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domingo, 4 de noviembre de 2018

Desovillando el ovillo 2: porqué no despega la acuicultura argenta

Resultado de imagen para ren enojadoComparto una nota aparecida en el diario Río Negro, firmada por Daniel Marzal, que describe una situación problemática de la piscicultura de salmónidos en la región norpatagónica. En realidad, la nota describe lo que pasa cuando pasa lo que describimos ya en otras entradas de este blog y que tiene que ver con la escasa fortaleza del sector acuícola argentino. 
Resultado de imagen para ren enojadoEn resumen, navegantes, falta trucha para abastecer el mercado local de Bariloche, porque una mala partida de alimento produjo altas mortalidades en los criaderos y porque un operador fuerte (400 toneladas por año, ponele) deja de producir. Los colegas LLorens y Baez explican la situación sectorial. 
Hemos de tomarnos un par de minutos para reflexionar en ello: el principal proveedor de alimento trae un alimento con problemas, que produce una alta mortalidad en los criaderos que proveen al mercado interno, en el que parece que principalmente Bariloche se ve afectado. No hay quien pueda reemplazar esas mortalidades, al menos en el corto plazo...
Luego un productor importante decide irse a su casa y pone en crisis al sector porque los demás productores no pueden reemplazar esa producción...
Resultado de imagen para ren enojadoLa nota habla de necesidad de resolver problemas ya viejos: la provisión de alimento por fuera de un monopolio, el tema del la faena y distribución, los costos operativos altos, etc.etc. etc.
Cómo resolver esto? Ya se probó o se prueba con mesas interinstitucionales, asistencia de  estamentos técnicos nacionales y provinciales, un dizque plan estratégico que nunca se puso en cancha, conformación de asociación de productores, hasta un Cluster arco iris hubo...  

Pero vamos al artículo, os dejo a vosotros el pensar qué, cómo, cuándo hacer...



La escasez de trucha en la cordillera jaquea a restoranes y pescaderías
La crisis de un productor de Alicura y los problemas con una partida de alimento balanceado golpearon un mercado que es sumamente complejo y delicado. En Bariloche muchos optaron por retirar el plato de sus cartas ante la inestabilidad de la oferta.
El criadero de truchas Colonia Suiza usa las aguas del lago Moreno para la cría de sus peces. (Foto: Alfredo Leiva)

Desde hace décadas la trucha de plato o fileteada se convirtió en un insumo clave de la cocina regional y su provisión estaba garantizada por los salmonicultores que aprovechan los ambientes particularmente aptos de Bariloche y alrededores, especialmente el lago Alicura.
Pero este año el mercado entró en crisis por una inesperada cadena de imprevistos, al punto de que el precio al consumidor final se disparó a más del doble y varios restoranes de Bariloche, Dina Huapi y Villa La Angostura decidieron sacar la trucha de sus cartas por la imposibilidad de asegurarse una provisión regular.
Los problemas surgieron en el último verano con una mala partida de alimento balanceado aportada por un proveedor (al que le compra la mayoría de los criaderos), que provocó una gran mortandad de peces.
La fragilidad de la cadena productiva hizo el resto y durante varios meses hubo un marcado faltante de truchas, que disparó los precios.
A ese factor se sumó la caída de una de las empresas más grandes del sector, Truchas Neuquén, que trabajaba básicamente para el mercado interno pero dejó de producir y quedó al borde de la quiebra.
Otra de las grandes firmas es Truchas Alicura, que tiene planta de procesamiento propia pero no se dedica al mercado interno y sólo produce para exportación.
El titular del criadero de truchas Colonia Suiza, Juan Llorens, dijo que se trata de un mercado muy complejo, que en el último año sintió el impacto de emprendimientos demasiado ambiciosos, nacidos con impulso del Estado y con pretensiones de acceder al mercado externo, pero que toparon con dificultades difíciles de anticipar. “Hay decisiones equivocadas, no se consigue el tamaño, los volúmenes comprometidos, y el negocio no funciona”, describió.
El productor de Colonia Suiza, que también es técnico acuicultor, dijo que “la no disponibilidad de alimento” impidió trabajar con la escala requerida. Y debido a la partida fallida las truchas sufrieron una concentración anormal de toxinas en el hígado y muchas se murieron.
“Algo que no todo el mundo entiende es que la trucha es un producto delicado. Es un salmónido, esencialmente carnívoro y no están dadas las condiciones para su producción masiva -explicó-. No es lo mismo que el ganado vacuno o el ovino, que comen vegetal. En algún momento hubo abundancia de trucha en el mercado, por una cierta sobreproducción. Pero lo normal sería esto”.
El alimento balanceado para los salmónidos debe contener proteína animal, dijo Llorens, y los intentos por reemplazarla con proteína vegetal -más barata- dan como resultado una trucha de inferior calidad, con otro sabor y textura. Aseguró que el consumidor de Buenos Aires y de otros grandes centros urbanos en general la acepta igual, “pero acá en Bariloche la gente sabe de truchas y no quiere ese producto”.
Menús en revisión
Muchos de los restoranes clásicos de la ciudad tienen la trucha como emblema y los turistas la piden mucho. “No me puede ir de Bariloche sin comer trucha” es la regla que muchos se autoimponen, casi tanto como llevar chocolate o también (en el último tiempo) degustar alguna buena cerveza artesanal.
Julián Domínguez, del restorán Jauja, reconoció que en el último tiempo el apreciado salmónido local “es difícil de conseguir” y el precio aumentó mucho. “En sólo un mes el kilo se fue de 290 a 390 pesos”, señaló.
En la carta, los platos de trucha que antes eran más accesibles también subieron hasta superar los de lomo vacuno y casi empatar con el salmón importado de Chile.
Las opciones más demandadas son por ejemplo la trucha al roquefort, la trucha al ajillo, a las brasas, a la manteca negra o con crema de almendras.
La encargada del restorán La Marmite también admitió que existe problemas desde hace meses para lograr un suministro fluido y por eso eligieron trabajar con tres proveedores, para tener reaseguro.
Señaló que en ese clásico establecimiento de la calle Mitre la preferencia es muy marcada: alrededor del 40% de los clientes pide platos con trucha. Los precios varían entre 500 y 620 pesos.
A pesar de ese interés, en otros restoranes han optado por retirar la trucha de las cartas para evitar la pregunta del comensal y la inevitable negativa. “El problema es la cantidad y la regularidad de lo que te traen -explicó un propietario-. Pedís la trucha hoy y recién la tenés en una semana, encargás ocho kilos y te traen tres”.
Producción acotada
La producción de trucha arcoíris de criadero en la Argentina no supera las 1.300 toneladas anuales. Si bien es muy marginal a nivel internacional (Chile por ejemplo produce 84 mil toneladas), tiene importante reconocimiento por la calidad sanitaria de sus ambientes.
Los funcionarios de ministerios y secretarías de Producción consideran a la salmonicultura como un nicho subexplotado y de amplia proyección.
Algunos actores consultados señalaron que faltan inversiones importantes y crédito para prefinanciar exportaciones.
Aseguraron además que la trucha tiene una logística compleja, que incluye fletes, frío y la necesidad de plantas de procesamiento cercanas a los puntos de producción.
Otro limitante es la accesibilidad al alimento, que depende de sólo dos proveedores, es de origen importado y cotiza a precio dólar.
Particularidades
La mayor distribuidora de pescados en Bariloche es La Bahía. Uno de sus titulares, Jorge Ramus, reconoció que la actual escasez se inició cuando el alimento defectuoso “mato una tanda completa de alevinos” y la reposición inevitablemente “lleva varios meses”.
Señaló que existe una demanda local bastante estable de truchas pero coincidió en que “el consumidor barilochense conoce y no se deja engañar”. Dijo que el precio “como en cualquier otro producto depende de la oferta y demanda; cuando hay poca el precio sube”.
Otro de los condicionantes es que ante la dificultad para conseguir la calidad requerida, la mayoría de los productores -dijo Ramus-, prefieren enviar a Buenos Aires, porque allí venden mejor “y no les interesa el cliente local”.
Con todo, consideró que la producción debería normalizarse de a poco y que en el verano volverá a los estándares habituales.
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Los colores característicos de la trucha arcoíris en una de las jaulas de producción. (Alfredo Leiva)
La demanda de trucha en los restoranes es un clásico. (Alfredo Leiva)
La faena es uno de los pasos más críticos del proceso productivo. Y no en todos lados hay establecimientos adecuados para la tarea.
La trucha es un salmónido, esencialmente carnívoro. Su producción masiva no es asimilable a la de los vacunos.

Magnitud
500 a 620
pesos puede costar en un restorán de Bariloche un plato de trucha, dependiendo de la versión.
1.300
toneladas anuales se estima que se producen en nuestro país. En Chile procesan 84.000 toneladas por año.

Trucha de Chubut pescada con red
Ante la dificultad para obtener truchas de criadero, algunos restoranes compran a distribuidores que las obtienen en Chubut, pescadas con red en ambientes naturales. Julián Domínguez, de restorán Jauja, aseguró que provienen del lago Musters.
El acuicultor Víctor Báez dijo que no le extrañaría que fueran de otro lugar, por ejemplo de Santa Cruz, donde existen lagunas con abundancia de truchas y la provincia otorga permisos de pesca comercial.
“Es una trucha del sur de Chubut, que siempre estuvo. Es más barata, pero no es pareja”, dijo el productor Juan Llorens. En la pescadería La Bahía aclararon que en realidad se trata de “una trucha perca”, no la tradicional arcoíris. Y que no tiene ni el color ni la textura ni el tamaño estándar que buscan los restoranes. Algunos la usan para filetear y ahumar o para subproductos.

“La mayor ventaja son las aguas muy buenas que hay. Las mayores producciones por ahora están en Neuquén”.
Víctor Báez, docente de la carrera de Acuicultura y exdecano del CRUB.

“Había varios productores de juveniles, pero desaparecieron”
La Universidad del Comahue participa en la producción de salmónidos a través de la carrera de Acuicultura que se dicta en esta ciudad. Sus docentes y alumnos aportan investigación, estrategias productivas y tiene también su propio criadero.
“Van a pasar unos meses hasta que se recomponga el mercado”, aseguró Víctor Báez, docente de la carrera y exdecano del CRUB.
Dijo que uno de los desencadenantes de la abrupta caída de la oferta fue la salida deTruchas Neuquén, que dejó de producir “no por razones comerciales sino por un problema personal de su dueño”. Un dato que ilustra sobre la fragilidad del sistema.
Según Báez, en todo el país se producen “de 1.200 a 1.300 toneladas anuales, y el 65% se hace en Alicura”. Refirió que Truchas Neuquén aportaba a ese total unas 500 toneladas, que se volcaban al mercado interno.
Los problemas de abastecimiento, dijo, no se resuelven de un día para el otro. “La demanda está, pero todavía no hay productores que reemplacen -explicó Báez-. No es tan directo, que sale uno y entra otro. Armar un sistema de comercialización, clientes, logística, lleva tiempo. Además el alimento cambió de precio, es todo en dólares y la devaluación impactó mucho”.
La Universidad en su centro de salmonicultura, camino a Catedral, produce juveniles de hasta un gramo y también huevos de trucha para la venta. El año pasado tuvo poca demanda, pero este año comercializó todo.
“Hasta la temporada anterior había varios productores de juveniles, pero este año desaparecieron. Tiene que ver con los costos. No es un negocio sencillo”, dijo el investigador. También admitió que el aumento de precio al público redujo la demanda. Además de Alicurá, otro sitio con mucho potencial es el embalse Piedra del Águila, donde se construye una nueva planta de procesamiento. Desde la universidad realizaron un estudio para la selección de sitios. Báez dijo que en Piedra del Águila ubicaron nueve a lo largo de 70 km, y habría una empresa chileno peruana con interés de asentarse allí en breve, “con un volumen de producción importante”. Señaló que para exportar “hace falta calidad y continuidad”. Báez dijo que una de las limitantes es la única planta de faena que quedó en la región, en el barrio El Pilar. Uno de los productores dijo que no envían a procesar ahí porque les cobran muy caro y les conviene más mandar a Bahía Blanca o Buenos Aires una trucha que luego vuelve a Bariloche para su comercialización. El costo es menor, y la calidad también.



domingo, 27 de noviembre de 2016

Repercusiones de la Mesa Acuícola en Bioeconomía Patagónica 2016: datos duros e ideas de trabajo.

Excelente nota aparecida en el diario Río Negro, firmada por el periodista Diego Penizzotto, a propósito de la Mesa Sectorial Acuícola que se realizara en el ámbito del Segundo Simposio de Bioeconomía Patagónica en noviembre de 2016.

PULSO AGROINDUSTRIA

Ante un nuevo replanteo de la producción acuícola en la región

La producción de salmónidos vuelve a aparecer como una alternativa de desarrollo para la región. Sin embargo existen barreras que limitan su despegue.

27 NOV 2016 - 00:00

La producción acuícola de Argentina no ha mostrado un importante desarrollo en estas últimas décadas pese a existir un potencial de demanda internacional importante que terceros países han aprovechado como mucha actitud.
La posibilidad de desarrollo de la actividad fue abordado días atrás en el “II Simposio de Bioeconomía Patagonia 2016: Integración para la acción” que se realizó en Cipolletti.
Datos macroeconómicos del negocio dan cuenta de que la oferta nacional destinada al consumo alcanzó en el año 2014, última estadística oficial disponible, las 4.027 toneladas, siendo cultivadas un total de 24 especies. Así lo destaca un informe elaborado por la dirección de acuicultura de la Nación en el que se remarca que toda la producción, con excepción de la trucha y los cueros de los yacarés, es comercializada en el mercado interno.
En cuanto a la distribución de la producción en el territorio nacional, el informe agrega que la provincia de Misiones es la que muestra una mayor participación con el 49% de la producción total del país, seguida por Neuquén con el 35 %. Ambos distritos suman cerca del 84 % de la producción acuícola durante el 2014.
La especie de mayor producción es actualmente el pacú (Piaractus mesopotamicus) que ha desplazado en 2014 a un segundo lugar a la trucha arco íris (Oncorhynchus mykiss). Estas dos especies representan en conjunto el 88% de la producción nacional total.
La producción de trucha arco íris en 2014 fue de 1.425 toneladas, representando el 35% de la producción de acuicultura nacional. La evolución de la producción en el período 2005-2014 puede observarse en el infograma adjunto. Su comercialización se realiza preferentemente como pieza entera, desespinado o filet, fresco o congelado en el mercado interno. La exportación está cubierta por una sola empresa que exporta a Estados Unidos.
La región
La piscicultura con propósitos comerciales comenzó en la región en la década del 70 después del inicio de los procesos de repoblamiento. Dos establecimientos pioneros iniciaron la cría intensiva de truchas para consumo, Truchas de los Andes (originalmente Truchas Bariloche) sobre el río Chimehuín en las cercanías de Junín de los Andes, y Salmonicultura Río Traful sobre el río del mismo nombre en la estancia La Primavera. A fines de la década de los años 70 y gracias a la primera capacitación de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) comenzó oficialmente en Neuquén el proceso de fomento y apoyo técnico a la actividad.
En 1983, con apoyo técnico oficial, tras algunos fracasos en el desarrollo de emprendimientos y gracias a ideas observadas en Japón, comenzó a producir el primer criadero privado que utilizó jaulas flotantes del país. En 1986 comenzó desarrollarse el CEAN con el objetivo fundamental de ser el núcleo provincial de manejo de la fauna acuática y terrestre. Para el desarrollo de la piscicultura se obtuvo una nueva y decisiva asistencia de la JICA la que culminó en un programa de cooperación tipo Mini-Proyecto en el período 1990-1993. Así surgió el Centro de Piscicultura Provincial en el CEAN, con infraestructura edilicia y personal provinciales, y capacitación y equipamiento específico aportados por JICA. Este centro posee diversas áreas que cubren todos los campos principales de la piscicultura. Tiene asimismo infraestructura para la producción de peces y laboratorios de genética, alimentos, patología, aguas y ecología acuática.
En la actualidad la piscicultura a nivel comercial se enfrenta con un desafío mayor y más complejo que el de sus inicios.
La carencia de de programas y políticas claras desde el Estado ha ayudado a la involución de la actividad.
Aún así, se ha adquirido gran experiencia y los alimentos aunque aún no ideales han mejorado muchos su calidad, pero la competencia es ahora muy grande y el ingreso a los mercados es cada vez más difícil.
La mayoría de los criaderos de truchas se encuentran dedicados imperiosamente a la reducción de sus costos para poder competir, más aún cuando cuentan con un escenario de pérdida de comeptitividad cambiaria que erosiona sensiblemente sus balances.
En el aspecto general se advierte la necesidad del reconocimiento sobre la importancia de la acuicultura para el desarrollo económico y el apoyo técnico para el desarrollo y transferencia de nuevas tecnologías.
La acuicultura como muchas otras industrias es un negocio que representa mucho más que solo un producto, un proceso y un mercado, de hecho implica todo una cadena de actividades.
Cada una de las actividades añade valor al producto, así pues el sistema de negocios proporciona una visión de las actividades necesarias para satisfacer las expectativas del mercado, por tanto constituye otro punto de partida para el análisis de la acuicultura neuquina.
Si se evalúan los últimos veinte años de la industria, muy poco ha sido el desarrollo de la actividad den la región. La falta de una política económica de mediano y largo plazo consistente, sin dudas ha sido uno de los factores determinantes a la hora de dar respuesta a los frustantes resultados.
Chile, un vecino
a imitar
Como en otras actividades productivas, Chile vuelve a ser un ejemplo.
La salmonicultura en una de las industrias más importantes de ese país, siendo además el segundo mayor productor del mundo,
La actividad comenzó a desarrollarse a principios de los 80 con exportaciones por 50 toneladas.
Tres décadas después las ventas tocan las 590.000 toneladas por un valor cercano a los 4.000 millones de dólares.
La industria se enfrenta a una serie de desafíos. En el ámbito sanitario, la mortalidad asociada al SRS sigue estando en un alto nivel. En materia medioambiental, las recientes Floraciones de Algas Nocivas, golpearon la producción.
Datos clave
425
Fue la producción argentina, en toneladas, de trucha arco íris durante 2014. La mayor parte va al mercado interno.
152.000
Son las toneladas exportadas de trucha arco íris por parte de Chile en ese mismo año.
“El gobierno apuesta a la acuicultura”
Ante un nuevo replanteo de la producción acuícola en la región
Marcela Alvarez es Coordinadora de Promoción del Consumo de Recursos Vivos del Mar, dependiente de la Subsecretaria de Pesca y Agricultura.
P: ¿Cual es el objetivo del gobierno en cuanto a la actividad acuícola?
R: Creemos en la actividad, porque hay demanda potencial para el producto. Actualmente en Argentina se consumen 4,8kg. per cápita al año, mientras que en Latino América el promedio de consumo es de 9,3kg. per cápita y en el mundo 23kg. per cápita. Tenemos mucho para crecer.
P: ¿Cuál es el producto que más se produce en Argentina?
R: Lo que tiene mayor potencial comercial es la trucha, aunque hoy no es lo que más se produce. También las ostras en el sur de la provincia de Buenos Aires, y los mejillones a lo largo de toda la costa atlántica.
P: ¿Cuál es la principal dificultad que encuentra hoy la actividad?
R: El mercado potencial es grande, pero la producción local es pequeña. Esa diferencia la cubre hoy la importación, prioncipalmente desde Chile.
P: ¿Es posible el desarrollo de la acuicultura en Argentina?
R: Sitios hay, existe regulación y hay capacidad técnica en Nación y en las provincias para certificar calidad y trazabilidades.
“Podemos llegar a mercados exigentes”
Ante un nuevo replanteo de la producción acuícola en la región
Pablo Hualde es Técnico en Acuicultura y está a cargo del área pesca y pisicultura del Centro de Ecología Aplicada del Neuquén (CEAN)
P: ¿Qué es el CEAN y qué taréa realiza?
R: Es un organismo de apoyo técnico a los productores de la zona, que surgió entre los años 1990 y 1997 con la cooperación del gobierno de Japón. Trabajamos en el desarrollo de la pisicultura, entre otros temas. Trabajamos tambien con pesca deportiva y estudio de ambientes silvestres.
P: ¿Por qué motivo la acuicultura no logró despegar en la región, pese a las fuertes inversiones en los años 90?
R: El país tiene excelentes condiciones para el cultivo de distintas especies, tanto marinas como en agua dulce. Quizá no han funcionado los mecanismos de promoción de inversiones y no hay tradición de cultivo de peces.
P: ¿Chile es el gigante a vencer?
R: No. Hoy se importan unos 6.000kg. de salmón desde Chile y en la región se producen 1.500kg. de trucha al año. Pero Chile tiene una producción industrial con tecnología y capitales extranjeros. Nosotros en cambio producimos en condiciones más amigables con el medio ambiente. Los peces no sufren enfermadades que existen en otros lugares y no se usan antibióticos. Eso nos abre mercados más exigentes donde el producto chileno no llega.
“Deseamos consolidar la actividad”
Ante un nuevo replanteo de la producción acuícola en la región
Ana Webb es Master en Acuicultura y preside la Asociación Argentina de Acuicultura.
P: ¿Qué tarea realizan desde la Asociación?
R: Trabajamos para promover la necesidad de un plan integral para el desarrollo de la actividad, tanto en la plataforma marina como continental. Debemos lograr el concenso entre la política, los técnicos y el sector privado.
P: ¿Por qué motivo no explotó aun la producción acuícola?
R: Yo creo que las transferencias de conocimiento como la recibida en Neuquén desde Japón, sirven de impulso a la actividad. Pero no hemos estado a la altura de las circunstancias para aprovechar el impulso y sostenerlo en el tiempo.
P: ¿Cuál es el objetivo a mediano plazo?
R: Tenemos que consolidarnos como actividad y posible industria futura y no depender de grandes impulsos para dar el salto.
P: ¿Qué es lo que falta?
R: Necesitamos planificación estratégica. Hemos demorado tanto en desarrollarnos, entonces por qué no invertir un par de años en planificar la actividad. Hay muchas trabas legales que hacen que los proyectos fracasen. Faltan también empresarios que visaulicen esta actividad enserio y no como un hobie.
La acuicultura como muchas otras industrias es un negocio que representa mucho más que solo un producto, un proceso y un mercado, de hecho implica todo una cadena de actividades.