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viernes, 7 de julio de 2017

Veganismo en peces carnívoros: será posible??

Resultado de imagen para huellasA propósito de la entrada del uso de componentes alternativos a la harina de pescado en la formulación de dieta para truchas correntinas que compartí ayer, socializo ahora esta nota tomada de Aquahoy de julio 2017. El tema de la presencia de omega 3 en los alimentos formulados es importante (porque sino el pez de cultivo carecerá de este irreemplazable componente para la salud humana) y se ha hablado en los talleres de nuestra Red de Fortalecimiento de la Acuicultura (REFACUA). También es uno de los temas de desarrollo tecnológico incluidos en la iniciativa INNOVACUA, del Ministerio de Ciencia y Tecnología argentino (el de formulación de dietas con reemplazo de componentes digo).
Parece que este proyecto aportará resultados claves para el avance de la acuicultura que produce pescado para reemplazar las capturas de peces silvestres, pero requiere de estos para fabricar alimento balanceado. Correrse la cola, diría el perro...




¿Pueden los peces carnívoros de cultivo volverse vegetarianos? La trucha es una los principales especies de cultivo en Europa. Su dieta depende en la captura de los pescados silvestres. El objetivo es reducir la presión sobre los recursos marinos mediante la identificación de sustitutos vegetales.
El 50% del pescado consumido en el mundo proviene de la acuicultura. En Europa, mayoría de las especies son carnívoras. Sus dietas contienen harina y aceite de pescado que proviene de peces pequeños capturados en el mar. La disponibilidad de los peces silvestres no es suficiente para mantener el crecimiento del sector de la acuicultura. Esta granja experimental evaluó varios piensos basados en vegetales, que son más sostenibles.
“El objetivo es usar proteínas vegetales en vez de proteínas de pescado” explicó el administrador de la granja Frédéric Terrier. “Hace diez años, los piensos se elaborarán con cerca de 30 a 40% de harina de pescado. En la actualidad, esto se ha reducido entre 15 y 20% y estamos trabajando para reducirla más”.
Un proyecto europeo ha examinado este cambio a niveles muy bajos de harina y aceite de pescado para cinco de las más importantes especies en Europa: trucha arco iris, salmón del Atlántico, carpa, dorada y lubina. A través del ciclo de vida del pez, el crecimiento, la salud, la capacidad reproductiva y las calidades nutricionales, han sido evaluadas.
“Hemos visto que todas estas especies son capaces de prosperar sin mucho efecto perjudicial a cualquier nivel” manifestó Sadasivam Kaushik, coordinador del proyecto ARRAINA (Advanced Research Initiatives for Nutrition and Aquaculture), a Euronews. “Excepto en algunos casos cuando lo llevas a niveles realmente bajos cercanos a cero, entonces tendrá algunos efectos”.
El instituto de investigación agrícola INRA han tenido resultados mixtos con una dieta basada en 100% proteína vegetal. Encontraron que los peces crecen más lentamente y no se reproducen tan fácilmente. Las propiedades nutricionales también son muy bajas. Pero los científicos manifestaron que tienen soluciones.
“Con los alimentos basados en proteína vegetal, hay menos ácidos grados omega 3 en la carne. Ya se conocen estrategias para contrarrestar este efecto” dijo Geneviève Corraze, experto en nutrición de peces de INRA. “Antes del sacrificio (cosecha) se puede dar a los peces, por unas semanas o mes, un pienso basado en ingredientes marinos. Esto ‘cambiará’ la composición de los ácidos grasos. La segunda posibilidad es la selección genética, en otras palabras, hay animales que tienen más capacidad para sintetizar y retener estos ácidos grasos omega”.
En la actualidad el trigo, colza, maíz, vitaminas y minerales son combinados con harina y aceite de pescado para producir los gránulos de alimento.
“Conocemos cómo hacer un piensos con 2 a 5 % de harina de pescado y 2 a 5% de aceite de pescado y tener una trucha completamente comestible, saludable y sabrosa” destacó Michel Autin, gerente de productos marinos de Biomar.
“Hay cierta renuencia… los piscicultores exigen ciertos niveles de aceite y harina de pescado porque se sienten más seguros. Esto es bastante natural y legítimo pero la tendencia es a tener cada vez menos”.
Se espera que las nuevas formas de proteínas derivadas de las algas o insectos estén disponibles pronto en el menú para los peces de cultivo.
Página web del proyecto: http://www.arraina.eu/

domingo, 24 de abril de 2016

Reemplazo de harina de pescado en la dieta de randiá: se puede o no se puede?

Resultado de imagen para harina de pescado
Una nota de Aquafeed (www.aquafeed.co), que comparto. Los colegas de la Dirección de  Acuicultura y el CENADAC informan resultados de experiencias de formulación de dietas para el viejo bagre sapo, actual randiá. Se sustituye harina de pescado, elemento constituyente del alimento balanceado que es preciso ir reduciendo por su costo y dificultad en la disponibilidad.



Crecimiento del “Randía” en Jaulas utilizando dietas con remplazo parcial de Harina de Pescado


Crecimiento del “Randía” en Jaulas utilizando dietas con remplazo parcial de Harina de Pescado
Crecimiento del “Randía” (Rhamdia quelen) en Jaulas de bajo Volumen y Alta densidad utilizando dietas con remplazo parcial de la Harina de Pescado
A fin de evaluar la posibilidad de reducir costos de alimentación en el cultivo de Ramdia quelen, se realizó un ensayo de crecimiento en jaulas para evaluar su desempeño productivo. Las experiencias fueron realizadas en el Centro Nacional de Desarrollo Acuícola (provincia de Corrientes, 27°32´S,58°30´W) utilizando dos dietas experimentales (15 y 11% de harina de pescado) junto a un Control (20%). Fueron utilizadas jaulas de 1 m3, con peces de un Peso Inicial promedio aproximado de 28 g,a una densidad de 300 individuos/jaula,durante 197 días de cultivo.
Los Pesos Finales promediaron 302,81; 287,07 y 273,39 g para las dietas Control, D1 y D2, respectivamente, observándose diferencias significativas (P < 0.05) en el IPD. La TEP obtenida con la dieta Control superó a la de la D2 (P < 0.05) no mostrando  diferencias significativas (P > 0.05) en el FCR alcanzado con las distintas dietas. Al analizarse los rendimientos obtenidos y los costos de las raciones suministradas, pudo evidenciarse que, si bien a medida que se reemplaza la proteína de origen animal, el precio por tonelada de dieta elaborada se reduce levemente. Sin embargo, este se incrementa, al analizar el costo del alimento por tonelada de pescado producido,como resultado del menor desempeño productivo de los peces.
INTRODUCCIÓN
El aumento en la demanda de productos pesqueros a nivel mundial se produjo tanto debido alaumento del consumo per cápita, que ha pasado a ser de 11,5 kg en la década del ´70 a superarlos 18,4 kg en 2009 (FAO, 2012), como al propio crecimiento poblacional, duplicado desde 1960, alcanzando los 7,2billones en el 2013 (Tacon, 2001; United Nations, 2013). Esto ha favorecido el rápido crecimiento de la producción por acuicultura para cubrir la falta de capturas pesqueras (Tidwell y Allan, 2001), considerándose como la única manera de abastecer la creciente demanda de productos de la pesca y ganando importancia como fuente de proteína para el consumo humano (Naylor et al., 2000; Tacon et al., 2006; FAO, 2012).
La producción acuícola mundial alcanzó en el 2012 un nivel máximo sin precedentes de 66,6 millones de toneladas (excluidas las plantas acuáticas y los productos no alimentarios), llegando a proveer más del 47% de los productos pesqueros destinados al consumo humano ese año(Sofia, 2014; FAO, 2013).
La industria de alimentos acuícolas se basa principalmente en el uso de harina de pescado y la proporción de su producción mundial utilizada para la elaboración de alimentos para peces, mostró un marcado incremento en las últimas décadas.
Dada esta creciente demanda mundial por la harina de pescado,utilizada en parte por la acuicultura, existe cada vez mayor interés por el uso potencial de fuentes de proteína alternativa(Glencross et al. 2003; Carter et al. 2003; Kaushik et al., 2004), procurando sustituir dichas fuentes por otras sustentables y renovables, o bien reducir su inclusión en los alimentos.
Entre los ingredientes vegetales más estudiados como sustituto de la harina de pescado en dietas para peces, la soja y sus derivados, son considerados la fuente de proteína vegetal más importante, utilizándose con buenos resultados desde hace unas décadas (Martínez Palacios et al. 1996; Dersjant-Li, 2002; Gatlin et al., 2007). Otro ingrediente ampliamente utilizado es el gluten de maíz, que aunque deficiente en lisina, al incorporarlo en forma conjunta con la harina de soja, reduce su deficiencia en metionina (Cho y Bureau, 2001). A pesar de no contener prácticamente factores antinutricionales, la incorporación de este insumo se ve limitado por su alto contenido en xantófilas que puede producir una coloración no deseable en la musculatura del pez (Cho y Bureau, 2001).
En Argentina, aunque la acuicultura es incipiente, muestra un crecimiento constante, superando según datos de la Dirección de Acuicultura las 4000 toneladas (2014), mostrando un potencial interesante para la actividad en el territorio(Dirección de Acuicultura, 2015).
Una de las especies nativas que muestra un gran potencial productivo es el randiá, Rhamdia quelen(Quoy y Gaimard, 1824). Representante del orden Siluriformes, posee una amplia distribución natural, desde el clima cálido al norte hasta el templado en la región central de Argentina (López et al, 2003), encontrándose además presente en Brasil y Uruguay. Según Silfvergrip (1996), su distribución alcanza incluso hasta el sur de México. Ello, junto a su excelente respuesta zootécnica, entre otros atributos, la convierten en una interesante especie con destino comercial. Las tecnologías básicas para su cultivo y manejo fueron desarrolladas en la década del ´80 y ´90 (Luchini, 1990). A estos resultados se han sumado otros, obtenidos en los últimos años en Brasil, al efectivizarse su producción comercial (Baldisserotto y Radünz Neto, 2004), que incentivaron la investigación, junto a otras especies autóctonas habitantes de la Cuenca del Plata (Rossi y Luchini, 2007).
La alimentación del randiá es bastante variada, siendo un pez omnívoro con preferencia por peces, crustáceos, insectos, restos vegetales y detritos orgánicos (Gomes y Schlindwein, 2000); aceptando muy bien alimento artificial elaborado con diferentes ingredientes, tanto de origen animal como vegetal.
Si bien existen trabajos relacionados a los requerimientos proteicos de Rhamdia quelen, muchos de los valores utilizados en el cálculo de las raciones se basan en las exigencias nutricionales conocidas para el bagre del canal (Baldisserotto y Radünz Neto, 2004; Graeff et al., 2006).
Además, aún se encuentra endebate cuál es el nivel de inclusión de proteína que provee un crecimiento rentable (Robinson et al., 2001), ya que el nivel de proteína y aminoácidos necesarios para alcanzar una mayor ganancia económica cambiaría según la variación del costo de los ingredientes. Adicionalmente, es dificultoso determinar el nivel óptimo de proteína para todas las situaciones de cultivo, debido a factores que afectan suutilización como la temperatura del agua, disponibilidad de alimento, talla de los peces, proporción de energía no proteica en la dieta, calidad de la proteína, y diferentes prácticas de manejo (NRC, 1993; Craig y Helfrich, 2002).
La producción de organismos acuáticos en jaulas suspendidas en un cuerpo de agua es una innovación relativamente reciente de la acuicultura (Tacon y Halwart, 2007), si bien su origen para mantenimiento o transporte de peces por cortos períodos se remonta a varios siglos atrás en la región de Asia. Los cultivos comerciales fueron pioneros en Noruega en los años ´70 con el desarrollo de la salmonicultura y han crecido rápidamente en los últimos 20 años (Beveridge, 2004).
En la actualidad el cultivo comercial en jaulas, se destina mayormente a especies de alto valor, en general a especies carnívoras marinas y de agua dulce (salmón, pez limón, dorada, lubina, cobia, trucha, corvina amarilla, entre otros) y en una proporción cada vez mayor a especies omnívoras de agua dulce (incluyendo las carpas chinas, tilapia, tambaqui, y varios silúridos). Por otra parte los sistemas empleados para la producción en jaulas son actualmente tan diversos como las especies que son cultivadas, variando desde las operaciones de corte familiar (principalmente en Asia) hasta las producciones comerciales desarrolladas en Europa y América (Pillay y Kutty, 2005; Grøttum y Beveridge, 2007; De Silva y Phillips, 2007; Masser y Bridger, 2007).
Las densidades óptimas utilizadas en las llamadas jaulas “de bajo volumen y alta densidad” (BVAD o LVHD según sus siglas en inglés), varían entre 300 y 500 individuos/m3 pudiendo alcanzar biomasas de entre 150 a 250 kg/m3 (Schmittou, 1992). Debido a las altas densidades de cultivo utilizadas, los peces se ven imposibilitados de procurar alimento natural que pueda suplir cualquier deficiencia nutricional en la dieta ofrecida, por lo que es importante brindar un alimento nutricionalmente completo, que asegure elbuen crecimiento y las condiciones saludables delos peces (Lee, 1973; Collins, 1975; Tucker, 1985; Lovell, 1991).
El objetivo del presente trabajo fue el de evaluar si la disminución de la proteína animal, en especial la harina de pescado (sin modificar el perfil de aminoácidos), afectaba al crecimiento de los peces. Asimismo se pretendió analizar si se podía lograr el mismo rendimiento productivo, reduciendo el costo del alimento.
MATERIALES Y METODOS
 El estudio fue realizado en las instalaciones del CENADAC (Centro Nacional de Desarrollo Acuícola) en la provincia de Corrientes (27º 32´S, 58º 30´W).
Se utilizó la especie Rhamdia quelen, llamado comúnmente “randiá”, provenientes de cultivos efectuados en el CENADAC.
Los peces provinieron de un mismo desove realizado el 19 de octubre de 2007. Éste se efectuó mediante inducción hormonal con GCH (Endocorion) aplicándose 700 UI por kilo de hembra (1,5 kg de peso corporal)en dos dosis y una dosis de 350 UI aplicada a los machos (0,73kg de peso corporal),junto a la segunda dosis en las hembras. El desove se desarrolló mediante stripping y los huevos fueron dispuestos en incubadoras.
Una vez eclosionados, las larvas fueron transferidas a bateas y permanecieron en las mismas siendo alimentadas con un alimento en pasta (40% hígado, 30%yema de huevo, 20% ensilado, 9% levadura y 1% vitaminas) hasta el 25 de octubre, cuando se sembraron en estanques excavados de 300 m2, a una densidad inicial de 100/m2. El 13 de diciembre se cosecharon, clasificaron y dividieron en tres estanques, sembrándose a densidades de 5/m2hasta alcanzar el tamaño necesario para ser utilizados en la experiencia.El peso promedio de los peces al inicio de las mismas fue de 25,3 g.
Durante el desarrollo del estudio los peces fueron alimentados con una dieta control y dos dietas experimentales.Las fórmulas de las tres dietas pueden observarse en la Tabla 1.
Si bien las tres dietas no son isoproteicas, fueron formuladas procurando mantener la misma relación energía/proteína, y calculadas según los valores de tabla mencionados por Tacon (1989). Asimismo, se priorizó mantener el perfil de aminoácidos limitantes entre las distintas dietas, en particular lisina y metionina. Ello resultó en dietas no completamente isoproteicas, siendo el contenido de proteina total de las dietas experimetales 1 y 2, levemente más elevado que la dieta control. El perfil de aminoácidos esenciales calculado para las tres dietas puede observarse en la Tabla 2.
Las dietas utilizadas para la experiencia in vivo fueron elaboradas en el propio CENADAC, los ingredientes secos fueron mezclados en una mezcladora industrial por 10 minutos y luego del agregado de los componentes líquidos, por otros 20 minutos. Esta mezcla fue posteriormente peletizada en una máquina picadora de carnede 1 HP cribada con orificios de 2 mm de diámetro. Los pellets húmedos fueron secados a intemperie bajo sombra (hasta un contenido máximo de humedad del 8%)y posteriormente almacenados en lugar fresco y seco. La experiencia totalizó 197 días de cultivo, iniciándose el 15 de febrero del 2008 y finalizando el 1 de septiembre del mismo año.
Tabla 1: Formulación y contenido proteico y de energía de las dietas Control y experimentales (Dieta 1 y Dieta 2)
Tabla 1
Tabla 2: Perfil de aminoácidos limitantes en las dietas control y experimentales (D1 y D2), y perfil de aminoácidos limitantes para peces omnívoros (con dietas con 35% de proteína) según Tacon (1989).
tabla 2
Para la fase de engorde se emplearon jaulas de bajo volumen y alta densidad de 1 m3, emplazadas en dos trenes dentro deun estanque de 0,5 hectárea y una profundidad media de 1,80m, sin renovación de agua salvo para compensar las pérdidas por evaporación y percolación. Se evaluaron las dietas experimentales (Dieta 1 y Dieta 2) frente a una dieta control (Control utilizada previamente en estudios sobre el “randiá”), con tres réplicas por tratamiento.
La densidad utilizada durante el cultivo fue de 300 individuos por jaula. El peso inicial promedio de los peces fue de 28,08 g para el Control, 27,10 g para la Dieta 1 y de 28,13 g para la Dieta 2.
Los peces se alimentaron durante 121 días, iniciando con una tasa diaria de alimentación del 6% de la biomasa existente, valor ajustado en función del descenso de la temperatura a 5% a partir del segundo mes de cultivo, a un 4% a partir del tercer mes y a un 3,5% del cuarto mes hasta el fin de la experiencia. Para la regulación de esta variable se siguió lo planteado por Luchini y Quiros(1990) en estudios de similares características desarrollados en Entre Ríos(31°S, 58°W).
La temperatura, el Oxígeno Disuelto (OD) (ambos con un equipo YSI A55) y el pH (mediante un pHmetro Hach EC 40) fueron registrados diariamente.
Los días 26, 56 y 87 días de ensayo se realizaron 3 biometrías. Posteriormente, debido a las bajas temperaturas no fueron efectuadas biometrías, para evitar el estres en los peces. Durante los muestreos, se cosecharon 30 peces por jaula, que se anestesiaron con benzocaína y se midió el largo y el peso individual (mediante ictiómetro y balanza Kern 824 con un error de 0,1 g).
Al finalizar el estudiose cosecharon los peces en su totalidad, tomando las medidas individuales de 60 individuos por jaula. A los peces remanentes se los pesó grupalmente en una balanza vascular y se contabilizó la totalidad de los individuos en cada jaula.
Se calcularon los siguientes índices:
  • Coeficiente de variación (CV) = Desviación estándar/promedio
  • Factor de Conversión Relativo (FCR) = Alimento suministrado / Peso obtenido
  • Incremento en Peso Diario (IPD) = (Peso promedio final – Peso promedio inicial) / días de cultivo
  • Tasa de Eficiencia Proteica (TEP) = Peso ganado / Proteína suministrada
En el análisis estadístico se utilizó un diseño completamente aleatorizado (DCA), con tres tratamientos y tres réplicas por cada uno. Los resultados fueron analizados mediante Análisis de la Varianza y posterior Test de Duncan para diferenciación entre medias a través del paquete estadístico NCSS 2000.
Adicionalmente, en la etapa final, fueron analizados los contenidos de proteína animal y vegetal de las distintas dietas, así como los rendimientos obtenidos con los costos de las raciones suministradas. Todos los insumos, a excepción de la harina de pescado, fueron adquiridos en la región del Nordeste argentino. La harina de pescado en cambio, procedió de Mar del Plata (38°00′S 57°33′W) por lo que, para el cálculo del costo de las dietas, al precio de este insumo le fue adicionado  el costo de 2.000 km de flete.
RESULTADOS
 Las variables ambientales registradas durante el período de estudio pueden observarse en la Figura 1. La temperatura mostró un valor promedio de 21,4°C, con una mínima de 9,2°C y una máxima de 33,4°C; los valores de ODmostraron una concentración máxima de 14,88 mg/L y una mínima de 1,89 mg/L, con una concentración promedio de 7,33 mg/L. Los valores de pH variaron entre 7,02 y 8,77, con un promedio de 7,93.
Figura 1: Valores de Temperatura y Oxígeno Disuelto registrados durante la experiencia de cultivo en jaulas.
Figura 1: Valores de Temperatura y Oxígeno Disuelto registrados durante la experiencia de cultivo en jaulas.
Durante el cultivo la sobrevida fue considerada satisfactoria, observándose un valor medio para el tratamiento control de96%, 89% para la Dieta 1 y 93% para la Dieta 2.
En la Figura 2, se presentan los Pesos Finales alcanzados, mientras que en la Tabla 3, pueden observarse, además de los Pesos Finales, los Incrementos en Peso Diario, los Factores de Conversión Relativos y las Tasas de Eficiencia Proteica obtenidos con las diferentes dietas. Un mayor peso final en la dieta Control, se corresponde con mayores Incrementos en Peso Diarios, menores Factores de Conversión y un mejor uso de la proteína. Inversamente, cuando se suministró la Dieta 2se observó un menor incremento diario de peso que resultó en un menor peso corporal final.
En este último caso, los peces alimentados con una dieta con menor contenido de proteína animal y mayor contenido de harina de soja arrojaron un Factor de Conversión mayor (sin diferencias significativas) y menor utilización de la proteína respecto del tratamiento Control.
Figura 2: Pesos Promedio finales obtenidos durante el cultivo.
Figura 2: Pesos Promedio finales obtenidos durante el cultivo.
 Tabla 3: Pesos Finales, Incrementos en Peso Diario, Factores de Conversión Relativos y Tasas de Eficiencia Proteica
Tabla 3
En la Figura 3 puede observarse el crecimiento obtenido por cada uno de los lotes de peces bajo los diferentes tratamientos alimentarios durante el período de cultivo.
Figura 3: Crecimientos obtenidos durante el cultivo.
Figura 3: Crecimientos obtenidos durante el cultivo.
En la Figura 4, se muestra la frecuencia de tallas con una distribución normal sesgada hacia la izquierda, con algunos peces de mayor talla en todos los tratamientos. Una mayor dispersión de tallas puede verse en la Dieta 2, aunque esta dieta es la que dispone de los individuos de mayor peso, mientras que en las dietas Control y Dieta 1 se observa una distribución similar.
Según Konikoffy Lewis (1974) esta distribución de frecuencia sugiere que no existió un crecimiento diferenciado de los peces bajo cultivo como producto de una inadecuada disponibilidad de alimento,sino debido a una variación en el crecimiento principalmente explicado por diferencias genéticas y de comportamiento.
Figura 4: Frecuencia de tallas.
Figura 4: Frecuencia de tallas.
Los Coeficientes de Variación obtenidos fueron de 33,33%para la dieta Control, 34,24% para la Dieta 1 y 40,88% para la Dieta 2. Estos valores son comparables a los obtenidos por Wicki et al. (2008) de 33,3 a 42%; por Luchini y Wicki (1994) de 41% para el R. quelen, y a los obtenidos por Williams et al. (1987) del 43% en cultivo de bagre del canal (Ictalurus punctatus).
A partir del análisis estadístico efectuado, se obtuvieron diferencias significativas (F = 10,06; p = 0,0121) entre los Pesos finales obtenidos con la Dieta 2 y el alimento Control; mostrando una mejor respuesta de este último.
Se observaron diferencias significativas (F = 11,60; p = 0,0086) en los Incrementos en Peso Diario para las tres dietas (Control ≠ Dieta 2; Dieta 1 ≠ 2 y Dieta 2 ≠ Dieta 1 y Control) (Figura 5). Los valores obtenidos son cercanos a los obtenidos por Wicki et al. (2008) en cultivos en jaulas de 0,88 a 1,07 g/día para peces entre 50 a 250 g y de 1,14 y 1,91 g/día con pesos entre 200 a 400 g; y ligeramente inferiores a los obtenidos porWicki et al. (2006) en cultivos desarrollados en estanques excavados en tierra (1,5 g/día). Luchini y Quiros (1990) en jaulas de volumen similar con peces de 40 g de peso inicial promedio y un alimento con 40% de proteína mostraron valores de IPD entre 1,5 a 1,9 g/día.
Valores de IPD similares a estos últimos reportaron Fracalossi, et al. (2004), en dos municipios de la región sur de Brasil; con 1,0 g/día, para la localidad de San Carlos (27°04′S 53°00′W),próxima a la frontera norte de Misiones) y de 1,97 g/día en las cercanías de Florianópolis (27°41’S, 48°46′W).Pedrón et al. (2008), en una experiencia en jaulas, con peces de la misma especie yun peso medio de 129 g, dietas isoproteicas con 32% proteína, conteniendo harina de carne y huesos, harina de soja y maíz triturado en su formulación,sin harina de pescado, obtuvieron un crecimiento medio de 0,94 g/día.  Se debe considerar que este estudio abarcó los meses invernales donde el crecimiento es menor, lo cual justifica las diferencias de IPD encontradas con otros trabajos con los que se comparan los resultados.
Figura5: Incrementos en Peso Diario obtenidos durante el cultivo.
Figura5: Incrementos en Peso Diario obtenidos durante el cultivo.
Respecto de los Factores de Conversión Relativos no se observaron diferencias significativas (F = 1,53; p= 0,2148) entre las distintas dietas estudiadas (Figura 6). Estos valores (entre 1,79 y 1,95) se sitúan dentro de los obtenidos por Wicki et al. 2008 (entre 2,23 y 1,66) utilizando dietas peletizadas de similar composición y levemente superiores a los obtenidos por Luchini y Quiros (1990) entre1,3 y 1,5 en el embalse de Salto Grande con la utilización de alimentos peletizados con 40% de proteína. Fracalossi et al. (2004) estudiando la misma especie, obtuvieron valores de FCR de 1,85 y 1,78.
Figura 6: Factores de Conversión Relativos obtenidos en el estudio.
Figura 6: Factores de Conversión Relativos obtenidos en el estudio.
En la Tabla 4, se resumen los FCR obtenidos en distintas experiencias realizadas con randiá y bagre del canal, analizadas en el presente trabajo.
Tabla  4: Comparación de los FCR obtenidos por diversos autores.
Tabla 4: Comparación de los FCR obtenidos por diversos autores.
La Tasa de Eficiencia Proteica (TEP) mostró diferencias significativas (F = 8,97; p = 0,015739) entre la dieta Control y la Dieta 2(1,78; 1,51 y 1,45, para la Dieta Control, Dieta 1y Dieta 2, respectivamente)(Figura 7).
Figura 7: Tasas de Eficiencia Proteica obtenidas en la experiencia.
Figura 7: Tasas de Eficiencia Proteica obtenidas en la experiencia.
Finalmente, se analizaron los rendimientos obtenidos vs los costos de las raciones suministradas, calculando en un principio la proporción de proteína animal y vegetal en las diferentes dietas (Tabla 5 y Figura 8), y sus costos (Tabla 6 y Figura 9).
 Tabla 5: Proporción de proteína animal y vegetal en las diferentes dietas,calculado según los valores de tabla mencionados por Tacon (1989).
Tabla 5
Si bien a medida que se reemplaza la proteína de origen animal (y en especial la harina de pescado) (Tabla 5y Figura 8), el precio por tonelada de dieta elaborada se reduce levemente, ocurre diferente al analizar el costo del alimento por tonelada de pescado producido, observándose que éste aumenta ligeramente (Tabla 6y Figura 9), por lo que se concluye que la disminución de la harina de pescado en las dietas, no necesariamente implica una disminución en el costo del alimento suministrado, debido a un menor desempeño productivo en los peces.
CONCLUSIONES
 Como ya fuera demostrado durante las primeras experiencias realizadas con randiá o “catfish sudamericano” en jaulas (Luchini y Quiros, 1990; Luchini y Wicki, 1994), utilizando densidades de 250 y 300 peces/ m3, se evidencia que esta especie posee una buena adaptación al encierro en jaulas, así como un aceptable comportamiento referente a crecimiento y a aprovechamiento de la ración no-flotante ofrecida.
 En el presente estudio, se observaron diferencias significativas entre la Dieta 2 y el alimento Control en cuanto al Peso Final observado, mientras que ninguna de estas difirió significativamente con la Dieta 1. Sin embargo, la dieta Control mostró el mejor crecimiento y mejores valores de TEP, aunque las diferencias en los FCR no fueron significativas.
Los resultados concuerdan en este caso con Lazzari et al. (2006), indicando un mejor desempeño productivo cuando la especie es alimentada con dietas compuestas por una combinación adecuada de harinas de origen animal (harina de carne y hueso, y harina de pescado) con harina de soja, y que su elección debería determinarse en cada circunstancia, según los precios de los insumos disponibles y los desempeños en crecimiento de los peces bajo cultivo. Se deberá  profundizar aún más, el estudio sobre el empleo de insumos alternativos a la harina de pescado, para el desarrollo de fórmulas que optimicen tanto el crecimiento como la conversión alimentaria de los peces y ensayar diferentes insumos de origen animal que permitan reducir los costos manteniendo la relación proteína vegetal/animal de la dieta control.
En vista de los resultados obtenidos, puede concluirse que la harina de pescado se puede reducir en las dietas para randiá. Es recomendable que las dietas contengan una combinación eficiente de proteínas de origen animal y vegetal. Si bien el remplazo genera una merma en el rendimiento productivo, con ello se permite la reducción de los costos en los alimentos.
Como se indicó anteriormente, es importante en la elaboración de dietas para peces la realización de mayores estudios para alcanzar una visión más integral que tome en cuenta tanto la composición de la dieta, como al costo por unidad de producto terminado.
AutoresSantiago Panné Huidobro1Facundo Sal2 y Gustavo Wicki2
Dirección de Acuicultura
Centro Nacional de Desarrollo Acuícola
Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, Ministerio de Agroindustria


jueves, 19 de marzo de 2015

Truchas y tilapias en Expoagro: basta de comida chatarra!!

Resultado de imagen para lupinEn Panorama acuicola de esta semana aparece esta noticia con trabajos de colegas de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, aquí en Argentina. Trabajos que siguen sumando a nuestro desarrollo, que ya debería dejar de ser incipiente. En otros posteos ya hablamos del tema de la importancia de la producción de alimentos  balanceados para ese desarrollo. Este sería un paso más para resolver el dilema de usar peces para producir peces, con lo que en términos energéticos y de huella ecológica eso significa. Saludamos entonces a la amiga María Boveri y equipo. 


Nueva generación de alimentos para truchas y tilapias

Noticias del día19 de marzo de 2015
Lo están desarrollando investigadores de la Fauba. Son más económicos y disminuyen el impacto ambiental.
Argentina: La Facultad de Agronomía de la UBA participó de Expoagro con una fuerte apuesta a la difusión de investigaciones sobre acuicultura. Con una serie de peceras instaladas en la carpa, los docentes ofrecieron un recorrido por esta actividad y las principales investigaciones relacionadas con la alimentación de los peces y la restauración de cuerpos de agua deteriorados.
“Estamos difundiendo a la acuicultura desde sus bases”, destacó Alejandro López, ayudante de la cátedra de Acuicultura de la FAUBA, al mostrar las peceras con ejemplares de zonas frías (truchas) y de ambientes templados y cálidos (tilapias), y paneles con aguas degradadas y con buena calidad que ilustran el impacto ambiental de la actividad según diferentes manejos.
En línea con las investigaciones de los principales laboratorios del mundo, los estudios sobre acuicultura de la FAUBA se concentran en mejorar las dietas de los peces, que representan más del 60% de los costos de producción. Para avanzar en los estudios, se realizan ensayos de alimentación y crecimiento con truchas y tilapias en una estación experimental ubicada en el embalse de Alicurá, provincia de Río Negro, y en el laboratorio de Facultad. Además, se trabaja en conjunto con instituciones de Chile, que representa el principal exportador mundial de salmón.
“Se trata de reemplazar componentes costosos por otros más económicos en la composición del alimento balanceado para distintas especies, especialmente salmónidos. Afortunadamente ya hay resultados alentadores, porque la demanda de la industria es muy alta e impulsa las investigaciones”, aseguró María Boveri, docente de Acuicultura de la FAUBA, y adelantó que se logró incorporar algunas enzimas generadas en el laboratorio a los alimentos elaborados con proteínas de origen vegetal y aumentar la digestibilidad.
Los investigadores buscan alternativas a la harina de pescado, principal fuente de proteína, por otras de origen vegetal con alto contenido proteico como soja o lupino, que puedan ser digeridas por los animales. Sucede que como las enzimas digestivas de truchas y salmones están preparadas para asimilar pescado y no otros sustitutos de origen vegetal, es necesario evaluar la digestibilidad de alimentos con diferentes componentes de origen vegetal y distintos aditivos como enzimas (por ejemplo, la fitasa) que ayudan a aprovechar nutricionalmente esos componentes novedosos.
Los resultados son satisfactorios especialmente para la incorporación de lupino y fitasas, a partir de los trabajos realizados por Gabriel Morales, docente de Acuicultura de la FAUBA, en cooperación con la Universidad de Temuco, Chile. Estas investigaciones también produjeron una tesis de Rosendo Azcuy (para acceder a su título de ingeniero agrónomo) sobre ensayos de digestibilidad in vitro.
A partir de estos trabajos generados en la univeridad también se apunta a impulsar un aumento en la producción de peces para abastecer al mercado interno y la exportación, y acompañar el crecimiento mundial de la acuicultura. "Es la industria que más ha crecido en este milenio y la demanda global aún no está satisfecha", sostuvo la docente de la FAUBA.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la acuicultura estableció un máximo histórico de producción mundial en 2012 (de 90,4 millones de toneladas) y ahora proporciona casi la mitad del pescado destinado a la alimentación humana. Se prevé que esta proporción aumente un 62% para 2030, debido a la estabilización del rendimiento de la pesca de captura salvaje y al aumento de la demanda de una nueva clase media mundial.
Pero además de mejorar la producción, los alimentos desarrollados en la FAUBA generan menos residuos en el ambiente. Boveri explicó que una ventaja adicional de usar componentes alternativos en la dieta de los animales e incluir fitasa en los alimentos balanceados es que permite aprovechar más eficientemente el fósforo y que este elemento no efecte al ambiente, cuando se elimina con las heces y la orina, por ejemplo.
Argentina: La Facultad de Agronomía de la UBA participó de Expoagro con una fuerte apuesta a la difusión de investigaciones sobre acuicultura. Con una serie de peceras instaladas en la carpa, los docentes ofrecieron un recorrido por esta actividad y las principales investigaciones relacionadas con la alimentación de los peces y la restauración de cuerpos de agua deteriorados.
“Estamos difundiendo a la acuicultura desde sus bases”, destacó Alejandro López, ayudante de la cátedra de Acuicultura de la FAUBA, al mostrar las peceras con ejemplares de zonas frías (truchas) y de ambientes templados y cálidos (tilapias), y paneles con aguas degradadas y con buena calidad que ilustran el impacto ambiental de la actividad según diferentes manejos.
En línea con las investigaciones de los principales laboratorios del mundo, los estudios sobre acuicultura de la FAUBA se concentran en mejorar las dietas de los peces, que representan más del 60% de los costos de producción. Para avanzar en los estudios, se realizan ensayos de alimentación y crecimiento con truchas y tilapias en una estación experimental ubicada en el embalse de Alicurá, provincia de Río Negro, y en el laboratorio de Facultad. Además, se trabaja en conjunto con instituciones de Chile, que representa el principal exportador mundial de salmón.
“Se trata de reemplazar componentes costosos por otros más económicos en la composición del alimento balanceado para distintas especies, especialmente salmónidos. Afortunadamente ya hay resultados alentadores, porque la demanda de la industria es muy alta e impulsa las investigaciones”, aseguró María Boveri, docente de Acuicultura de la FAUBA, y adelantó que se logró incorporar algunas enzimas generadas en el laboratorio a los alimentos elaborados con proteínas de origen vegetal y aumentar la digestibilidad.
Los investigadores buscan alternativas a la harina de pescado, principal fuente de proteína, por otras de origen vegetal con alto contenido proteico como soja o lupino, que puedan ser digeridas por los animales. Sucede que como las enzimas digestivas de truchas y salmones están preparadas para asimilar pescado y no otros sustitutos de origen vegetal, es necesario evaluar la digestibilidad de alimentos con diferentes componentes de origen vegetal y distintos aditivos como enzimas (por ejemplo, la fitasa) que ayudan a aprovechar nutricionalmente esos componentes novedosos.
Los resultados son satisfactorios especialmente para la incorporación de lupino y fitasas, a partir de los trabajos realizados por Gabriel Morales, docente de Acuicultura de la FAUBA, en cooperación con la Universidad de Temuco, Chile. Estas investigaciones también produjeron una tesis de Rosendo Azcuy (para acceder a su título de ingeniero agrónomo) sobre ensayos de digestibilidad in vitro.
A partir de estos trabajos generados en la univeridad también se apunta a impulsar un aumento en la producción de peces para abastecer al mercado interno y la exportación, y acompañar el crecimiento mundial de la acuicultura. "Es la industria que más ha crecido en este milenio y la demanda global aún no está satisfecha", sostuvo la docente de la FAUBA.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la acuicultura estableció un máximo histórico de producción mundial en 2012 (de 90,4 millones de toneladas) y ahora proporciona casi la mitad del pescado destinado a la alimentación humana. Se prevé que esta proporción aumente un 62% para 2030, debido a la estabilización del rendimiento de la pesca de captura salvaje y al aumento de la demanda de una nueva clase media mundial.
Pero además de mejorar la producción, los alimentos desarrollados en la FAUBA generan menos residuos en el ambiente. Boveri explicó que una ventaja adicional de usar componentes alternativos en la dieta de los animales e incluir fitasa en los alimentos balanceados es que permite aprovechar más eficientemente el fósforo y que este elemento no efecte al ambiente, cuando se elimina con las heces y la orina, por ejemplo.
Las investigaciones sobre el impacto ambiental de estos residuos son llevadas adelante por los investigadores Boveri y Armando Rennella, un equipo de colaboradores de la carrera de Ciencias Ambientales de la FAUBA (Amancay Mamani,  Eugenia Romero, Pablo Binder, Alejandro López, Ezequiel Pugliese, Cecilia Blanco y Verónica Vázquez) y el responsable de campo Héctor Gonzáles. En total, las investigaciones sobre acuicultura que se realizan en la Facultad integran a unos 20 estudiantes, también de Agronomía. (FAUBA)
Fuente: http://www.on24.com.ar/agro/7951/nueva-generacin-de-alimentos-para-truchas-y-tilapias