para dos personas en $ 4500, con todos los servicios incluidos (hospedaje, traslados, gastronomía regional) salvo los permisos de pesca. 
TESORO, AL SUREn Chubut otros cuatro ríos se destacan por su impronta agreste y rural. Son el Rivadavia, Futaleufú, Corcovado y Pico, los dos últimos una suerte de “máquina del tiempo que te lleva a los años 50”, según algunos pescadores. En su quinta temporada como prestadores de pesca y especialistas en el Pico, Sendero Lodge (www.senderolodge.com / 0297-15-448514), tiene varios programas de pesca que combinan hospedajes, navegaciones, playa y gastronomía. Cerca, en el centro del área de pesca del Parque Nacional Los Alerces y a instancias del río Futaleufú, (www.elaurapatagonia.com / 011-4813-4340) El Aura Lodge ofrece uno de los mejores complejos de Esquel. El paquete de pesca todo incluido para dos (traslados, hospedaje, almuerzo y cena en el bosque o en Huet-Huet gourmet restaurante y guías) ronda los $ 6640 por día. 
Ya en Santa Cruz, al noroeste, grandes lagos esperan repletos de fauna ictícola de consideración. Los Buenos Aires y Pueyrredón son ejemplo de ello, y el lago Strobel el mejor pesquero de trucha arco iris en todo el mundo por su curiosidad biológica: hay muchas y de buen tamaño, gracias a su alimentación a base de un camaroncito anfípodo. Estancia Laguna Verde (www.estancialagunaverde.com / 02954-454216 interno 36), ubicada a 18 kilómetros del lago y con acceso exclusivo a más de 14 kilómetros de costa, armó múltiples paquetes que permiten postear innumerables bahías protegidas del viento y distintos tipos de aguas y fondos. Más al sur, la provincia cuenta con el río que le da nombre, el Santa Cruz, un vergel de truchas arco iris anádromas o steelheads (cabeza de acero), que en vez de comer insectos de agua dulce se alimentan de krill, calamares y anchoas en el océano, lo que les otorga un tamaño y poder físico que es todo un reto para los pecadores “de tribu” a los que no les importa el frío, el viento y las grandes distancias mientras encuentren estas truchas que marcan un estándar pesquero. Allí, la empresa Tres Amigos (www.tresamigosoutfitters.com / 02966-15554999) ofrece varias alternativas que combinan su base de operaciones en el lodge Los Plateados, ubicado junto al tramo más productivo de este río.
El río Gallegos es otro paraíso de estas truchas anádromas, pero marrones. Fly Fishing Dreams (www.flyfishingdreams.com) ofrece paquetes en Bella Vista Lodge para dos personas, con seis días de pesca desde 5250 dólares, y en Las Buitreras Lodge desde 4950. 
También son pasión las truchas marrones en el río Grande de Tierra del Fuego. Aurelia Lodge (www.aurelialodge.com / 02964-15-485133) ofrece el paquete de semana de pesca con todo incluido desde la llegada al aeropuerto al regreso, entre 2500 y 3390 dólares, dependiendo los días de temporada.
Neuquentur
El lanzamiento, un primer paso fundamental para engañar al pez en la técnica de fly cast.
PÚBLICO Y PRIVADO El crecimiento que provocó la aparición o readaptación de hospedajes casi en exclusividad para la disciplina en la Patagonia sur ha despertado en algunas asociaciones nacionales duras críticas por considerar una indebida apropiación de tramos de ríos. “Hay muchos propietarios de estancias y campos ribereños bien organizados como en Junín de los Andes, a instancias del Chimehuin. Ellos dicen que al cercar los ingresos están cuidando los ríos porque es poca y cuidadosa la gente que pasa, que en general son extranjeros y pagan la friolera de cinco a siete mil dólares la semana, algo imposible para el 99 por ciento de los pescadores. Desde la asociación tenemos un visión muy diferente de lo que debiera ser el uso de un recurso que es de todos, pero ellos no son nuestros enemigos ni vamos a discutir la propiedad privada, simplemente creemos que es una falacia decir que solo la gente con dinero es la que puede garantizar el cuidado del ecosistema”, afirma Daniel Bebebino, vicepresidente Asociación Argentina de Pesca con Mosca. “El problema central está en la laxitud de los estados provinciales y municipales, que en vez de respetar los ingresos públicos, mantener la cartelería, tener limpio los accesos, etcétera, miran para otro lado”, agrega uno de los encargados de confeccionar el Reglamento de Pesca Deportiva Continental Patagónica, que puede descargarse desde su web (www.aapm.org.ar) junto a otros artículos de educación y difusión. Otro gran conflicto surge en torno a las represas, las construidas y las por venir. “Se entiende que hay que buscar un equilibrio porque la energía es necesaria para el desarrollo de las poblaciones, pero como la venta es directa, en el momento, se manipulan los cauces subiendo y bajando su caudal, lo que ha generado verdaderos desastres ecológicos”, completa Bebebino. Además de sus buenas truchas, el río Santa Cruz es un ejemplo del río público. Si bien hay hospedajes, allí se puede frenar y pescar sin problemas. Un caso intermedio es el río Gallegos, que a lo largo de su cauce tiene estancias privadas pero también muchas bajadas públicas. El otro extremo lo marca el río Grande de Tierra del Fuego, cuyo cauce está prácticamente privatizado. La complejidad de acceso se pone de manifiesto allí, al igual que el cuidado de los recursos. 
Turismo Esquel
Inmersión total con la técnica del floating en las cercanías de Cholila, Chubut.
Tanto Bebebino como Flores y Alonso, coinciden en que se debe cuidar el recurso, pero no especialmente de pescadores aficionados. Un caso emblemático en otra región, pero que marca tendencia, es el río Dulce de Santiago del Estero, cuyo potencial biológico podría llevarlo al número uno del planeta para la pesca de dorados. “Pero es el sumidero de los ingenios tucumanos, le sacan agua para la soja que además se llevó bosques nativos, y por si fuese poco en 2002 las autoridades provinciales lo cortaron con 40 grados de calor, matando toneladas de peces por kilómetros”, cuenta Flores. La Universidad del Comahue, que trabaja en común con profesionales del Centro de Ecología Aplicada Neuquén (CEAN) en la pesca de la Patagonia, está tratando de avanzar con pescadores sobre varios aspectos para no padecer después. Uno de esos temas es la siembra furtiva de nuevas especies, como es el caso de la carpa o las mojarras que ponen en peligrosas para las dinámicas de esos cauces.


MODALIDADES AUTORIZADAS

En los ríos y arroyos, incluyendo sus nacientes y/o desembocaduras en lagunas y/o lagos y hasta 200 metros en ambas costas de estos, deben liberarse todos los peces que se pesquen. Solo es posible el retiro en condiciones excepcionales, por las que debe consultarse el Reglamento Patagónico. El mismo explicita los ambientes provinciales donde se hacen excepciones, pero señala solo tres modalidades de pesca: 
  1. Spinning, bait casting y tarrito, que advierte la utilización de un señuelo artificial de cualquier tipo, en el que el peso para el lanzamiento está dado por el señuelo u otro adminículo (plomo, boya) y no por la línea. 
  2. Mosca o fly cast, donde el señuelo está unido a una línea especial para mosca o cola de ratón lanzada por una caña apropiada y cuyo peso para el lanzamiento está dado por la línea y no por el señuelo. 
  3. Arrastre o Trolling, en que el señuelo artificial es arrastrado desde una embarcación (con o sin motor).


DATOS ÚTILES

martes, 27 de mayo de 2014

De cómo el viajar al mar resulta provechoso: la pesquería del río Gallegos y los pasos iniciales de su estudio


Y seguimos con los pesqueros por ahora. Se trata del estudio de la pesquería del río Gallegos,  en la provincia de Santa Cruz. Para resaltar, esto de sumar a los usuarios a la discusión para desarrollar una actividad en la que todos los actores relevantes saben de qué se trata y toman parte en la toma de decisiones. Tomamos el artículo del blog de Miguel Casalinuovo, responsable del estudio (abajo a la derecha, pueden encontrar el vínculo, en el apartado correspondiente...


Desde el mes de diciembre del año 2013 y por el término de un año comenzaron los estudios sobre las truchas marrones anádromas en la cuenca del río Gallegos financiados por la provincia de Santa Cruz a través del Consejo Federal de Inversiones (CFI). Esto forma parte de un trabajo de 5 años de duración que pretende sentar las bases de un manejo del río teniendo en cuenta las variables biológicas y se acompaña con el armado de una mesa de diálogo entre el Estado y los diversos usuarios del río.


Los objetivos de este primer año de trabajo son contribuir a establecer un sistema de consulta y manejo de la pesquería del río Gallegos a través de:
  1. La generación de información de base de los salmónidos del río Gallegos, centrada principalmente en las truchas marrones anádromas, así como información de relevancia asociada.
  2. El desarrollo de herramientas para transferir los conocimientos generados por los técnicos a administradores y usuarios del recurso.
  3. La puesta a punto y evaluación de dichas herramientas en talleres conjuntos.
  4. El entrenamiento de personal de la administración pública provincial en el estudio de pesquerías deportivas de agua dulce.

lunes, 12 de mayo de 2014

Una entrevista con el colega Miguel Casalinuovo: acerca de las idas y venidas de los salmónidos en el río Grande, Tierra del Fuego

Una interesante nota sobre el estudio de una pesquería emblemática de Argentina, el río Grande en Tierra del Fuego, y de cómo todo se complica con la aparición de nuevos actores, los salmones chinook. La entrevista aparece publicada en la revista Flydreamers y yo la reposteo acá porque la gestión de pesquerías continentales es de suma importancia, con el aditamento de la complejidad de buscar herramientas de gestión en sistemas que en general son abiertos (es decir, lejos de la situación ideal de que nada entra o sale si uno no quiere). Además, este ambiente es uno de los nodos de trabajo de la Red Ecofluvial, junto con los ríos Chimehuin en Neuquén y Chubut, allí en la provincia homónima. La Red Ecofluvial reúne a la mayoría de los grupos de investigación de recursos ícticos continentales de la Patagonia y es una experiencia de colaboración interdisciplinaria para la conservación de cuencas fluviales, uno de cuyos componentes es la pesquería, generadora de recursos para las economías regionales. Una entrada anterior del blog describe la constitución de la Red, sus tareas y objetivos, leed si os interesa...


Entrevista: Proyecto Anádromas Río Grande


Una charla con el biólogo Miguel Casalinuovo para saber un poco más sobre los objetivos del Proyecto Anádromas, el marcado y seguimiento de peces, el comportamiento de las truchas anádromas, el manejo de la pesca recreativa, y el ingreso de salmones chinook en el Río Grande.


Fd: ¿En qué consiste el proyecto?

MC: En primer lugar, tenemos que diferenciar entre el Proyecto Marco y los Proyectos Modulares. El Proyecto Marco es en realidad un megaproyecto a mediano y largo plazo que tiene una estructura modular; esto es, está formado por muchos proyectos independientes o módulos que lo que permiten es empezar y terminar en el corto plazo con una investigación que dé respuesta a una determinada pregunta. Entonces como cada módulo es autónomo no corremos el riesgo de quedarnos en la mitad por falta de fondos, por ejemplo. También eso nos permite buscar la plata en algo que cierre para los posibles interesados, sea el Estado, las ONGs o los privados. El objetivo central de todo esto es realizar las investigaciones necesarias para poder hacer un manejo basado en criterios biológicos de la pesquería, sin dejar de lado la cuestión social. En ese contexto, las investigaciones anteriores fueron esporádicas desde el año 2006, con los trabajos de la Universidad de Montana y Carlos Luizón de Tierra del Fuego, hasta que hace unos 4 años se empezó a trabajar en forma continua y regular con profesionales de muchos lugares el Grupo de Estudio de Salmónidos Anádromos (GESA) de Puerto Madryn que dirige Miguel Pascual, la Universidad Austral de Chile, el CADIC de Ushuaia, el gobierno de TDF, etc. La resultante fue contar con un cúmulo de información tal que nos permitió hacer un primer acercamiento al estado del río y modelar los escenarios en función al uso.

Esto del modelado hay que explicarlo un poco más. Se usa una plataforma técnica diseñada por el Dr. Martín G. Asorey del GESA, que es un programa de computadora. Sirve para cargarle datos biológicos de los peces (cantidad, crecimiento, cuántos huevos ponen, cuándo se van a mar, etc.), y del impacto de los pescadores en el río (cuántas se matan, de qué tallas, quién las mata, cuándo, etc.) y en función de ello da la posibilidad de simular escenarios de evolución de la pesca por medio de los ICP, que son indicadores de calidad pesquera. Para que se entienda, se compara la evolución de la pesquería contra una población “virgen” teórica, esto es sin pesca, solo con la mortalidad natural. Luego de cargar los datos biológicos se cargan los datos pesqueros según algún criterio, por ejemplo, cargar la mortalidad por pesca actual, la mitad y el doble. Esos son escenarios, y el programa te dice cómo cambian los ICP, por ejemplo: “si vos fueras al Río Grande a pescar solo, siendo el primero en la historia (población virgen) sacarías 3 peces de más de 75 cm por día; pero, si matás el 5% de los peces totales del río, esa probabilidad baja a la mitad, o sea que sacarías 3 pero en dos días de pesca”. 

Eso permite decidir políticamente el nivel de mortalidad que el río soporta según la calidad que uno quiera tener en el mismo. Y bueno, en función de ese programa lo que se hace es mejorar año a año la calidad de los datos que lo alimentan. Por ejemplo, se pinchan 10.000 peces por año y se liberan. ¿Cuál es la mortalidad post-liberación?, ¿del 2%, del 10%? Primero la sacamos de la bibliografía que es un nivel de acercamiento, y después hicimos nuestras propias investigaciones sobre peces del Río Grande, que nos dio entre 0 y 6%, y esos datos son mejores que los anteriores. O sea, vamos perfeccionando el modelaje ya que los datos son más confiables año a año.


Fd: ¿Cómo fueron los comienzos de esta iniciativa? ¿Quiénes integran el equipo?

MC: Un proyecto como este no es el esfuerzo de una sola persona, aunque yo sea la cara más visible para algunos. Incluso es parte de un proyecto mucho más amplio, que incluye el resto de los ríos de anádromas de Patagonia y que involucra muchos grupos de investigación, como el GESA, los estados provinciales, los operadores privados y asociaciones intermedias, como la Asociación de Pesca con Mosca de Río Grande. No quiero equivocarme, pero hasta donde yo sé, creo que es una mancomunión de esfuerzos sin precedentes en Patagonia y hasta me animaría a decir en el país. Nombrar a toda la gente involucrada llevaría dos páginas, desde los guías que toman datos, pasando por los inspectores de pesca y terminando con los investigadores. Respecto a los comienzos, se remontan al año 2006, si no antes. Pero sí puedo agregar que desde que los privados que operan en el río se involucraron en la financiación parcial de los estudios hace unos 3 años se ha conseguido regularidad en los mismos.


Fd: ¿De qué manera se lleva a cabo el marcado de peces y el posterior seguimiento?

MC: Primero deberíamos hablar del por qué antes del cómo. Hasta ahora habíamos hecho investigaciones tipo “foto”, o sea obteníamos una instantánea de un determinado problema; por ejemplo, la tasa de mortalidad para la temporada 2007, pero la realidad es una película cambiante día a día, entonces nos planteamos tratar de describir cómo es el movimiento de los peces que retornan año a año a reproducirse o simplemente invernar en el agua dulce. Cuándo entran, hasta dónde llegan, cuándo se van, cuándo desovan, dónde… Para eso lo que hicimos fue comprar radiotrasmisores, también conocidos como radiomarcas.

Los radiotrasmisores son unos pequeños aparatos con una batería y una antena que van adheridos al lomo de los peces y que emiten una señal de VHF en una frecuencia determinada, por ejemplo digamos en 155.064 Mhz. Esa señal se emite en una serie de pulsos (ppm= “beeps” por minuto) y puede ser detectada por un aparato especial, que es un receptor. Como cada radiomarca emite en una señal distinta, yo puedo identificar individualmente cada pez radiomarcado, y seguirlo en el tiempo y en el espacio. ¿Cómo lo hago? Marco 25 peces (por ejemplo) al mismo tiempo en la zona baja del río y los libero. Luego, cada 15 días me subo a un avión y sobrevuelo el río lo más despacio posible usando el receptor para encontrar cada pez. Como el receptor tiene un GPS incorporado, yo puedo detectar un pez y grabar su posición geográfica. Entonces tengo cada 15 días la situación de cada individuo que marqué en el río. Eso se hizo con 50 peces capturados en tres tandas, una al principio de temporada, una al promediar la misma y otra al finalizar. Esto se hizo en tandas de peces para detectar diferencias de movimiento entre los distintos pulsos de entrada, ya que sabíamos que la entrada no era homogénea en el tiempo. 

Los objetivos pueden resumirse de esta manera: Primero queremos analizar los patrones de movimiento, tanto ascendentes como descendentes de los peces en el sistema, puesto que de ello depende la “disponibilidad” de los individuos para la pesca deportiva en los distintos sectores de del río. Un ejemplo: No es lo mismo un run que entra al río y se va todo junto 30 km arriba que uno donde los peces se desparraman en forma más o menos azarosa en la cuenca. Esto tiene varias implicaciones en el manejo. Además podremos saber cuándo regresan al mar. 

Segundo, vamos a poder, con un poco de suerte, establecer los posibles sitios de concentración de ejemplares con fines reproductivos, algo que muchos guías y pescadores saben, pero no ha sido demostrado hasta ahora. Paralelamente, el análisis de los datos nos va a dar otra información muy importante, como el poder, con suerte también, estimar la mortalidad post-liberación de los peces marcados, determinar el grado de dispersión de los ejemplares en los tributarios del sistema (muchos de los cuales pueden tener un potencial que hoy es claramente subestimado) y por último -y este no es un tema menor- establecer el tiempo de permanencia de los peces en la pesquería argentina, ya que la cuenca es compartida con Chile, que tiene sus propios problemas y prácticas de manejo, con las que no necesariamente coincidimos “de este lado”.


Fd: ¿Qué observaciones pudieron obtener desde el comienzo hasta estos días?

MC: El cúmulo de información es grandísimo, la verdad es que aún estamos analizando los datos. Te puedo adelantar que el uso del río, al menos en mis peces marcados, no es homogéneo. Esto significa que hay sectores del río donde los ejemplares se concentran y lugares donde prácticamente no hay ninguno. En general, a medida que nos desplazamos río arriba la densidad de peces disminuye. Por ejemplo, el 80% de mis peces se queda del lado argentino del río, lo cual concuerda con los datos de captura de los lodges de pesca y con otros estudios que hicimos con una ecosonda de alta definición junto con colegas chilenos. Respecto a los patrones de movimiento individual, sorprendentemente vimos que la gran mayoría de los peces entran al río y se asientan en un lugar donde pasan todo el invierno y parte de la primavera. Esperábamos más movimientos, idas y vueltas, pero no es así.


Fd: ¿Cuáles son los tiempos que pasan las truchas en el mar y en el río? ¿Cómo es la dieta de las mismas en cada ambiente?

MC: Estos peces son muy variables en sus estrategias. Siempre digo que cuanto más sabemos, menos sabemos; porque vamos descubriendo que son muy, pero muy plásticos. Nosotros de todas maneras calculamos que como promedio pasan un par de meses en el mar y el resto en el río. Mis peces fueron capturados entre enero y abril, y para el 28 de diciembre ya no quedaba ninguno en el río. 

La dieta no está descripta para nuestras truchas. En agua dulce casi no se alimentan y en el mar, dado que son peces costeros, deberían alimentarse en forma similar a los róbalos. En los pocos ejemplares que pudimos capturar en el mar en estos años encontramos sardinas fueguinas y algún que otro calamarcito.


Fd: ¿Qué observaciones pudieron hacer respecto a la Captura y Devolución en estos ambientes?

MC: Dado que la cantidad de ejemplares capturados y liberados en el río es grande, la mortalidad post-liberación podría ser grande, sobre todo si hay recapturas frecuentes. Entonces hace un par de años decidimos hacer un estudio con el que armamos unas jaulas en el río en un sitio determinado, para luego quedarnos a esperar a que los clientes de los lodges que iban a ese lugar pescaran normalmente. Cuando se capturaba una trucha, luego de la manipulación usual de la operación (fotos, medidas, etc.) y en el momento en que teóricamente hubiese sido liberada, nosotros la tomábamos y la poníamos en una batea, luego la llevábamos hasta la jaula, donde quedaba 48 horas en observación. Anotábamos también muchas variables que podían estar relacionadas con la mortalidad, tales como el grado de sangrado, el estado del pez al capturarlo, la corriente, la temperatura, el sitio de clavado del anzuelo, etc. Entonces se anotaba la cantidad de truchas muertas luego de esas 48 horas. Para discriminar si se morían algunas no por razones de pesca sino por la jaula, también capturamos algunos ejemplares con una red de deriva que no los lastima.

Estuvimos dos meses trabajando y enjaulamos 65 peces y no se murió ninguno. En términos estadísticos la mortalidad sería de entre 0 y 6%. Hay que tener en cuenta que los peces fueron capturados en condiciones ideales, con guías entrenados y con copo. Sospechamos que en otras condiciones la mortalidad puede ser más alta. Para detalles del estudio se puede consultar el siguiente enlace: http://proyectoanadromas.blogspot.com.ar/2012/06/estimacion-de-la-mortalidad-de-truchas.html


Fd: ¿A qué se debe la aparición de salmones en la cuenca del Río Grande? ¿De qué especie se trata y de dónde provienen? 

MC: Es un fenómeno natural que se está dando en varios ambientes y el Grande no es la excepción. Los salmones son los chinooks. Nosotros sabemos que desde hace años están estableciendo un run en la cuenca del Grande. Por lo que sabemos es solamente en la parte chilena, específicamente en el Río Blanco que es un afluente por donde descarga el Lago Blanco. Las capturas del lado argentino fueron siempre anecdóticas, pero en los últimos años se presentan en forma cada vez más frecuente también en otros ambientes como el Río Lapataia y Ovando en el Parque Nacional Tierra del Fuego y en el mismo Grande, donde el año pasado se pescaron varios. Respecto al origen, hoy por hoy puede decirse que estos peces están naturalizados en casi todo el mundo. Genéticamente se sabe que -al menos en parte- su origen es la zona de Puerto Montt en Chile, para los ejemplares del Parque.


Fd: ¿Cuáles son las posibles consecuencias de su introducción? ¿De qué manera influye esto en el río y sus truchas?

MC: El ciclo de vida general del Chinook es más o menos así: cuando los peces suben el río, dejan de alimentarse, desovan y mueren todos, no como las truchas nuestras que vuelven al mar. Hasta ahora, como dijimos, sabemos que desde hace años desovan en el Río Blanco, en Chile. Este año hubo un run que parece mayor dado el número de capturas. De acá salen algunas preguntas, por ejemplo si desovan todos en Chile o hay algunos que empezaron a hacerlo en Argentina. 

No hay problemas con que los adultos se coman a nadie porque no se alimentan, sí puede suceder que si se encuentran con marrones adultas las desplacen, ya que son más grandes y agresivos. 

Tenemos datos de las radiomarcas que muestran que los adultos de ambas especies usan los mismos sitios de desove en Chile. Si bien se supone que los salmones desovan en marzo/abril, con lo cual no compartirían el tiempo de desove con las marrones, a mi entender desovan en julio/agosto.

Y sabemos que las truchas suben y se asientan en los sitios en forma temprana. Entonces, si comparten el espacio y el tiempo va a haber un desplazamiento de marrones, probablemente. Aunque seas una marrón de 14 kilos tenés que hacerle frente a un Chinook de 40 o más…

El tema más importante es con los juveniles, ya que los Chinook tienen dos tipos de estrategia para ese estadío de vida: la Oceánica y la Fluvial. Los oceánicos se llaman así porque un juvenil de este tipo nace y se va al mar casi enseguida, en cambio el fluvial vive un tiempo más largo en agua dulce antes de irse del río, y ese va a competir más por el alimento y el espacio con los juveniles de marrones.

A mi juicio esos son los POSIBLES problemas. Puede ser que esta competencia de adultos y/o juveniles no se vea reflejada en las capturas, o puede que sí, no lo sabremos por ahora. No podemos predecir qué pasará si no los estudiamos, y lo ideal sería trabajar del lado chileno también. Por lo pronto, recientemente encontramos juveniles de chinook de más de un año del lado nuestro… Pero lo que no hay que hacer es dar por hecho el escenario catastrófico como pasó con el whirling o el didymo…


Fd: ¿Qué diferencias encuentran en el comportamiento de las truchas anádromas y los salmones?

MC: Por lo pronto, los salmones son semélparos, lo cual significa que desovan una vez y mueren. Las truchas son iterópraras, o sea que desovan más de una vez en su vida. Ambos tienen una fase de alimentación en el mar; las truchas corta, de unos dos meses, y los salmones de varios años. Las truchas se mueven en el mar por la costa y en general no más allá de unos 200 kms teóricos de la boca de los ríos; los salmones en cambio son bien oceánicos, por eso se capturan en redes de arrastre, cosa que no pasa con las truchas. Eso significa que sus distancias son distintas también.

Luego hay diferencias en las tallas que alcanzan, ya que las truchas raramente superan los 15 kilos. Eso es un salmón pequeño, estos llegan a 60 kilos... También desovarían en momentos distintos.


Fd: ¿Cuál es el panorama futuro del Río Grande en relación al manejo de la pesca recreativa?

MC: El manejo de la pesca no es una receta. Los biólogos podemos dar datos que sirvan de insumos para el manejo pero la decisión, como siempre, es política. Si el Estado y los privados que lucran con el río pueden acordar como hasta ahora, yo no veo demasiados riesgos en la población, al menos en lo inmediato y hablando de sobrepesca. 

Siempre hay cosas que ajustar, hay temas más o menos álgidos, como el sistema de accesos, los cupos entre ciudades, la demanda de fiscalización en la zona de libre acceso, la forma en que se usa el río, lo que sucede en el estuario, etc. El desafío, a mi juicio, está en no perder la cordura que implica negociar, entendiendo que en toda negociación los acuerdos a los que se llegan en general son subóptimos para las partes. 

Por otro lado, tenemos dos actores nuevos que pueden llegar a jugar fuerte, Didymo y los Chinooks, y eso hay que contemplarlo. Yo diría que el sistema debe ser flexible, no hay que quedarse con una receta, debe adaptarse a los cambios naturales y anticiparse de ser posible a los probables escenarios. Pongo un ejemplo, si a causa del Chinook o Didymo se da el escenario de que la cantidad de truchas desciende, vamos a tener que discutir de nuevo el cupo de cañas que tiene el río si queremos mantener ciertos parámetros dentro de valores deseables.


Fd: ¿Consideran realizar una investigación de este estilo en otros cursos?

MC: Tierra del Fuego tiene evaluaciones de varios ambientes: Río Ewan, San Pablo, Irigoyen y Claro, para citar algunos. No tenemos obviamente el modelaje, pero sí una idea aproximada de lo que pasa en cada ambiente y de las causas.


Fd: ¿Qué tipo de apoyo tiene esta iniciativa y qué es lo que necesita para tener un desempeño aun más destacable?

MC: Los estudios del Grande son de financiación mixta. Una parte la brinda el Estado Provincial o Nacional y otra algunos privados. Desde hace tres años que tenemos aportes de la gente de los lodges que operan en el río. Nervous Waters, María Behety, Aurelia, San José y Despedida. Algunos están siempre y otros son más irregulares, pero todo suma... Del exterior nos ayuda The Fly Shop y Frontiers Travel. Recibimos también el apoyo de Casa de Campo y Anglers Aventuras que son dos fly shops fueguinos. Hubo incluso clientes que han dejado su aporte. No hay que dejar de mencionar a la Asociación de Pesca con Mosca de Río Grande y a todos los inspectores y pescadores que ponen el cuerpo en las campañas de una manera totalmente desinteresada. 

Respecto a lo que necesitamos, obviamente mantener estudios de este nivel necesita fondos. Sobre todo porque a medida que se avanza en las preguntas, la metodología necesaria para obtener las respuestas es más sofisticada y por lo tanto onerosa. Por ejemplo, nos encantaría saber cómo se mueven los peces en el mar. El año pasado cada radiomarca para el río costó unos USD 180, comparado a unos USD 4.000 por las que realizan el seguimiento satelital en el mar. Hay una diferencia importante, pero nos encantaría poder hacerlo. 

Otro apoyo es la difusión. Tenemos un perfil que considera la difusión y la educación del pescador como algo importante. Las notas en revistas, los reportajes y los foros nos ayudan con ese objetivo.


Fd: ¿Cómo continúa la iniciativa y qué expectativas tienen a futuro?

MC: Estamos actualmente trabajando sobre una serie de tiempo de datos de los últimos tres años para ver si los parámetros se mantienen o hay un aumento o disminución de las tasas de captura o de las tallas. También empezamos a muestrear juveniles con equipos de pesca eléctrica para poder ver dónde están, cómo usan el ambiente, si migran entre distintos lugares, medir el impacto del Chinook, etc. En febrero del año 2015 vamos a bajar el río 10 personas muestreando el ambiente y los peces cada 10 km aproximadamente, esto para tener un panorama ecológico completo del sistema. Incluiremos todos los tributarios y la idea es poder hacerlo también en Chile.


Para obtener mayor información sobre estos temas y para contactar a los responsables del proyecto, pueden ingresar a: 

viernes, 25 de octubre de 2013

Taller de Sistema de Información Pesquera en la Red Ecofluvial, un título raro para una iniciativa original

Y se armó nomás la movida!! En el ámbito del interesante y original proyecto de CONICET y TNC "Red de Conservación de Cuencas Fluviales de Patagonia", que cuenta con la participación activa de los principales grupos de investigación e instituciones de gestión de recursos acuáticos y pesquerías continentales patagónicas, se desarrolló una actividad que reunió a un grupo de gestores, investigadores y técnicos que hace años venían trabajando en distintas cuencas y con diferentes objetivos: el monitoreo de ictiofauna, la investigación en ecología y dinámica poblacional de peces, la gestión del recurso hídrico en forma integral, entre otros temas. 
FotoA modo de adelanto, y prometiendo una entrada más extensa que explique más en profundidad qué es esto de la conservación de las cuencas patagónicas, les comparto el parte de prensa que cuenta los principales resultados del taller.
Se definieron acciones concretas para comenzar a desarrollar un Sistema de Información Pesquera, una forma de colección de datos para luego aplicarlos al control y gestión de la pesquería, en este caso del río Chimehuín en la provincia de Neuquén.



 Primer Taller del Sistema de Información Pesquera, Red Ecofluvial de Patagonia.

Entre los días 17 y 19 de octubre de 2013 se desarrolló, en instalaciones del Centro de Ecología Aplicada de Neuquén (CEAN) de la ciudad de Junín de los Andes, el Primer Taller del Sistema de Información Pesquera, en el ámbito de la Red Ecofluvial de Conservación de Cuencas Patagónicas. La iniciativa cuenta con financiación de CONICET y de la ONG The Nature Conservancy (TNC).

El Taller, de carácter teórico – práctico, contó con la participación de técnicos del CEAN, la Dirección Provincial de Recursos Hídricos de Neuquén, la Secretaria de Gestión Ambiental de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro, el Centro Nacional Patagónico de Puerto Madryn, el Centro Regional Universitario Bariloche y el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente (INIBIOMA), estas dos últimas instituciones, integrantes de la Universidad Nacional del Comahue.
La actividad tuvo como objetivo la discusión y puesta en común de metodologías de recolección y análisis de datos aplicables a la gestión de pesquerías deportivas y recreacionales en las cuencas incluidas en la Red. En particular, se profundizó el análisis para el río Chimehuin, que nace en el lago Huechulafquen y es afluente del río Collón Curá, formando parte así de la gran cuenca del río Limay. Los insumos básicos para la gestión de este importante recurso turístico, recreacional y económico serán los datos de capturas de peces de distintas especies y los esfuerzos pesqueros que se dan durante la temporada de pesca. La colección de datos se hará mediante muestreos de prospección realizados por los técnicos del CEAN y el registro de capturas realizadas por pescadores y guías de pesca locales que voluntariamente participen del programa. Se prevé comenzar con la recolección de datos durante la temporada de pesca 2013 – 2014.
El taller incluyó la puesta en común de técnicas de uso de artes de captura de peces, en particular electropesca y atarraya, y las primeras pruebas de buceo para el conteo y medición de peces en su hábitat natural, sin necesidad de extracción.

Por último, se ofreció un espacio de divulgación abierto a la comunidad, en el que los participantes del taller dieron a conocer distintos trabajos referidos a la gestión pesquera en otros ambientes patagónicos. En esta oportunidad, los anfitriones del CEAN presentaron en sociedad la Red Ecofluvial y el Sistema de Información Pesquera del río Chimehuin.
En resumen, se considera que la actividad ha sido muy positiva y que podrá ser replicada en otras cuencas en las que se desarrolle la pesca recreacional. La implementación del Sistema de Información Pesquera se complementará con las otras tareas previstas en el marco de la Red, tales como los censos acuáticos y riparios y construcción de mapas de usos de las cuencas. En particular, para la cuenca del Chimehuin, se están organizando un curso de evaluación de la calidad del ecosistema y la determinación de la Línea de Base ambiental del mismo.