Mostrando entradas con la etiqueta estudios de ictiofauna. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta estudios de ictiofauna. Mostrar todas las entradas

domingo, 22 de abril de 2018

Aportes a la gestión integral del producto pesca en la zona de Bariloche: resultados preliminares de un estudio apuntan a cosas que no tienen que ver con los peces


Resultado de imagen para logo mesa directiva pesca zona andinaAquí comparto una nota del periodista Daniel Marzal, publicada en el diario regional Río Negro en abril de 2018. Se relaciona con los primeros resultados de un estudio, aún en  curso, realizado por dos grupos de investigación de la Universidad Nacional del Comahue (uno del CRUB y otro del la Facultad de Turismo) a requerimiento de la Mesa Directiva Honoraria de Pesca Deportiva Zona Andina, quien además financió el trabajo. 

La idea de la Mesa es conocer el movimiento económico y las características socioculturales y motivaciones de los pescadores que viven o visitan la zona, así como la calidad y variedad de los prestadores de servicios que se relacionan con la actividad. Para ampliar, ver una entrada de este blog de fines de 2017.
https://acuiculturaenargentina.blogspot.com.ar/2017/11/un-estudio-socioeconomico-de-la-pesca.html. Y para saber más de las Mesas de Pesca, ver esta entrada https://acuiculturaenargentina.blogspot.com.ar/search?q=mesas+de+pesca

Resultado de imagen para mesa directiva de pesca zona andinaEste estudio complementa otro trabajo, realizado en el ámbito del CRUB por el Grupo de Evaluación y Manejo de Recursos Ícticos (GEMARI), que busca generar herramientas de análisis y manejo de la pesquería del Limay, así como conservar las especies nativas que viven alli y estudiar escenarios posibles de cambios en la ictiofauna dados por cambios en el ecisistema.
Pero yendo al objeto de esta entrada, Marzal contactó a varios de los actores involucrados para conocer de forma más detallada la iniciativa y los primeros resultados. Para junio estaría listo el informe final  que será un importante insumo para la discusión y el diseño de políticas públicas, y también privadas, de promoción, fiscalización y ordenamiento de la actividad.

Y dice el periodista:

La contaminación afecta también la imagen de los lugares de pesca


El reconocimiento mundial del que gozan lagos y ríos cordilleranos podría sufrir consecuencias si las costas siguen llenas de basura. Lo atribuyen a la falta de controles y sanciones. Surgió de un estudio que realiza la Universidad Nacional del Comahue.
El reconocimiento que los lagos y ríos de la Patagonia mantienen desde hace décadas entre los pescadores de todo el mundo gracias a su calidad ambiental podría entrar en riesgo si no se pone freno a la creciente contaminación provocada por la acumulación de basura.
El diagnóstico surge de las “conclusiones preliminares” de un estudio que lleva adelante un equipo interdisciplinario de la Universidad del Comahue integrado por biólogos y licenciados en Turismo para medir el impacto social, económico y ambiental de la pesca deportiva y recreativa.
Ads by scrollerads.com

El ámbito delimitado para el trabajo incluye la cuenca del río Limay, hasta Alicura, y el lago Nahuel Huapi en su costa rionegrina. En un futuro integrarían el lago Mascardi y la cuenca del Manso.
El licenciado en Turismo Daniel Nataine dijo que en la etapa actual (cuando todavía falta sistematizar los datos) pudieron identificar entre otras problemáticas la presencia abundante de basura en los ambientes pesqueros.
Esa percepción fue ratificada por el presidente del Club de Pesca y Caza de Bariloche, Alejandro Pschunder, quien reconoció que “cada año hay más residuos”, especialmente en la zona urbana y en la costa del río Limay, y que lo notan en las periódicas campañas de limpieza que realizan con la Asociación de Guías.
“Cada vez hay más basura de todo tipo: papel higiénico, latas, bolsas, preservativos, pañales, bolsas plásticas, y hasta medio colchón encontramos, que tuvo que retirarlo Parques Nacionales”, aseguró Pschunder. A su juicio, el principal problema es que “no hay control ni sanciones”.
Nataine aclaró que la preocupación surgida en torno a ese tema no está vinculada con el objetivo central del estudio, pero aún así es importante porque “el valor de la región (para atraer pescadores) es la calidad ambiental de los recursos”.
Según el investigador, es necesario prestar atención a ese tema porque “el turista se mueve por cuestiones simbólicas”, y no sólo por la calidad del servicio o la modalidad de alojamiento.
Otro de los miembros del equipo, Alejo Simonelli, dijo que los pescadores valoran a la Patagonia como “un lugar de ambiente limpio y aguas cristalinas”, pero también deslizan “cierta disconformidad con los basureros que se generan en los ambientes. Es un tema que empieza a ser recurrente en las entrevistas”, realizadas para el estudio.
La accesibilidad
Nataine dijo que el informe final demorará todavía unos 40 días. Advirtió que otro de los problemas detectados es “la dificultad en los accesos a los lugares de pesca, la privatización del espacio público, que es un problema patagónico y no exclusivo de Río Negro”.
El gerente de la Mesa de Pesca Deportiva de la Zona Andina, Martín Freedman, admitió que “la realidad es que hay mucha basura, pero pasa también en la ciudad y en todos lados”.
Señaló que no está determinado con certeza que al pescador lo afecte ver los actuales volúmenes de residuos, pero admitió que “es un factor a mejorar”. Aclaró que el estudio encargado a la UNC “no pregunta específicamente sobre ese tema”.
Freedman también dijo que los lugares más sucios son los que tienen acceso directo en vehículos, es decir que no son frecuentados sólo por pescadores sino también por camioneros, acampantes y turistas en general. Dijo que donde no hay acceso fácil “el río está prácticamente impoluto”.
Nataine también señaló como paradójico que una de las demandas sea la mayor accesibilidad, pero que justamente los lugares más degradados son aquellos en los que no hay alambrados ni impedimentos para la circulación de público.
Generar conciencia
Para Pschunder la proliferación de basura en los ambientes naturales se debe a “la falta de conciencia para la preservación”. Se lamentó de que “nadie piense en las futuras generaciones”.
Dijo sin embargo no estar seguro sobre los efectos de la proliferación de basura en el público pescador. “No sé si perjudica la fama que tiene el lugar como ambiente libre de contaminación, no sé si desalienta a los pescadores –afirmó–. Sí creo que nos afecta a todos y sobre eso hay que trabajar”.
Advierten sobre “contaminación visual” en áreas de pesca deportiva
El impacto de la pesca, objetivo del estudio
El estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Nacional del Comahue por convenio con la Mesa de Pesca Deportiva Zona Andina y la Asociación de Pesca y Caza Nahuel Huapi busca determinar “la incidencia económica, social y ambiental” de la pesca deportiva y recreativa en Bariloche y su zona de influencia.
El diseño preliminar destaca que “por primera vez se evaluará la dinámica de la actividad de la pesca”, a fin de obtener información analítica que contribuya a “diseñar políticas públicas para preservar y potenciar este valioso recurso”.
La recolección de datos se realizó mediante encuestas a pescadores y a prestadores turísticos, con el fin de elaborar un perfil del público típico de esta actividad, su comportamiento, expectativas y nivel de gasto.
También estudiarán el volumen de ingresos económicos y el empleo que genera la pesca.
Pero más allá de estos objetivos, al avanzar la investigación surgió como dato lateral la referencia repetida sobre la contaminación de los ambientes pesqueros, que fue señalada como una “luz amarilla” a tener en cuenta.
La necesidad de un “enfoque integral”: desde la basura al alga
El biólogo Marcelo Alonso dijo que la abundancia de basura en los ambientes de pesca es un dato incontrastable y que los pescadores son conscientes, aunque son los que menos ensucian. Afirmó que muchos lugares atractivos de la costa del Limay suelen estar “llenos de latas de cerveza y restos de fogones”, a pesar de que hay presencia de carteles que dicen “llevate tu basura”.
En opinión de Alonso, que también integra al equipo de la UNC encargado del estudio, el problema demanda “un enfoque integral”.
Refirió que la pesca es practicada por residentes pero también por muchos visitantes nacionales y extranjeros, al punto de que conforma “un recurso económico importante, que hay que gestionar”.
La cantidad de permisos de pesca vendidos en Bariloche y la zona ronda los 12.000 a 14.000 por temporada, pero el movimiento económico que genera la actividad es difícil de estimar. El dato más cercano disponible indica que en el año 2000 dejaba unos 8 millones de dólares anuales. Pero Alonso dijo que se trata de un indicador desactualizado y muy relativo.
Otra cosa que llamó la atención de los investigadores es que los pescadores encuestados mencionen la contaminación visual por basura como un dato negativo, pero casi nadie habla del alga dydimo, que ya tiene visible presencia en toda la región. “Tal vez sea porque no saben reconocerla”, señaló uno de los responsables del estudio.
“El turista se mueve por cuestiones simbólicas, y no sólo por la calidad del servicio o la modalidad de alojamiento”.
Daniel Nataine, licenciado en Turismo
“Los pescadores valoran a la Patagonia como un lugar de ambiente limpio, pero deslizan disconformidad con los basureros”.
Alejo Simonelli, miembro del equipo que realizó la investigación
“Cada vez hay más basura de todo tipo: papel higiénico, latas, bolsas, preservativos y hasta medio colchón encontramos”.
Alejandro Pschunder, presidente del Club de Pesca y Caza de Bariloche
Bariloche



domingo, 4 de noviembre de 2012

El recurso pesquero del Paraná: dónde estamos??


Y vamos con la pesca en los grandes ríos. Acá posteo una nota aparecida en un diario regional. Hay algunas observaciones que circularon entre los ictiologos, biólogos pesqueros, acuicultores y curiosos en general. En breve estaremos socializando también esas observaciones. Las famosas mitades de la biblioteca también entran al agua...

El recurso pesquero del Paraná, saludable en cantidad y diversidad

Miércoles, 24 de Octubre de 2012 - 04:00

Por José Goretta
Con más de 220 especies, la fauna del río Paraná en la región se encuentra saludable, ya que las medidas de cuidado del recurso en forma articulada entre instituciones científicos, gobiernos y pescadores despiertan expectativas. Especialistas del Instituto de Ictiología del Nordeste de la UNNE se refirieron a las medidas pendientes, las vedas y controles, los efectos de Yacyretá, la situación de los pescadores, el potencial de la piscicultura y las contribuciones de la ciencia al manejo del recurso pesquero regional.


El Instituto de Ictiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias - UNNE (Inicne), lleva más de dos décadas dedicadas al estudio del recurso pesquero en la región, y es institución de referencia en el estudio de la fauna íctica de agua dulce. Fue creado en 1990 con la premisa de ahondar en el conocimiento de la fauna ictícola de la región y en el año 1991 se crea el Servicio Asistencial del Inicne en el que se brindan servicios de asesoramiento, asistencia técnica y extensión en las áreas de Piscicultura, Pesquerías, Patología, Toxicología y Sanidad.

El Instituto es coordinado por el doctor Hugo Domitrovic, director, y el médico veterinario Juan Pablo Roux como subdirector. Trabajan en la institución más de 25 investigadores y personal técnico de apoyo, en una amplia infraestructura con equipamiento de avanzada, ubicada en el predio de la Facultad de Ciencias Veterinarias. Sus directivos e integrantes, consideran cumplidos sus objetivos originales de realizar trabajos de investigación básica y aplicada para contribuir al desarrollo de una explotación ictícola regional racionalizada; de promover la formación de recursos humanos especializados en ictiología; y establecer y consolidar la transferencia de tecnología en ictiología y piscicultura.

Para los integrantes del Inicne el estado actual del recurso íctico natural del río Paraná y otros ríos es saludable, en cantidad y calidad, según surge de los relevamientos realizados y reconocen en la situación actual un marcado aporte del conocimiento científico logrado sobre el río Paraná y otros cursos de agua de la región. Por ejemplo, la traza del río Paraná desde Yacyretá y hasta Santa Fe, registra 220 especies de peces y año a año se encuentran más especies. La diversidad se ve acompañada además por una buena biomasa, es decir la cantidad de ejemplares existentes, así como el buen estado sanitario y de tamaño de los peces.

Grandes dorados

“Tanto a nivel de pesca deportiva como comercial se observan actualmente grandes dorados arriba de 14 kilos, así como surubíes de gran porte, siendo frecuente la ocurrencia de grandes cardúmenes donde predominan los ejemplares por encima de los 30 kilogramos”. Así, y quizás en sentido contrario a lo que muchos piensan, los especialistas resaltan que el recurso es bueno en cantidad y calidad y que el sistema Paraná-Paraguay y sus especies ícticas tienen una extraordinaria capacidad para recuperarse como respuesta a la extraordinaria presión pesquera ejercida en la región.

Sin embargo, los estudiosos destacan que el sistema es un ambiente finito, y como los demás cursos de agua, tienen un máximo potencial de producción. Hace cuarenta años, la población que hacía uso del río era varias veces menor a la actual, por lo que en la actualidad al tener que “repartir” en recurso ictícola entre una mayor cantidad de personas, se genera una sensación aparente de disminución del mismo.

Una forma de demostrar la incidencia de la cantidad de pescadores sobre la población de peces, es la predicción de Captura por Unidad de Esfuerzo, es decir la cantidad de recurso pesquero en peso capturado por especie y pescador. Actualmente se captura en promedio 10 kilogramos de pescado por persona por día, cuando hace cuarenta años ese indicador era de 25 kilos. Esto es ejemplo aplicado para la pesca comercial.

“La diferencia radica en que la disponibilidad por pescador que había en el río décadas atrás era mayor porque había menos pescadores, no porque ahora existan menos peces. Es como una torta que debe repartirse entre más invitados y por ello las porciones son más pequeñas, pero la torta es la misma”.

Pero el hecho de que el recurso no haya mermado no significa que no pueda mermar. “En estos años estamos atravesando un excelente escenario pesquero como consecuencia de la gran creciente del río durante el periodo 2009-2010, donde el reclutamiento de la mayoría de las especies de interés deportivo y comercial fue muy exitoso, lo que permitirá continuar con estos elevados niveles de capturas por un tiempo más”.

Sin embargo, es frecuente recibir información de acciones inescrupulosas de pescadores deportivos, comerciales y guías de pesca, quienes llevan a cabo prácticas de pesca indebidas y abusivas que atentan contra la población ictícola (capturas de mayor numero de peces que los permitidos, ejemplares fuera de medidas, animales juveniles, peces no per
mitidos para la pesca comercial, etc.) lo que podría atentar en el mantenimiento del recurso a mediano y largo plazo.
Justamente el manejo integrado y controlado del recurso pesquero es lo que debe llevar a evitar consecuencias no deseadas, ya que de mantenerse los actuales niveles de extracción en condiciones ambientales desfavorables, los resultados podrían ser muy graves, sostienen los investigadores.

Medidas de manejo

En ese sentido, desde el Instituto de Ictiología destacan que, en especial en los últimos años, se haya avanzado en medidas de manejo del recurso basadas en el conocimiento generado científicamente y de forma articulada entre los distintos actores involucrados en la explotación de la cuenca hídrica regional.

El Inicne en el área de las pesquerías trabaja en dos líneas: en el río Paraná y en el Macrosistema del Iberá. En el manejo del río Paraná desde 1994 en convenio con la Entidad Binacional Yacyretá se realizan relevamientos desde el pie de la represa hasta Puerto Abra, también conocido como el pesquero Rzepeski. “Evaluamos mensualmente el estado de las poblaciones existentes a través de muestreos sistemáticos, donde se valoran aspectos, reproductivos, sanitarios, alimenticios y taxonómicos”.

También a partir de Septiembre y hasta abril se muestreos con redes especiales para capturar larvas y huevos para saber que especies y en qué lugar del río se están reproduciendo.
Los peces son atraídos por una corriente artificial hasta el ascensor que los eleva para liberarlos en el embalse.
Asimismo, mensualmente se realizan monitoreos en los sistemas de transferencias de peces de Yacyretá para determinar que especies están utilizando este sistema y es una manera indirecta de ver que especies están migrando y de esa manera también nos aseguramos de mantener el mismo acervo genético.

Además se trabaja en vinculación permanente con las direcciones de Recursos Naturales de Corrientes y Dirección de Fauna y Áreas Protegidas del Chaco desde hace casi una década.

Hace algunos años se hizo un relevamiento integral desde Formosa hasta Reconquista por el margen derecho del río Paraná y desde Corrientes Capital hasta Empedrado por el margen izquierdo del río. Los objetivos eran presentar, describir y analizar los resultados preliminares de las pesquerías estudiadas a partir de los datos tomados en el periodo de junio 2006 a agosto de 2007 en siete puertos o regiones de pesca. También caracterizar la estructura y evaluar la magnitud de las pesquerías comerciales y recreativas desde Reconquista a Formosa, y determinar la estructura de tallas de las especies más importantes.

Más recientemente, en 2010, se hizo un estudio de mallas o redes de pesca alternativas que usaban pescadores de Corrientes y Chaco, donde se detectó que había mallas no habilitadas por lo cual se hicieron recomendaciones técnicas para mejorar las redes utilizadas y hacerlas menos agresivas al recurso pesquero.

Actualmente, se lleva a cabo una investigación que tiene por objetivo implementar protocolos de monitoreo biológico para evaluar el estado sanitario de peces del río Paraná, mediante la caracterización macro y microscópicamente de lesiones halladas en peces de interés comercial, recreacional y ecológico del río Paraná.

“Existe un trabajo articulado entre los sectores involucrados en el manejo del río, y eso es alentador porque una cuenca pesquera requiere de un manejo sustentable e integrado” explicó Roux.

En especial destacó la modalidad de veda extendida, una herramienta del manejo del recurso pesquero que se está implementando en tramos compartidos del río Paraná por las provincias de Chaco y Corrientes. Se trata de una recomendación que surgió de un trabajo de especialistas del Inicne y otros investigadores nacionales.

Es que el conocimiento que servía de fundamento técnico para las vedas tradicionales de finales de año en el río Paraná databa de la década de 1980, cuando había a nivel mundial una tendencia de proteger a peces solo en los momentos de reproducción.

Con los escasos datos de la zona nordeste argentino, se sabía que los peces más importantes se reproducían en el periodo noviembre-diciembre, por lo que entre esos meses se establecía una prohibición pesquera de aproximadamente 50 días.

“En la actualidad con todos los antecedentes de nuestros trabajos científicos y de otros autores, existe un consenso en el cual se sostiene que no es necesario proteger la reproducción en especies de grandes peces migradores, ya que estos se reproducen en aguas corrientes y en coincidencia con las crecientes, entre agosto y marzo dentro de cada ciclo anual” explico Roux.

“A diferencia de la perspectiva tradicional, la veda es una herramienta para el manejo precautorio para regular la presión pesquera sobre la fauna íctica. Es decir que es adecuado implementar restricciones periódicas o a lo largo del año cuando los peces están vulnerables, como cuando hay gran sequía, condiciones ambientales adversas como fríos prolongados o veranos calurosos, grandes congregaciones de peces en sectores del río muy acotadas, etc.” explicó Roux.

Así, la vulnerabilidad de peces se manifiesta en forma periódica a lo largo de todo el año. Pero como no se puede predecir con exactitud el día o las fechas de esos fenómenos adversos, los especialistas concluyeron que lo más adecuado es redistribuir la cantidad de días de veda a lo largo de todo el año, para lograr en algún momento del año ser eficientes.
Surgió de esa forma la veda extendida consistente en prohibir los días sábados y domingos la pesca comercial, ayudando a la vez a la dignidad de la actividad de tener días de descanso, mientras que para los pescadores deportivos se prohíbe pescar los martes y miércoles.

“Se pasó de 50 días de veda en noviembre y diciembre a un total de 96 días de veda extendida distribuida a lo largo del año” expresó Roux.

Pero reiteró que la veda es sólo una de tantas herramientas para cuidar el recurso. Si la gente respeta además las medidas mínimas permitidas para extraer, la cantidad de peces permitidos, no mata animales virginales, usa artes de pesca habilitadas, y no arroja residuos tóxicos al agua, sólo así puede ser efectivo el manejo sustentable del recurso íctico. “No podemos hoy utilizar sólo a la veda dejando de lado otras herramientas necesarias, la veda es más eficiente al interactuar en conjunto con otras medidas”.

Medidas pendientes

Los integrantes del Inicne resaltan la articulación lograda con los organismos de Recursos Naturales de Corrientes y Fauna y Áreas Protegidas del Chaco, así como con organismos nacionales, internacionales y de otras provincias.
Pero también advierten la necesidad de mantener dicho vínculo atendiendo a que el manejo del recurso depende del monitoreo periódico de diversas variables tanto ambientales como origen antrópico.

En ese sentido, uno de los aspectos pendiente por armonizar está vinculado al manejo del valle aluvial, es decir la conexión del río con lagos, lagunas, arroyos, canales y otros cursos de aguas menores.

Roux explicó que desde el Instituto se trabaja para sugerir y proponer a las provincias la definición de áreas de reserva ligadas al valle aluvial.

“Los peces en esta zona del río necesitan que el valle aluvial mantenga su nivel de conectividad con el río, para garantizar que los mismo puedan alimentarse y protegerse durante el 1º y 2º año de vida y luego en etapa pre púber vuelven al río a finalizar su crecimiento” explicó el profesional de la UNNE.

Pero si se altera esta conexión río-valle aluvial se pierden áreas de cría y recría. Por la ganadería, forestación, cultivos y otras actividades en particular en la costa chaqueña y santafecina se están haciendo diques y terraplenes para evitar que el rio ingrese, y se corta así conexión con las lagunas.

Esas lagunas son muy importantes para sobrevivencias de peces que habitan el rio, y por eso desde el Inicne se alerta sobre la necesidad de proteger esas áreas y garantizar el valle aluvial.

También en la zona del Macrosistema Iberá está trabajando el Inicne, dentro del Programa Iberá+12 de la UNNE que concreta un estudio integral de ese ecosistema

Se pretende conocer la cantidad y diversidad de peces en el Iberá y la dinámica de actividad de estos peces. También los tipos de hábitat y las cadenas tróficas de los peces.

“Es un área estratégica y sensible en su protección, por eso se aspira a profundizar el conocimiento científico sobre la fauna íctica del Iberá” expresó Roux

martes, 31 de enero de 2012

Pescadores y científicos en el Paraná: un relevamiento de ictiofauna y otros temas importantes

Y siguiendo aún más por la zona de la cuenca del Paraná, pego acá abajo una nota aparecida en elciudadano.web y firmada por Claudio Moya. La nota es muy buena, porque pinta años de historia de nuestro país y da una idea de la situación actual de la pesquería artesanal (e industrial) de la cuenca paranaense.



Pescadores y científicos, juntos a favor del Paraná

Por: Claudio de Moya. Trabajan en un proyecto de clasificación de especies ictícolas en el reactivado Acuario del parque Alem.
23 ene, 2012
Saberes científicos y empíricos, cada uno con sus complejidades y sus modos de construcción, suelen evolucionar por separado y con eso desperdician la posibilidad de ser “mucho más que dos”. Al margen de esas tendencias y prejuicios, en Rosario ya funciona una, si no inédita, al menos singular experiencia: investigadores del Acuario del Parque Alem y la Asociación civil de pescadores del Espinillo intercambian conocimientos y experiencias en el ambicioso proyecto de clasificación genética de especies ictícolas del Paraná. Este camino de cooperación, incluso, tendrá una materialización arquitectónica: el diseño edilicio del nuevo Acuario que ya se empezó a levantar al este del Parque Alem, sobre el terreno en el que estaba la vieja “piscicultura”, incorporó a su propuesta original un embarcadero con capacidad para el amarre de unas 70 lanchas de los trabajadores del río. Y esto no sólo servirá para que recuperen un lugar digno sobre la ribera de la ciudad, de la que vienen siendo desplazados por los grandes emprendimientos inmobiliarios, turísticos o náuticos, sino que se plantea como una punta de lanza para un cambio de –o una vuelta a lo que antes era– la cadena de comercialización del pescado que hoy hegemonizan los frigoríficos.
La antigua Estación Hidrobiológica de Rosario, levantada en la década de 1930 en Cordiviola y el río, en barrio Arroyito, terminó convirtiéndose con el tiempo en apenas un sitio de exposición de peces del Paraná, mantenimiento de especímenes e investigación decreciente. En ese predio, tras un largo tiempo de abandono, comenzó en noviembre pasado la construcción del moderno edificio del Acuario Río Paraná, que integrará investigación de alto nivel, una muestra de la fauna ictícola y un parque temático que recreará el hábitat isleño. Además, abrirá un nuevo acceso público al Paraná justo en el centro de una extensa franja ribereña “privatizada” por clubes y guarderías náuticas. Hubo que recorrer un largo camino con idas y vueltas alrededor de la titularidad de terrenos originalmente provinciales, que fueron “regalados” a la Nación para que con los años ésta los cediera en comodato a su inicial propietaria y finalmente cerrara el círculo con una “donación” por el momento transitoria, pero que habilitó legalmente el inicio de las obras.
En parte del viejo edificio que aún no fue demolido, funciona temporalmente el Laboratorio de Biotecnología Acuática, que a cargo de la doctora Silvia Arranz se mudará al espacio que le reserva la nueva estructura del Acuario. La investigadora, integrante del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), encabeza un equipo que desde hace una década estudia el Paraná con una perspectiva integradora de los aspectos ecológicos y sociales. En estos momentos, al borde del Parque Alem, Arranz apunta a desarrollar tecnologías para el cultivo y la conservación de especies autóctonas, y dirige un proyecto de clasificación genética de 100 especies de peces del río, que en principio tiene asignado subsidios por un año pero que espera renovar.
El equipo, que además de Arranz incluye a su colaboradora Nora Calcaterra, también doctora del IBR (instituto dependiente de la Universidad Nacional de Rosario y del Conicet), y al técnico en acuicultura Alexis Grimberg, suma unos diez integrantes. Pero eso desde el lado “académico”. El otro, tiene como referente a Julián Aguilar, secretario de la Asociación civil de pescadores del Espinillo, que reúne hoy a 260 trabajadores del río pertenecientes a varias comunidades. Son quienes aportan los conocimientos del “terreno”, sus cambios y particularidades, y acercan al Acuario especímenes de interés para la investigación, como el caso de una variedad de sábalo que aún no había sido catalogada en la región y mantienen bajo estudio en las piletas del Acuario.
Arranz reparte horas de trabajo entre su laboratorio del IBR y el bioterio del Acuario. “Trabajamos temas específicos como crecimiento en peces a nivel de investigación básica y aplicada, también en fertilización y reproducción pero de anfibios. La idea es incorporar una línea de biopreservación de semen de peces, estamos haciendo un banco genómico. El objetivo es fortalecer distintas áreas del desarrollo de la piscicultura, toda la parte de conservación que ya está en marcha, armando un equipo dirigido a todo lo que sea relevamiento del río”, explica la investigadora. Estos objetivos tienen poca tradición en la Argentina, y fue necesario capacitarse: “Hace diez años que venimos trabajando, pero recién ahora está volviendo al país gente del grupo, investigadores del Conicet, cuya formación en el extranjero fomentamos porque no había en el país recursos humanos con experiencia en estas temáticas”.
Pero en el Acuario, suma la colaboración de los pescadores, en su caso “formados” durante generaciones entre riachos, lagunas y camalotes. “Ya lo tenemos como una realidad esto de venir, censar la comunidad, ir a la isla, estudiarla en conjunto. Hace muchos años que no estábamos en los planes científicos de nadie. No sabíamos de los estudios que se estaban haciendo”, se alegra Aguilar de la oportunidad abierta por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la provincia, de la cual depende el Acuario.
“Tenemos el proyecto de clasificación, que en principio dura un año. En este plazo nuestro objetivo es catalogar 100 especies. En el río Paraná hay informadas alrededor de 160, pero no sabemos si son todas. La idea es poder renovar el proyecto y llegar a todas. Cada una tiene su época, y cada año las circunstancias varían”, reseña Arranz. Y se entusiasma con lo que viene: “El Acuario como proyecto educativo es maravilloso. La idea es mostrarle a la gente que no hay sólo las cinco especies más conocidas, sino que estamos hablando de 160. Exponer esa diversidad, que va a sorprender. Y el parque temático será una muestra de lo que es un entorno autóctono”. Pero además, destaca que el lugar reservado a los pescadores completará el cuadro con un actor social principal, muchas veces dejado de lado: el que forman quienes viven y trabajan en el río. “Vienen a preguntar, incluso desde otras provincias, cuándo se reabre el Acuario, y se ponen muy contentos cuando les explicamos el proyecto”, agrega Grimberg, quien precisamente fue el impulsor del acercamiento entre los investigadores y la comunidad del Espinillo.
El concepto general de los trabajos que dirige Arranz es el de la sustentabilidad del enorme humedal centrado en el Paraná, hoy jaqueado por varias actividades productivas que antes no existían o bien se realizaban a una escala que la ecología del entorno podía “soportar”. Y sobre esto Aguilar tiene bastante para contar: “En las islas se deforesta, se agregan animales en una proporción que el humedal no sustenta. Hace unos años se dio la explosión de la producción de miel, por la existencia de grandes montes de espinillos, arbusto de cuyas flores libaban las abejas, pero hoy quedan pocos porque se los cortó, se los vendió, se alambraron los terrenos y pasó a ser todo soja y ganado”.
Aguilar, hijo y nieto de pescadores, afirma que, además de especies como el pacú que ya casi no se ven en esta zona del Paraná, porque huyen del ruido que introducen los motores del creciente parque náutico de Rosario y la zona o los grandes barcos que sacan provecho de la Hidrovía, lo que se nota es un menor tamaño de los peces a causa de la sobrepesca y sobre todo del “modelo” productivo introducido por los frigoríficos. “Desde 1981 hasta el 2000 hubo un mercado interno que se iba fortaleciendo. Pero en 1998 se abrieron las exportaciones, el frigorífico fue elevando los precios llevándolos hasta un punto que era conveniente trabajar para él y no para las pescaderías o los compradores particulares. Luego, la crisis de 2001 volcó mucha gente al río, se avanzó mucho en la sobreproducción. Se abrieron 12 frigoríficos en Santa Fe y Entre Ríos, y se pulverizó el mercado interno”.
La descripción sigue: “Al pescar así, masivamente, se destruyen otras especies, las personas que tienen cultura de la pesca recuerdan ejemplares de surubí de 90 kilos y hoy parece un logro pescar uno de 30, hay que ir a Corrientes para eso. Está bajando la talla porque se pesca más chico. Hace una década un surubí de 5 kilos no se vendía, ahora se están vendiendo de un kilo, porque quedan en las redes de lo que se pesca para el frigorífico. La industria lo pone en una bandejita fileteado y lo venden en los grandes supermercados. Sin beneficio para el pescador, que lo que necesita es exhibir y vender un producto de calidad y buen tamaño”.
Aguilar también hace foco en las consecuencias sociales generadas por este cambio. “Los frigoríficos trajeron a las islas mucha gente para trabajar, con familias, con chicos que no fueron a la escuela, y después se los abandonó. Les pagaban dos piezas por una, se les pagaba con Federales (los bonos entrerrianos de cuando proliferaron las cuasimonedas provinciales) mientras se les vendían alimentos en pesos. Les dieron herramientas que después les descontaban a precios astronómicos. Y después dicen que los pescadores hacen desastres con el río”, hace historia.
Y saluda el encuentro con los investigadores. “Hay un consenso general entre los pescadores de que esto es un avance, porque a partir de mediados de los años 70, con la dictadura, las comunidades fueron desplazadas de sus lugares en un proceso que se fue acelerando. Ahora, al tener un punto de afincamiento como el que brindará el proyecto Acuario, habrá una presencia. Es como decir que están, y que necesitan un lugar en la costa. Es un antecedente. La ribera es un coto de caza privado para los grandes proyectos inmobiliarios, turísticos y náuticos. Esto es un punto de inflexión, la provincia y Rosario reconoce que los pescadores son una parte de la comunidad y tienen sus necesidades. A todos les cae bastante bien”.

viernes, 13 de enero de 2012

Los extranjeros siguen prefiriendo Argentina para vivir... (aunque estos vienen en busca de chicas)

Hola, mas o menos volviendo...
Les posteo acá la dirección del blog de Cecilia Di Prinzio, que trabaja en Chubut y cuenta el tema de la aparición de Chinook en las cuencas pacíficas de esa provincia...  



No, no, perdón por el chascarrillo fácil y previsible...


Se trata del salmón chinook, y dice:


Invasión del Salmón Chinook en ambientes del Oeste de Chubut: Implicancias a nivel ecosistémico y económico.



En esta temporada de verano continua la investigación que busca conocer el comportamiento  de los salmones del pacífico en la cuenca del Río Grande oFutaleufú en la provincia de Chubut. El proyecto de investigación es dirigido por la Dra. Cecilia Y. Di Prinzio con el apoyo del CONICET (Centro Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), LIESA (Lab. de Investigaciones en Ecología y Sistemática Animal), UNPAT Facultad de Cs. Naturales de la Universidad Nacional de la Patagonia SJB, del Ministerio de Ambiente y Control del Desarrollo Sustentable del gobierno del ChubutDirección de Pesca Continental, Parques Nacionales con la colaboración de Hidroeléctrica Futaleufú, Estancia La Paz, Challhuaquen Lodge, Establecimiento Tres Arroyos y pescadores en general.

En Patagonia los recursos acuáticos continentales son importantes generadores de servicios y están involucrados con el desarrollo económico. Por esta razón el conocimiento de dichos recursos es prioritario, como también lo es identificar los procesos que operan sobre ellos. La introducción de peces exóticos es uno de los procesos de origen antrópico que mayor disturbio generan en las comunidades dulceacuícolas. Sin embargo, esta actividad ha sido permanentemente alentada ya que es el punto de partida de industrias relacionadas con el turismo y la producción de alimentos. Recientemente se han observado poblaciones de desovantes de salmón Chinook (Oncorhynchus tshawytscha) en ambientes dulceacuícolas de Chile y Argentina. La presencia de este salmón en cuencas con vertiente pacífica de Argentina se debe a escapes de ejemplares de salmoneras de Chile. Si bien la abundancia y distribución del Chinook en el oeste de Chubut parece estar aumentando desde los 80´, hasta el momento no se han desarrollado estudios que consideren simultáneamente y de un modo integral los factores que determinan los cambios en los patrones de distribución y de abundancia de este salmón, ni los impactos a nivel ecosistémico y económico que esta nueva invasión ocasiona. Por ello, los objetivos de este proyecto son: 1) estimar la abundancia poblacional y determinar las áreas de distribución del Chinook en el oeste de Chubut, y evaluar la influencia de las variables físicas, químicas, biológicas y geográficas sobre los patrones de dispersión y densidad poblacional;  2) dado que este salmón se desarrolla en el mar y retorna a los ambientes continentales a reproducirse, avanzar en la comprensión de los ciclos de transferencia de nutrientes/energía entre las fases marina y dulceacuícola en general y dentro de los ambientes de reproducción en particular; 3) determinar y cuantificar las interacciones con otros peces (competencia por alimento o hábitat, predación); 4) identificar la posible introducción de nuevos patógenos al ecosistema; 5) evaluar las implicancias económicas de la invasión del Chinook. En el largo plazo se desarrollarán las siguientes líneas de trabajo:
  • Identificar cambios en los patrones de distribución y monitorear tendencias poblacionales en O. tshawytscha
  • Determinar tanto la fidelidad al área reproductiva como las tasas de retorno y mortalidad de los individuos
  • Desarrollar modelos bioenergéticos para avanzar en la comprensión de la transferencia de nutrientes entre las fases marina y dulceacuícola
  • Establecer los patrones genéticos de los ejemplares de salmón Chinook presentes en los diferentes ambientes del oeste de Chubut para identificar los stocks de origen
Implementar un programa de monitoreo para identificar, y en tal caso establecer la magnitud, de la presencia del virus ISA (Anemia infecciosa del salmón) y de parásitos en ejemplares de la especie bajo estudio en aguas del oeste de Chubut.


La dirección es http://salmonchinookfutaleufu.blogspot.com/